6.- Sé mas cuidadoso.

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Tenía, aproximadamente, dos días sin ver a Tweek. El rubio no se había acercado a su rango de visión y eso estaba bastante bien.

Bien. No. Es mentira. Craig siempre lo buscaba. Cada día, de cada semana. Aunque fuera sólo un vez. No podía evitarlo, era algo que sucedía sin que él se diera cuenta. Sólo veía una multitud y ya buscaba esta estúpida melena rubia.

Si que lo vio, varias veces. Pero evitaba a toda costa hacer contacto visual. Siempre fingía que no estaba ahí, o que estaba haciendo algo importante. A pesar de que se sentía como un idiota ridículamente obvio.

Es un cobarde. Lo acepta. Pero no es algo que le moleste, no mientras se trate de esto. De hecho, puede ser muchísimo más cobarde. No lo reten.

Ahora mismo está en el descanso, y Tweek acaba de pasar cerca de él. Más cerca que los otros dos días. (Una mesa de distancia). De acuerdo, se dijo, esto es ridículo.

— Creo que sí sabe que eres tú. Es decir, voltea cada tanto, y sus amigos lo codean cada vez que pasan por aquí.- dijo Clyde.

Craig puso una expresión de angustia, una demasiado sobre actuada.

— Clyde, ellos ya han hablado antes, en posible que sólo sea una coincidencia.- mencionó Token con su típico tono tranquilizador. Quizá también estaba cansado de todo esto.

Craig se sintió mal. Pero no están seguro de qué comentario fue el que lo hizo sentir peor.

Se dedicó a comer, porque ¿Qué mas se puede hacer en situaciones cómo está?
Sentía el corazón latiendo en la garganta, amenazando con asfixiarlo en cualquier momento. No se atrevía a levantar la mirada por miedo a lo que pudiera ocurrir. Así que fue más fácil aplicar esta técnica del: Sí yo no te veo, tú no me ves.

Era difícil actuar con normalidad. Se sentía incómodo, ansioso, y tenía un nerviosismo exagerado que no sabía cómo explicar. Estiró los músculos para liberar la tensión, y quizá para pretender estar un poco más relajado.

Una parte le decía que todo esto era estúpido, que seguramente Tweek ni siquiera lo notara, y que era probable que sus amigos estuvieran haciéndole burla con alguien que no era él. Así que, siguiendo esa lógica levanta la mirada (de forma lenta y precavida, claro) sólo para descubrir a Tweek sentado en la mesa de enfrente, de una forma que, con tan sólo levantar la mirada, puede verlo.

Su corazón se agita. Su cara se pone roja. Y baja la mirada clavándola en su comida. Ahora no quiere comer. Que vergüenza. Siente que no puede ser él mismo y lo detesta.

Token nota algo raro y voltea para averiguar qué sucede.

— Trata de comportarte normal, o notará que si te gusta.- le dijo volviendo a su comida.

Craig le muestra el dedo medio. Y, oh demonios. Tweek le vio hacer eso, y sonrió. Maldita sea.

— ¿Me das una de tus papas?- Le dice a Clyde, tratando de ignorar al rubio.

Y mientras toma una papa del plato de Clyde, sin el permiso del castaño, su mente es algo cómo: Joder. Joder. Joder. Joder. Joder. Joder. Joder.

Nadie debería enamorarse. Es una tortura sentir esto. De verdad. Se debería saber que, además, es una tortura totalmente innecesaria.

Finalmente el timbre suena. Guarda sus cosas con tranquilidad, se cuelga la mochila en el hombro, toma su charola y se levanta.

Por el rabillo del ojo puede ver cómo Tweek, después de tener una especie de discusión con sus amigos, se levanta de manera apresurada y va en su dirección.

Y piensa: No. Joder. Que no venga. Que no me hable, por favor.

Pero lo hace. Le habla.

Ese chico tiene serios problemas para preservar la tranquilidad de Craig.

— Hola.- Saluda.

— Oh, ¿Que tal?- Pregunta Craig, tratando de sonar algo así como: No había notado que existías, pero ya que estás aquí, me daría igual hablar contigo o con nadie.

Y se siente como un idiota.

— Bien, ¿y tú?

— Bien.

Y ahí murió la plática. Completamente.

Caminan juntos hasta tirar los restos de comida, y dejar sus charolas donde pertenecen. Y se quedan ahí. Juntos. Sin mirarse, y sin decir absolutamente nada. Los demás chicos tienen que sacarles la vuelta para poder dejar sus charolas, pero a ellos no parece importarles estorbar.

Los amigos de Tweek se acercan y le dicen algo al oído que lo pone totalmente rojo. Craig desvía la mirada para no terminar igual por la vista tan espectacular. Clyde se acerca sólo para decir: Te veo en el salón. Y mirarlo con una mueca extraña que no sabe descifrar, pero que le causa vergüenza.

— Ya no... Ya no te he visto. En la biblioteca, quiero decir.- Menciona Tweek rascándose un brazo. No lo mira directamente, y Craig no sabe si agradecer eso o sentirse mal por pensar que Tweek no soporta su fealdad.

— Sí... Ya no he tenido tiempo de ir. Por los exámenes y tal.- responde. Y también, últimamente no ha ido porque el lugar ahora no hace más que recordarle lo patético que es al no poder acercarse a la persona que le gusta.

— Oh, entiendo.-

Suena el segundo timbre, y ellos comienzan a caminar por inercia. Caminan lento, como si en realidad no quisieran entrar a clase para quedarse hablando con el otro, pero vamos, ambos son demasiado cobardes y no preguntarían. Además, normalmente no se falta a clase para sentirse incómodo por no tener tema de conversación.

— Leí otro libro sobre naves espaciales. Creo que me estoy obsesionado.- Comenta con gracia. Ahora tienen un tema de conversación.

— ¿En serio? Eso es genial.

— Sí.

Craig suspira de manera disimulada. Está a punto de preguntar algo, esto probablemente revolucione su mundo por completo. Quizá deje de ser un fracaso sin remedio. O no. Quizá no.

— ¿Qué es lo que lees normalmente?- "Como si no lo supiera ya."

— Leo sobre herbolaria.- responde con orgullo.

Craig frunce el ceño, para pretender que le parece interesante. Obviamente si es interesante, obviamente ha entrado a esa sección. Pero sólo pretende parecer genial. Ya saben, por aquello de las impresiones.

— Quizá alguien día me lea uno.- Dice. "Para tener de qué hablar."

— Eso sería genial. Bueno, debo irme, nos vemos después.

Tweek entra a su salón. Ya que, aparentemente había llegado ahí y se habían detenido a charlar. Craig parpadea un par de veces para orientarse. Esto es malo. Muy malo.

Y se va. Sonriendo como un imbécil sin remedio. Porqué así sucede cuando hablas con esa persona especial. Así sucede cuando la estupidez te atrapa.

Punto de ebullición; Creek. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora