— Odasaku, no tengo todo el tiempo del mundo, lo quiero, si tardas tendré que hacerlo yo — Las palabras del joven suicida ya habían sido repetidas dos veces por la indecisión de su compañero.
— Osamu, te dije que lo tomaras con calma, en estas cosas es necesario tener concentración para no perder el premio gordo.
Ambos trabajadores de la mafia se retaron con la mirada, no era que estuvieran peleando, pero por infantil que fuese, el ejecutivo estaba deseando lo a tal grado que posaría su fiera mirada en su amigo.
Un pitido sacó de su concentración a ambos, el juego había terminado, la garra metálica se movía a su punto de origen sin el ansiado gato con vendas que Dazai había visto en ese juego.
— ¡Odasaku! No es justo yo quiero a ese gato... Si te ibas a rendir al treceavo intento no me hubieses traído a un centro de juego...
— Querías ir a un casino, y hasta donde yo se, eres menor de edad; además no es lugar para una cita
Cita, la palabra que a Osamu le costó pronunciar cinco días, y que seguramente seguiría atorada en su garganta de no ser por la borrachera que se había metido un par de días atrás en el Lupin, parecía algo común en el mayor de ambos.
— Bueno, pues, ¿Cómo iba a saber yo que no era un buen plan?, pudimos gastar dinero, beber, golpear...
Osamu la mañana que fue consiente de lo que había dicho bajo la influencia del alcohol, cayo en un shock masivo, pero no podía retractarse, después de todo, no era ese tipo de persona y de forma dedicada, durante todo un día estuvo observando series y películas "románticas" para dar se una idea de como planear la cita perfecta.
Preparo un itinerario que parecía ser perfecto; se reunirían en el parque, irían a un casino de la mafia, después a almorzar, pasearían por los muelles hasta que sus hombres les pusieran el espectáculo perfecto, fuegos artificiales mientras se ponía el sol.
El ansiado día llegó y su plan comenzó con el pie izquierdo, empezando por que cada uno dio vueltas por el parque buscando al otro, luego con la negativa de ir a un casino por parte de su compañero, pero por fortuna, aún había otras actividades en la lista... Si es que se arreglaban las cosas después de la perdida del gato momia.
— Eso es por que eso se hace en el trabajo diario, una cita es algo especial, se que ver una película es una tontería, te mantendrías criticando cada cosa.
Ambos abandonaron la sala mientras suspiraban, el gasto que habían hecho en esa maquina había sido excesivo.
Con los nervios latentes, únicamente caminaban por las calles del centro de Yokohama, paraban en algunas librerías o en restaurantes de comida rápida.
Dazai buscaba aquel lugar perfecto, después de todo algo que aman las personas además del dinero, era la comida.
Su objetivo era el restaurante coreano mas famoso de la zona, se decía que se vendía el curry mas delicioso del mundo, sutilmente le movía por las calles para llegar a tan ansiado local, pero parecían que las cosas no le funcionaban bien al suicida, ya que el lugar esta cerrado por "remodelaciones"...
— ¿¡ Qué ayer encontraron cucarachas en la cocina?!, esto debe ser una broma de mal gusto...
— No se puede evitar, vayamos por algo de ramen, o puedo invitarte carne...
No, Osamu no quería que le invitaran nada, lo que ahora quería era dar ese estúpido paseo meloso donde según había visto, sus manos se tocarían, reirían nerviosos y sutilmente enlazarían sus dedos.
— Mejor vamos a caminar, quizá haya un buen restaurante en el muelle...
— Por mi excelente, tengo algo de hambre pero puedo sobrevivir
Sakunosuke podía ver los nervios e irritación en el joven, pero aunque no lo diría en voz alta, le encantaba eso, después de todo, dejaba ver ese lado humano poco usual.
Y aquella mala racha a la cual ya se estaba acostumbrando la pareja volvió, en el primer intento de Osamu por tocar la mano del pelirrojo una gota de agua impactó en su piel.
— En el clima decía que estaría soleado...
— Bueno, la contaminación puede jugar una mala pasada... Ya sabes, gases contaminantes
— ¡Pero dijeron que la contaminación era invención de los chinos!
Odasaku no supo si tomarse en serió los comentarios de su acompañante, dudaba lo dijera con seguridad, pero siendo él... Todo podía pasar
— No me veas con esa cara de "¿está estúpido o se cayó de la cuna?"
— No, bueno, los chinos no inventaron nada...
— Lo se...— Nada mas cruzaron esos diálogos las gotas comenzaron a ser mas fuertes y constantes, tuvieron que correr por las maderas resbaladizas rezando por no caer ridículamente.
El plan del ejecutivo se fue al trasto, con la lluvias el resto de su itinerario se vino abajo...al igual que su ánimo.
— Bueno, creo que aquí acaba el día Odasaku...deberías ir a casa
— Pero y la...
— Ya, venga, no es nada, sabes que luego digo tonterías borracho, debí suponer que seria un asco salir de este modo, la próxima vayamos al Lupin y asunto resuelto.
Sakunosuke no dijo mas y dejó que se marchara, no por que fuera un insensible, sino por que había un plan detrás.
Dazai llegó a su departamento y se metió tomar una ducha, estaba mojado, con hambre y enfadado, pésima combinación.
Nada mas salir de la regadera se coloco su supuesta pijama y se dispuso a tirarse a la cama para ver el infinito pasar.No supo si fueron unos minutos o una hora, pero dado cierto momento se escucharon golpes fuertes en la puerta. Perezoso se puso en pie y fue a abrir sólo para encontrarse con Odasaku, en su mano derecha traía una bolsa de plástico y con la izquierda apretaba algo debajo de la chaqueta que llevaba.
— ¿Traes una cabeza ahí y quieres que la esconda?
— No se por que pienso que lo dices en serio... No Osamu, no es una cabeza, en fin, ¿Aún estas abierto para tener una cita?
Y con ese comentario dejo ver el objeto que había estado bajo su ropa, era aquel gatito momia que había estado tratando de conseguir.
— Te dije que podía conseguirlo, entonces ¿me dejas pasar?
Aquella primera cita no fue lo que Dazai había planeado, no habían necesitado lujo, dinero o una producción muy elaborada, para ambos bastó una manta caliente, vasitos de ramen instantáneo y la tercer película del señor de los anillos.

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La primera vez
FanfictionOsamu Dazai tiene todo lo que alguna vez jamás pensó disfrutar. Está felizmente casado con Oda Sakunosuke, tienen una bella niña llamada Shizune y su casa se encuentra en la costa lejos del territorio de la mafia. Su pequeña está por cumplir 5 añito...