Era un día como cualquiera, era un día sin nada en especial, era un día que Yūichirou ahogaba sus penas luego de seis años de búsqueda.
Ya ha pasado seis años desde que no tiene ni una pista donde esta el rubio quien una vez amo. Aún se atormenta cada noche con sus pensamientos. Se autocastiga pensando "¿debí decirle que lo amaba y que siempre lo querría?" "¿hice mal en irme?" "¿debí darle una oportunidad?" "sí me hubiese ido temprano... ¿todo habría cambiado?" "¿de quién fue la culpa de que no estemos juntos?, ¿la de él o mía?" Cada vez esas preguntas deambulaban en su mente sin encontrar respuesta.
La noche amenazaba con llegar, Yūichirou lloraba en la mesa de su pequeño apartamento que con su misero sueldo puede pagar. Casi todas las noches su casa se vuelve su único lugar para desahogarse, arrepentido, confuso y enojado; los sentimientos lo ahogan.
Han pasado seis años luego de aquel trágico despido forzoso que apuñalo su arma al pelinegro. No termino el colegio, prefirió trabajar, trabajar para irse del país en busca del rubio. Nunca dudo en tomar esa decisión, nunca se arrepentirá de esa elección, su padre lo corrió de casa por dejar los estudios, su "madre" aún le manda dinero, no quería que su hijo se fuese, pero Guren "se puso los pantalones" en la situación. Le parecían absurdo que su hijo deje todo por un chico que no le quiere. Aún así, Yūichirou acepto los golpes de la vida. Dos años después de dejar la escuela emprendió su viaje a Alemania.
El idioma distinto, sin nadie en el país conocido y no tenia lugar donde caerse muerto, pero acepto lo que hizo y nunca dudo de su decisión. Hací pasaron cuatro años donde el pelinegro solo era un simple empleado en una editorial de libros, solo limpiaba el lugar, el sueldo era poco, pero le bastaba.
Así es cono llegamos al presente, seis años después de aquella dejadez de parte de ambos amantes. Ahora Yūichirou tiene 22 años, se ve de 25 por el mismo desgaste de la vida, pero no le interesa.
— Mika...— sollozaba mientras los tragos ahogaban sus penas.
Si nos vamos a unas horas de viaje del apartamento de Yūichirou, está Mika, mirando a la luna llena; hoy parecía más reluciente.
— ¿ya terminaste tu trabajo Mika? — habla Krul, entrando a la oficina de su sobrino.
— si tía. — respondió serio el chico rubio.
Mikaela ya tiene 24 años, termino sus estudios como administrador de empresas. Su trabajo aún sigue en píe gracias a la ayuda de su tía, desde el día que se fue de su país de origen, dejando a Yūichirou atrás se volvió más distante, serio, seco y reservado. El olvidar a Yūichirou nunca estuvo en sus planes y nunca lo hará. Solo esta esperando el momento exacto para volver a su antiguo país y ver al pelinegro una vez más.
— bien, mañana hablaras con el ex dueño. — advirtió la mujer saliendo de la oficina.
Dicho y hecho, a la mañana siguiente a primera hora el joven Hyakuya, con buen porte, se encontraba en una oficina donde dos hombres entraron. La charla duro más de cuatro horas hasta llegar a un acuerdo, Mikaela compraría la empresa del señor Minabala, dueño de la editorial de libros Misano,Mika solo sonrió, consiguió comprar la editorial, si la lograba revender a el doble de precio podría demostrar a su tía que puede manejar el negocio solo, así podría irse del país para ver a Yūichirou.
— bien. — habla el rubio tratando de ocultar la felicidad provocada — mañana dígale a sus empleados que habrá un nuevo dueño y que síno quieren perder sus empleos que vuelvan a hacer su currículum para rrecontratarlos — advirtió y salio del lugar.
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Hiii. ..
Como lo prometí el capítulo el día viernes.
Saben que siempre el primer capítulo de mis fanfics son cortos, espero que no les haya sorprendido.
Bueno, espero estén felices, como prometí, aquí está la segunda parte, espero no romper sus espectativas y les guste.
nos vemos el próximo viernes
No olvides dejar tu estrellita/comentario.
Bye....
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Listo para Encontrarte (Mikayuu)
أدب الهواةsegunda parte de "La apuesta de cinco reglas", si no has leído la primera parte te recomiendo leerla antes para entender mejor. La vida de Yūichirou no tiene sentido si no encuentra al amor de su vida, aquel que perdió por culpa de ambos, lo únic...