12.- Te rompen el corazón.

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Cuando llegó a casa no había nadie más, Ruby llegaba dentro de una hora, así que Craig subió a su cuarto y se tiró a llorar.

Las lágrimas caían por sus mejillas una tras otra, sin detenerse. Uno que otro sollozo se hacía presente.

Y como todo un jodido sádico, abrió su portátil y se puso a investigar. La encontró rápido. Se llamaba Lesley. Seguido de eso encontró varias publicaciones cursis y tontas en las que se etiquetaban, él la llamaba hermosa. Y ella le aseguraba que era lo mejor que le pudo haber pasado.

— Me imagino.- Replicó Craig después de leer eso.

Era tan obvio. ¿Como es que no lo había notado antes?
Aparentemente llevaban juntos tres semanas. Y ya se llamaba amor, y cariño, y todas esas mierdas. Par de ridículos.

Craig sintió coraje. Muchísimo. Tanto que no sabía si ahora estaba llorando por qué le dolía el pecho o por la molestia que sentía. Siguió mirando sus publicaciones y tontos comentarios mientras las lágrimas seguían rodando. Nunca había llorado tanto. Pero, de verdad, ¿Como es posible que no lo notara antes? Es decir, él no ha estado muy pendiente de Facebook este último mes, pero aún así, es imposible que no le hubiera aparecido nada al respecto antes.

Stripe emitió un chillido. Craig lo miró, cerró la computadora de golpe y se acercó a su cuyo. No estaba de ánimos para sacarlo de su jaula. Además, tenía la vista empañada por las lágrimas y no quería tirarlo o lastimarlo.

— ¿Por qué crees que me suceda esto a mí?- le preguntó.- Yo lo quería, de verdad lo hacía. Llega ella y sin esfuerzo se lleva lo único que yo anhelaba. No es justo. Yo que me esforcé tan duro para tener un poco de su amor, y ella se lo lleva sin más.

No entendía porqué le afectaba tanto. Es decir, se supone que ya había aceptado que sólo eran amigos, y que eso era lo único que iban a ser. Pero, nunca se imaginó que Tweek pudiera conseguir a alguien. Una parte de su mente infantil pensaba que siempre iba a tener la atención de Tweek, aunque sólo fueran amigos. Nunca creyó que llegaría alguien más, y menos que ese alguien le arrebataría la atención que recibía por parte del rubio.

— Tweek es un idiota. Un idiota que va por ahí rompiendo corazones.- Ahora le hablaba a la nada. Miró su portátil con recelo.- espero que estén felices sabiendo cuando daño acaban de acusarme.- Aunque ellos nunca lo sabrían.

Se sentía estúpido, y patético, y un idiota. Y a pesar de que las lágrimas seguían rodando por sus mejillas seguía sintiendo que Tweek en realidad no tenía la culpa de nada, ni tampoco esa chica. Se dijo a sí mismo que él solo se había ilusionado, había tomado pequeñas cosas y las había transformado totalmente en su cabeza.

— No. También es su culpa. Por decir cosas así. Por decir que le agradaba mi personalidad. "Eso es lo que me agrada de ti"- dijo repitiendo lo último con una patética imitación de la voz de Tweek.

Se limpió los mocos con el reverso de su camisa. Tenía tantas ganas de tirar algo. De patearlo. También a él.

Y pensar que estaba tan contento, que aceptaba cualquier indicio de atención. Y ese tipo patético sólo estaba jugando con él, ni siquiera lo quería como amigo. Si fuera así no habría dejado de hablarle. Es un idiota.

Entonces Craig recordó la conversación que habían tenido aquel día. El día que ambos se "confesaron". Recordó cuando le dijo que no buscaba un noviazgo, y el pinchazo en su pecho se intensificó.

Gritó. Y su grito se entrecortó a la mitad convirtiéndose en un sollozo que trató de ahogar con el dorso de su mano. Las lágrimas ahora eran en mayor cantidad y más frecuentes. Por decirlo de alguna manera: estaba llorando a mares.

Se miró en el espejo de cuerpo completo que tenía en su habitación, y se dejó caer ante él. Miró su expresión de dolor sorprendiéndose a sí mismo. Así que ese era el aspecto de un corazón destrozado, curioso. Se miró con coraje, mordiéndose el labio por la impotencia.

— ¡Tú tienes la maldita culpa!- susurró con rencor, mirándose a los ojos. Aquellos ojos hinchados. Sus ojos... su mamá decía que se volvían de un verde más claro cuando lloraba. Hace mucho no le sucedía.- Si no te hubieras enamorado de ese estúpido estaríamos bien, y esto no dolería tanto.

Su garganta ardía, pero no podía importarle menos. Se golpeó las rodillas con las manos hechas puño.

— Yo lo quería. Lo quería tanto.- se lamentó.- Él y su maldita cara hermosa. Yo y mi estupidez.

Ya no quería hablarle. Es decir, no estaba molesto con él, porque por alguna puta razón no podía molestarse con él, pero ya no quería hablarle más. Ni siquiera quería ir a la escuela al día siguiente y ver su estúpida y preciosa cara. No quería que lo saludara con su puto tono de siempre y que le sonriera de esa manera. Ni siquiera se creía capaz de dejar de llorar.

Y realmente no lo hizo. Siguió llorando. Durmió, sí. Porque tenía los ojos tan hinchados que se cerraban solos. Pero despertaba cada tanto, ya fuera para beber agua, para ir al baño, o porque había tenido una pesadilla (en toda la noche tuvo al menos tres), y cada vez que abría los ojos recordaba que era un jodido niño mimado, y que le había quitado aquello que quería, que no podía aceptar haber perdido. Y se tiraba a llorar de nuevo. La mañana siguiente, cuando creyó que ya había parado por fin, su mamá entró a su habitación y le preguntó cómo estaba, y Craig siguió llorando.

Esa mañana fue la última vez que lloró. No fue a la escuela durante dos días porque no estaba de humor. Pero aprovechó ese tiempo para terminar sus proyectos. De todas maneras ya no estaban haciendo nada. Sólo quedaba una semana para salir a vacaciones de verano, y ya no volvería a verlo, porque iban a universidades distintas. Sólo se presentaría a entregar todo, a las malditas fotos grupales y listo. Ni siquiera iría a la puta fiesta de graduación. Y no porque Tweek fuera a ir, si no porque no soportaba la idea de ver a un montón de patanes embriagándose.

—————-
Craig suspiró mirando la ventana de su habitación. Había pasado un tiempo. Cuatro semanas aproximadamente. Y no habla hablado con Tweek desde aquel entonces.

Una vez le había mandado un mensaje, Tweek a Craig, quiero decir, pero el azabache no quiso responder. Ni siquiera abrió el mensaje. Ya no sentía nada. O eso creía. Sabía que algo tan fuerte como lo que sintió no podría irse tan fácil, pero tampoco estaba apresurando las cosas. Dejaba que el sentimiento desapareciera por sí sólo.

A través de la ventana notó una peculiar melena rubia. Tweek miró en su dirección, sonrió y lo saludó con timidez. Craig imitó el gesto, pero no para saludar, si no, más bien para despedirse. Se alejó de la ventana para ir a la cocina y hacerse algo de comer. Ahora era definitivo, el amor que le tenía había desaparecido.

🎃✨🎃
Este es el final de la historia, y sólo quería agregar que sí notaron algunas inconsistencias a lo largo de la historia, por cómo se desarrolló y tal, es porque es una historia basada en una experiencia mía bastante reciente. Entonces, no quería narrar todo lo qué pasó, sólo como... las cosas más "importante" por así decirlo.

Al final hice que Craig superara su enamoramiento pero, en la realidad yo aún sigo amando a esa persona. Y somos buenos amigos. Entonces... eso. A veces no siempre pasan las cosas como uno quiere, ahora, por ejemplo, sé que una relación amorosa con él jamás habría funcionado. Y pues nada, hasta aquí llega esto.

-Blau

Punto de ebullición; Creek. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora