11.- Y justo cuando menos lo esperas

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Comenzaron a tontear en los pasillos. Al principio nadie les tomaba importancia, lo veían como algo normal, como un juego entre amigos.

Pero... poco a poco comenzaron a notar algo en la mirada de Craig, algo en la forma que tenía de tocar a Tweek que no era propio de una simple amistad, notaron ese tono de intimidad con el que le hablaba sólo a él. Y, como es típico en adolescentes, las bullas no se hicieron esperar.

Cuando estaban juntos no faltaban comentarios cómo:  "Se ven tan lindos juntos" "ya deberían casarse" "la primera pareja gay del colegio, ¿Quien sigue, chico?", etc.

Craig no se molestaba. De hecho, se alegraba de que alguien más se hubiera dado cuenta, porque una parte de su mente creía que era mutuo y que por eso los elogiaban tanto. Sin embargo, tenía un poco de vergüenza. Es decir, ¿De verdad era tan notorio que le gustaba? Él creía que era posible disimular, pero aparentemente no era así.

Aún así, por más feliz que estuviera... hasta él podía notar lo incómodo que Tweek se ponía cuando alguien les hacía bulla, y siempre miraba alrededor, como si estuviera buscando a alguien. Como si esperara que alguien en específico no lo viera.

Respondía a sus mensajes más lento de lo normal, y cortaba las conversaciones con monosílabos. Craig no entendía porqué, dudaba haber hecho algo que lo hiciera enojar. Y sin darse cuenta Craig dejó de buscarlo tanto.

Le hablaba a veces, pero ya no iba a buscarlo para tontear, ya no podía hablar de cosas tribales con él por la incomodidad le carcomía el interior. Dejaban de hablar por semanas porque Tweek cortaba la conversación de tajo y Craig no se sentía tan patético como para buscarlo al día siguiente.

— Oye, Craig, vi a Tweek en la cafetería.- mencionó Clyde un día.

— Oh, genial.- respondió. Trataba de demostrar que no le interesaba, aunque su corazón se había acelerado con la sola mención de aquel nombre.

Levantó la vista para ver a sus amigos, no era normal que se quedaran callados de repente. Advirtió que había algo distinto en su semblante, como si quisieran decirle algo pero no se atrevieran a hacerlo. Lo dejó así, pensó que no era algo de gran importancia.

— Ustedes ya no hablan muy seguido.- Token se sentó frente a él. Craig negó en respuesta, pero como eso no pareció ser suficiente decidió hablar.

— No. Yo ya no tengo tanto tiempo como para buscarlo, por los trabajos finales y eso. Y él también está concentrado en otras cosas.- respondió él.

Regresó la vista a su material escolar para terminar un resumen que debía entregar el próximo miércoles.

— Pero, ¿él aún te gusta?- preguntó Clyde.

— Sí.- Dijo sin despegar la vista de su cuaderno.

— Y... ¿Qué harías si Tweek de repente consigue una novia?- Craig miró al castaño por un segundo.

Una de las mejores cualidades de Craig era su capacidad de razonamiento. Podía analizar todo un contexto en cuestión de minutos, pensar con la cabeza fría e incluso pasar por encima de sus propios intereses para encontrar una buena solución. Lo malo de esto era que no podía hacerlo por sí sólo, alguien tenía que plantearle la situación (o una simple idea) para que comenzara a analizar.

Como ahora. ¿Qué haría él si Tweek llegara a tener novia?
Al principio se sintió horrible. Sintió como algo se hundía en su pecho. Luego se dijo que aquello no era posible, y pensó en responderle a Clyde algo como: "No seas tonto. Eso no va a ocurrir, nos gustamos"

Pero sólo estaba negándose a sí mismo la realidad. Y la verdad era que sí Tweek sintiera lo mismo por él haría un esfuerzo por buscarlo, o por lo menos corresponder de buena manera cuando Craig era quien lo buscaba.

Desde su propio punto de vista aquello era muy extraño.

— No lo sé. Nada.- respondió con sinceridad.

— ¿Nada? ¿No vas a pelear por él o algo así?- indagó Clyde.

Craig ya había llegado a una conclusión. Una que ni él mismo quería aceptar.

Craig no le gustaba a Tweek. Eso era obvio, pero, entonces, ¿Por qué Tweek lo llamaba por teléfono sin avisar? ¿Por qué tonteaba con él? ¿Por qué lo hacía sentir como sí fuera especial y luego se iba?

— ¿Por qué habría de pelear por alguien que no me eligió a mí?- Murmuró sin levantar la vista.

Esto le estaba afectando más de lo normal. Su amor por Tweek era más grande de lo que debería.

— Se lo voy a decir.- Dijo Token de repente.

Craig levantó la vista. Clyde se había puesto demasiado nervioso.

— No. Token, no creo que sea buena idea.- Mencionó Clyde con tono paranoico. Parecía que lo un momento habían olvidado que él estaba ahí.

— Sí estuviera en su lugar me gustaría que me lo dijeran. Si me sentiría horrible si no.- Token lo miró. Craig ya sospechaba algo, pero no quería escuchar, de verdad. No estaba preparado.- Craig, espero que entiendas que mis intenciones no son malas, sólo intento ayudar.- Craig asintió.

— Token, no.- Reprochó el castaño.

— Clyde cállete. Craig, escucha. Tweek está en cerca de la cafetería, él...- al final a él también le estaba costando decirlo.- Él está con una chica. Ellos... ellos se estaban besando.- dijo finalmente.

Craig sintió como un vacío crecía por su pecho. Sólo atinó a asentir. No iba a llorar. No ahí.

Siguió haciendo su trabajo. Aunque ahora no podía concentrarse, su cabeza daba vueltas, se sentía mareado.

— Quiero verlos.- dijo de la nada. Sus amigos lo miraron como si estuviera demente.

Sin más se levantó de su asiento, tomó algo de dinero, y con las rodillas temblando se dirigió a la cafetería. Ahí seguían. Es decir, ahí estaban. Era real. Tweek tenía novia, y lucían tan felices juntos. Como si no les importara haber roto el corazón de una persona.

Sintió una mano en su hombro, pero no estaba seguro de cuál de sus dos amigos era. Pasó de largo a Tweek, y a la chica. Y él ni siquiera se dio cuenta.

Punto de ebullición; Creek. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora