3. Gallina

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Kun no sabía que sentir ante el comportamiento de Ten, el tailandés siempre había sido bromista y abiertamente homosexual, pero aunque sus bromas en doble sentido eran comunes, aquello no parecía una.

Ten estaba siendo explícitamente sexual con él.

Entró a la habitación enojado, vio a Ten asustarse, como si no esperara su presencia. Acababa de tocarlo en la sala luego de varias insinuaciones, dejándolo con una dolorosa erección ¿en serio esperaba salirse con la suya?

-¿Vas a golpearme?

El chino bufó, llevaban años conociéndose cómo para que Ten lo considerara alguien que golpea a otros ante sus problemas.

-Hiciste una invitación, la acepté.

Oh Dios.

¿Eso significaba lo que creía que significaba? A Ten le costaba creer que Kun se estaba refiriendo a lo que su mente pensaba.

El chino sonrió ante la reacción de su compañero, sabía que sólo jugaba con él, burlándose cómo aquella madrugada cuando lo encontró viendo porno. Pero aquel juego terminaría justo ahora.

-De rodillas- ordenó manteniendo la mirada fija en Ten, lo vio vacilar y sonrió ante ellos, iba ganando-. Como imaginé, solo estabas blofeando.

Ante aquellas palabras Ten bajó, manteniendo la mirada fija en su compañero, desafiante a pesar de la posición inferior.

Sus miradas estaban conectadas, si alguno dijo algo en broma no era tiempo de arrepentirse, estaban jugando gallina* y ninguno pensaba perder. La tensión en el ambiente era fuerte, se podía escuchar los gritos lejanos de los menores jugando, ajenos a la situación de aquella habitación.

Ten levantó la ceja, estaba esperando; la competitividad de Kun ahogó la voz de la consciencia que intentaba decirle que aquello era un error.

Bajó la pantaloneta que usaba, junto a los boxers, su erección semidura agradeció la liberación. Ten continuó mirándolo a los ojos, como si el pene a pocos centímetros de su rostro no le preocupara.

Estaba a punto de pasar, era el momento para uno de los dos se diera por vencido y pidiera perdón, los segundos se sintieron eternos, todo se sentía tan absurdo para Kun, que esperaba ver a Ten ponerse de pie, pero contrario a sus suposiciones fue tomado por la boca contraria.

Apretó los labios cuando sintió el húmedo calor cubrir su erección, la mirada de Ten aún en su dirección mientras empezaba la felación.

Ten le estaba dando una mamada.

Kun no se consideraba gay, pero estaba allí recibiendo sexo oral de otro hombre, su compañero de grupo. ¡Se suponía que no debía ocurrir! Sus caderas empezaron a moverse un poco, ya sin control alguno sobre su cuerpo, bajó su mano hasta el cabello oscuro y marcó el ritmo.

La situación era obsena, Kun bombeando su pene dentro de la boca de Ten, en medio de una habitación cerrada sin seguro, con los otros habitantes jugando a pocos metros.

No saben cuanto tiempo estuvieron así, Kun al menos tuvo las neuronas suficientes para avisarle a Ten que estaba por acabar, terminó manchando el piso, resistiéndose a su idea inicial de hacerlo sobre el rostro de Ten.

Aquello había sido intenso, Ten se sentó en el piso, recuperando el ritmo normal de su respiración, tenía los ojos vidriosos y los labios hinchados y brillantes, Kun lo miró fascinado unos segundos, antes de recuperar su cordura, vestirse y marcharse.

Se dirigió a la cocina, necesitaba toallas de papel para limpiar el piso, tomó agua y se lavó la cara, cuando volvió a la habitación estaba vacía.




🙂

Me costó mucho hacer este capítulo 😂 para los lectores antiguos sabrán que soy bien soft en las escenas sexuales.

Nota: jugar gallina o el juego de gallina es un juego donde dos personas (generalmente conduciendo) se acercan en direccion al otro, el primero que desvíe la trayectoria para evitar el choque pierde.
Y como vieron, ninguno quiso perder.

Wake up  [Kun x Ten]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora