5: Una escapada, una canción y una noche cargada de recuerdos.

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[...Eli le sigue con la mirada, con una de esas miradas que no solo matan sino que además rematan y te entierran por lo menos cincuenta metros bajo tierra. Habla con la rabia reflejada en su voz, escupiendo palabras envenenadas- ¿Sabes? Ana tiene razón y ni siquiera te conoce. Eres un auténtico gilipollas.

Pero Brian no dice nada, no la mira, no se detiene, sino que continúa con su camino hasta desaparecer por la puerta de la cocina, dejándola sumida en la más profunda indignación, rabia y rencor. Nadie puede imaginarse lo dolida que se siente en ese momento, las ganas que tiene de gritar y de partirle la cara. Ojalá algún día se de cuenta del grave error que está cometiendo...]

El resto del día transcurre con relativa calma. Matt y Jason Berry fueron los últimos en despertarse e hicieron aparición en la cocina a eso de las dos de la tarde, topándose de lleno con toda la familia a excepción de Brian, que después de su acalorada discusión con Eli agarró su guitarra y abandonó la casa dando un portazo. Tras disfrutar de un agradable almuerzo que acabó devolviéndoles la vida y asentando sus machacados estómagos, los dos hermanos se despidieron de sus amigos entre abrazos y risas y, tras prometerles que volverían a reunirse pronto, emprendieron rumbo hacia sus respectivas casas.

Por su parte y contando con el permiso de su representante, Matt, Johnny, Jimmy y Zacky decidieron tomarse el día para descansar, así que en compañía de las chicas optaron por dar una vuelta por el barrio para tomar un poco el aire y enseñar a Ana los alrededores de Huntington Beach. Visitaron el antiguo instituto, en el cual se conocieron y estudiaron, a excepción de Johnny. Entre risas y burlas que arrancaron las carcajadas de todos, Jimmy le explicó a Annie que el bajista ni siquiera logró pasar las pruebas de admisión después de que le expulsasen de su antiguo instituto en Long Beach y que por eso fue el único que tuvo que irse a estudiar fuera de la ciudad. Acto seguido visitaron el Huntington Central Park, un lugar que sin duda capturó especialmente la atención de la joven. Recorrieron el parque de punta a punta, repitiendo por millonésima vez ese trayecto que llegaron a conocer a la perfección cuando eran tan solo unos críos que se reunían allí cada tarde para beber cerveza escondidos tras los arbustos que están junto al lago, burlando la autoridad de sus padres y de Harry, el vigilante de seguridad, con quien años después entablarían una curiosa amistad después de haberle dado infinitos quebraderos de cabeza. Con medias sonrisas y la más pura nostalgia reflejada en sus ojos, los chicos rememoraron cada tarde que pasaron en esa especie de selva enorme y plagada de árboles situada justo en el centro de la ciudad, viéndose incapaces de retener las carcajadas al recordar, por ejemplo, el día que Brian se emborrachó tanto que se cayó al lago cuando solo tenían dieciséis años, o cuando, a los quince, a Jimmy se le ocurrió que fumar porros y perseguir a los patos del estanque en calzoncillos y gritando '¡Yo soy vuestro amo!' sería una buena idea, obviando desde luego el hecho de que terminaría siendo descubierto por Harry, enviado a casa y castigado durante casi un verano entero sin salir de su habitación. 

Annie, por su parte, escucha las andanzas de los cinco amigos con toda la atención del mundo, riendo a carcajadas y reconstruyéndolas en su mente con total exactitud. Le resulta de lo más entrañable ver cómo intercambian entre ellos sonrisas emocionadas y miradas cómplices, recordándolo todo al detalle, al milímetro, como si todo eso hubiese pasado tan solo minutos antes. En cierto modo, le recuerdan a su amistad con Eli. Sin duda alguna ellas no vivieron una infancia tan... alocada, pero sí que podrían rememorar unas cuantas anécdotas divertidas si se lo propusiesen. Viendo a los chicos, viendo esa complicidad con la que se miran, con la que conversan, con la que bromean entre ellos... Es evidente que su amistad está fuertemente cimentada en el tiempo, en miles de locuras, en diferentes experiencias... pero siempre juntos, hombro contra hombro, apoyándose mutuamente y ayudándose en absolutamente todo. Cinco chicos de una pequeña ciudad industrial que acabaron siendo capaces de llenar estadios enteros sin superar la treintena de edad, cinco amigos que se conocieron siendo apenas niños y que, como hermanos, vivieron la más dulce de las infancias correteando y haciendo trastadas por las mal asfaltadas calles de los barrios más humildes de Huntington Beach. A juzgar por todo lo que Matt, Zacky, Jimmy y Johnny le cuentan, Ana puede deducir que ninguno de ellos procede de una familia especialmente adinerada. Lejos de eso, todos conocen lo que es el trabajo duro, todos han tenido que lidiar con las miradas de reojo de sus compañeros del instituto y con los reproches de sus padres por estar continuamente metiéndose en líos, pero al final siempre han permanecido unidos.

Welcome to the FamilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora