𝗖𝗔𝗣Í𝗧𝗨𝗟𝗢 𝗖𝗔𝗧𝗢𝗥𝗖𝗘

564 33 1
                                    

Desaparecí del mundo humano para empezar desde cero.

Los Jinetes Fantasma, destinados a obedecer una fuerza divina, estuvieron escoltándome hacia los Tres Poderosos Arcángeles; seres hermosos, justos y bondadosos. Juzgaron mis pecados, cada gota de sangre habitando entre mis manos; pero no decidieron ejecutarme, sino ofrecerme indulto como señora que guiara la caza fantasmal, quien controlaría las bien temidas llamas del purgatorio.

Tres seres humanos eran capaces de recordarme: Lydia Martin, Peter Hale y Kate Argent. Durante mis primeras semanas, estuvo entre mis manos la decisión si asesinar a Hale y Argent; pero no pude hacerlo, negándome rotundamente a cometer pecados. En seguida, los encerré dentro de calabozos oscuros. Nadie tenía contacto con ellos. Ese era un castigo divino para que pagaran por todos sus pecados.

Dios me dio la oportunidad de hacerles recordar quién soy con medidas sencillas, aunque ciertamente prohibidas. La manada, y todos, sabrían aquella desecha identidad si en mi forma angelical miraban mis ojos violetas, de ser así, todos los recuerdos regresarían.

Sebastiën estuvo siempre presente. Al principio, fue complicado acostumbrarme a su apariencia espectral; pálido, esbelto y helado cual témpano. Mantuvo especial silencio hasta fuimos adaptándonos al otro; empezamos conversaciones simples, con él guiándome entre la densa neblina del purgatorio. Pronto se convirtió en el ansiado respiro. En seguida, representó tranquilidad, compasión.

Pero estaba prohibido que un Jinete Fantasma mancillara el siempre honesto honor de su ama. Nunca pasaría nada entre nosotros, de ser posible, entonces seríamos desterrados al mundo humano, habiendo perdido todo recuerdo capaz de enlazarnos. Luego, estaba Peter Hale, aquel hombre que asesiné sin contemplaciones, estando fuera de mis pensamientos, y comprendí que ese amor continuaba ahí.

Scott importaba poco. Renuncié a él sin arrepentirme. Tal vez, estaba siempre destinada a quedarme sola y alejar a las personas.

Nunca podría arrepentirme. 

𝗟𝗶𝗻𝗮𝗷𝗲 𝗛𝗮𝗹𝗲²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora