capitulo 3 - mami Shinya-

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— ¡es nuestro hijo! — recriminó un hombre de cabello platinado.

— ¡el maldito se fue detrás de su macho! — gritó Guren — ¡shinya Yuu nos salio Gay!

— ¡tú también lo eres! — gritó molesto.

— no me dejaste terminar — tomó una bocanada de aire — ¡Yuu nos salió Gay y pasivo!

— ¿y qué tiene de malo ser pasivo? — recrimina Shinya.

— es que.... — buscaba las palabras indicadas para no herir al amor de su vida. — son muy bipolares, o tsunderes como le dicen los jóvenes de hoy en día.

— yo no soy bipolar.

— ay si, pero en la cama estas diciendo "Guren dame más" pero al inició dices "hoy no, estoy casando" y terminas diciendo "mañana hay que hacerlo otra vez" para que por la madrugada me digas "mal parido me duele el culo por tú culpa nunca más contigo".

— ¡no estamos hablando de eso! — gritando se deja caer al sofá de su casa. Suspiró para continuar — ¿iremos por Yuu-san? — pregunta más tranquilo.

— no lo sé, el mocoso es un malagradecido.... Y pasivo, yo no quiero pasivos en mi familia. — habla Guren algo molesto.

— pasivo o activo sigue siendo tu hijo. Así que vuelvo a preguntar, ¿vamos a ir por Yuu-san?.

— que flojera.

— bien, sino quiere ir iré yo solo. — exclama Shinya molesto mientras se levanta del sofá.

— ¿y por qué luego de cuatro años quieres ir a buscarlo?

— hablaba con Yūichirou, yo si me preocupo por mi hijo, no como tú. El otro día le pregunté como iba con su búsqueda, él me respondió que aún no lo encontraba.

— que se rinda, da flojera buscar a alguien — interrumpe.

— no todos son como tú.

— te diré algo; quién no hace nada no gana ni pierde, no se decepciona u obsesiona. Deja entrar la flojera a tu vida. — comenta con una sonrisa, para que luego Shinya lo golpee en la cabeza.

— eres un idiota — fue lo ultimo dicho antes de irse a su habitación.


.

..
 

Yūichirou estaba ya en su casa, suspira y toca sus labios, mientras las lágrimas salen de sus ojos. Los víveres comprados yacían en la mesada de la cocina, sin ser sacados siquiera de la bolsa de compras.

  — soy un idiota — se susurra así mismo mientras limpia las lágrimas que caen.

¿cuál es el motivo de su llanto? Es el suceso de hace unos minutos, en el auto de Hyakuya.

  Acababa de preguntarle si el vasto sentimiento desde hace seis años seguía vigente el día de hoy. Yūichirou no sabia que responder, nunca pensó en el hecho de que decir cuando encontrase al rubio.

— ¿y responderás? — pregunta el rubio sacandole de sus pensamientos al esmeralda.

— nada.

— ¿eh? — pregunto al no entender lo dicho.

— no siento nada por ti ahora Mikaela. — dijo triste, pero trataba de no demostrar la tristeza que lo poseía en ese momento.

— ¿entonces para qué me buscabas? ¿por qué viniste hasta aquí por mí si ya no sientes nada? — exclama algo molesto, la respuesta del pelinegro le cayó como balde de agua fría.

Listo para Encontrarte (Mikayuu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora