Peculiar familia

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- El siguiente capítulo habla sobre como Mori te quería matar cuando se entero de lo nuestro, a pesar de que se veía tranquilo, lo conozco

- Osamu...me parece que son cosas que la niña no debería saber

El pelirrojo tenia a su pareja recostado sobre sus piernas mientras le acariciaba el cabello con cariño, cuando unas pisadas se dejaron oír por el pasillo que conducía a las habitaciones

- ¿Papá? - la dueña de esas palabras era una pequeña de cabello negro y sus ojitos azules estaban entrecerrados ya que se tallaba uno de ellos por el sueño

- Shizune, mi princesa perdona si te despertamos

Si había alguien que conseguía que Osamu no pusiera atención en Sakunosuke era su pequeña, era su adoración y siempre su prioridad.

La niña se acerco a sus padres y el ex suicida la tomó en brazos para llenar esas regordetas mejillas de besos antes de que el escritor se la apartara para besar su frente y arreglarle la pijama naranja con unicornios que mantenía caliente el cuerpo de su pequeña.

- Tengo sueño papi...- Osamu casi se derretía por la imagen que tenia de sus dos amores a su lado.

- Lo lamento tanto, pero le estaba contando unos cuentos para dormir a tu padre, creo que le sacaste el no dormir sin escuchar mi melodiosa voz.

Sakunosuke estaba sonriendo por el gesto que hacía su pareja, el regalo se mantenía a un lado de Osamu, por lo visto ya no sería tan secreto como hubieran deseado, pero ocultarlo era el menor de sus problemas.

Conforme Shizune despertaba su energía parecía regresar, siempre de primera vista se veía alguien muy tranquila y pasiva, pero con que la vieran unos cinco minutos se podían dar cuenta de que era todo lo contrario

- Papi ¿por qué no me despertaste para ver a papá?, eres injusto

La pequeña le reclamaba al ex suicida mientras se aferraba al cuello del escritor, sin duda era una niña algo posesiva y porque no, hasta celosa a lo que se refería a su "querido papá"

- Yo no fui quien ceno muchas galletas con leche y se quedo dormida campeona, además tenía algo importante que hacer para ti

La pequeñita termino sentada entre ambos moviendo sus pies

- ¿Un regalo?

Era lista y bueno, tampoco podía ignorar la enorme estampita de pastel que estaba posado en el número 27 del calendario.

Sakunosuke había insistido en poner cosas grandes y llenas de letras para que Shizune practicara, con pensar que un tiempo todo en la casa estaba etiquetado para que fuese un repaso de 24 horas al día.

- Exactamente, pero tendrás que esperar, aun no está listo...necesito que papá lo apruebe

El pelirrojo negó con la cabeza, por como iban las cosas creía que era demasiado para una niña pequeña, pero sabia que su opinión sería escuchada pero no respetada.

- Dejemos de pensar en esas cosas, vamos que no es hora de despertar, mañana tienes clase y nosotros trabajo

Como todo padre responsable la cargó y dejo que se abrazara a su cuello. Osamu dejaría que su pareja se encargara, después de todo casi nunca podía llevar a la pequeña a la cama.

La habitación parecía un pizarrón gigante, la habían adecuado para que pudiera dibujar y practicar su escritura sin necesidad de estar gastando dinero en pintura.

Su techo lleno de luces de colorea y pegatinas de estrellas, sin duda era la consentida de sus padres y por eso también gozaba de tener la habitación mas grande.

El escritor la acomodó en la cama y con cuidado la arropó para que pudiese estar calientita, a un costado se encontró con lo que para su gusto era un feo muñeco de algo parecido a un oso con enormes vestidos de colorea chillones.

- Me lo regalo el abuelo...

- ¿Mori?, sabes que a Osamu no le gustan mucho sus visitas, siempre intenta darte cosas raras

- Es un pechuche

- Peluche cariño - el pelirrojo corrigió de forma cariñosa a su niña y esta asintió

- Es un secreto papá, papi no sabe que me lo trajo

No era la primera vez que de la nada (llamada Akutagawa) aparecía en su casa libros, muñecos vudú, juegos de química y vestidos pequeños que Osamu aseguraba eran la copia fiel de los de Elise.

No le costó mucho el conseguir que durmiera, tenia una técnica infalible que había aprendido con el ex suicida. Delineaba el contorno de su rostro y cejas con su dedo hasta que quedaran completamente dormidos, y era su técnica cuando deseaba tiempo libre para trabajar.

Tras dejar un beso entre sus mechones negros, salió de ahí para ir a su habitación, aunque misteriosamente Osamu aun no regresaba ahí, así que fue por él a la sala donde el pelinegro se había entretenido viendo las fotografías.

- Parece que tú aún no tienes sueño ¿quieres seguir contándome tu historia? Quizá sería romántico recodar algunas cosas

El pelinegro se le abrazó al pecho e inhaló su aroma, era varonil y al mismo tiempo le recordaba al tabaco

- Podrías escribir algunos capítulos tú, saber desde tu perspectiva como ha sido nuestra vida juntos

Un delicado beso en la cabeza de Osamu le hizo sonreír

- Puede ser, como aquella vez en la que trabajamos juntos y terminamos en el río o cuando me presentaste a tu escuadrón, sentí que me matarían

- Bueno y por cuál quieres empezar.

Cerro los ojos y al final sonrió

- Ya sé por cual

Continuara...

La primera vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora