9: Un viaje, una tormenta y una sorpresa de lo más indeseable (Parte 1).

39 1 0
                                    

[...Lo cierto es que a Annie le da rabia perderse la exposición por tener que quedarse trabajando, pero es perfectamente consciente de la importancia de tener el artículo terminado, editado y enviado para la semana que viene. Se trata de Rolling Stone, es una gran oportunidad para ti... Se repite a sí misma una y otra vez casi a modo de mantra mientras asciende los escalones uno a uno en dirección a su habitación, dispuesta a sumergirse en otra interminable mañana de trabajo...]

El sol del mediodía baña con sus rayos dorados las colinas que rodean Huntington Beach cuando el Chevrolet Chevelle de Zacky se hace por fin a la autopista tras cuarenta larguísimos minutos retenido en un atasco a la salida de la ciudad. Los barrios familiares, con sus preciosos y cuidadísimos jardines verdes, dan paso a interminables explanadas desérticas plagadas de cactus que se extienden a ambos lados de la carretera creando una monotonía visual rota únicamente por los colores azules y

 verdes de los carteles que señalizan las distintas desviaciones de la autopista, y cuando quieren darse cuenta los cinco ocupantes del vehículo se ven sumidos en un desfile de coches que pelean frenéticamente por adelantarse unos a otros, como si sus conductores estuviesen compitiendo por llegar los primeros a Dios sabe dónde. Zacky conduce con sus ojos verdes ocultos tras unas oscuras gafas de sol pero fijamente clavados en la carretera, maldiciendo por lo bajo cada vez que tiene que cambiarse de arcén para dejar pasar a otro impaciente que deja claro su deseo de adelantar haciendo tal buen uso del claxon que el guitarrista se pregunta si toda esa gente escuchó alguna vez en la autoescuela que es ilegal utilizarlo en la autopista a no ser que sea estrictamente necesario. Matt, que ocupa el asiento del copiloto, no puede evitar sonreír para sí con malicia y verse obligado a reprimir una risilla al ver por el rabillo del ojo cómo su amigo aprieta discretamente el volante hasta que sus nudillos tatuados adquieren un color blanquecino cada vez que se le acerca por detrás algún coche con intenciones de adelantarle, y Jimmy, sentado detrás de Zacky, parece haberse convertido en el entretenimiento favorito de los otros dos ocupantes de la parte trasera del vehículo sacando el corte de manga a todos los coches que pasan por su lado.

El chico de ojos verdes está tan concentrado en librarse de los dos Tesla que le pisan los talones que no es capaz de mirar a ningún otro sitio que no sea esa carretera de humeante asfalto que se prolonga frente a él en una recta infinita que se estrecha cada vez más pero que nunca llega a desaparecer, pero la cantidad de años que le han llevado a conocer a Jimmy como la palma de su propia mano le ahorran el tener que girarse para descubrir qué es eso que los de los asientos traseros encuentran tan divertido poniendo en indudable riesgo la vida de todos los ocupantes del vehículo- Tío, ¿Quieres estarte quieto? Un día vas a conseguir meternos en un lío... -Señala con bastante mal humor, manteniendo el semblante serio hasta tal punto que cualquiera que no estuviese familiarizado con su poca paciencia a la hora de conducir con tráfico reconsideraría la posibilidad de que el guitarrista tuviese problemas para controlar su ira.

Jimmy, que mantiene inalterable su buen humor a pesar de que hace tantísimo calor dentro de ese coche que ni siquiera el aire acondicionado es capaz de ofrecer un respiro a sus ocupantes, pone los ojos en blanco y mira a Eli, que está sentada a su lado, con una media sonrisa cabrona- ¿Es igual de dominante en la cama...? -Susurra en un tono que todos alcanzan a escuchar y que arranca una ola general de carcajadas incluso para Zacky, que no puede evitar poner los ojos en blanco y dejar escapar una sonrisilla de medio lado. Por su parte y falsamente escandalizada, la chica de pelo negro abre los ojos como platos y su boca hace la forma de una 'O' perfecta al mismo tiempo que le pega un suave manotazo en el antebrazo- ¡James! -Exclama, rompiendo a reír a continuación. Contagiado por las risas de los demás, el batería sacude la cabeza y habla con la mirada puesta en el frente por el hueco que queda entre los asientos del conductor y el copiloto, hablando con una sonrisa socarrona y alzando las palmas de sus manos en señal de inocencia- Solo pregunto lo que todos queréis saber y nadie se atreve a preguntar...

Welcome to the FamilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora