— Entonces...para aclarar, ese día, Chūya tenía una araña caminando por su cabello, intentaste quitarla, él pensó otra cosa y por eso te agarró de la ropa, ¿Eso es lo que estaba pasando cuando los vi?
— Así es Osamu, ya te lo dije como por cuarta vez
Después del rotundo fallo en el plan del suicida por unir a su amor "no correspondido" y su odioso compañero, Sakunosuke se había quedado a escuchar como era que había llegado a aquella loca conclusión, y con esto le explicó lo que realmente había pasado en ese momento.
— Pero entonces ¿por qué no me lo dijiste antes?
— Me estuviste evitando todo el tiempo, ni siquiera nos pudimos ver en Lupin o fuera de las instalaciones, pero ese es otro punto, te dije que me gustabas y no he escuchado que es lo que piensas al respecto.
Dazai en ese momento recordó, como si fuera una película de VHS, momentos antes de que se encontrará el accidente de la araña, él también estaba enamorado, se había preparado mentalmente por días para decírselo, pero jamás pensó que quien recibiría una confesión iba a ser él, por lo que su cabeza era un caos.
— ¿Qué se supone que debo responder a eso?
— No lo sé, normalmente tendrías que decirme cómo te sientes al respecto, ¿Cómo me ves?
Osamu estaba en un proceso de reinicio, podía sentir que todas sus neuronas chocaban entre ellas en un momento de caos, no sabía...no, si sabía la respuesta pero ahora el valor de decirle se había esfumado
— Yo...
El recadero pudo ver la expresión del suicida, sabía que en ese momento no tenía caso insistir así que le acarició la mejilla y sonrió, de ese modo que casi nadie había podido disfrutar.
— No hagas una tormenta en un vaso de agua Osamu, cuando te sientas listo hablemos, por ahora seamos amigos, imagino que no esperabas que te dijera cosas así.
Dazai le miró con el ceño fruncido, parecía un niño pequeño haciendo un berrinche.
— No se trata de eso Sakunosuke, pero se trataba de que yo iba a ser quien se te declarara
Ambos se quedaron mirándose, el caramelo contra el cielo, uno confundido y el otro frustrado. Segundo, minutos...no sabían cuanto tiempo se mantuvieron en esa posición
— ¡Oye! Ahora no te quedes callado idiota, no me hagas quedar como que le hablo a una pared
Quería sonar rudo, firme y fuerte pero el rubor en las mejillas y el temblor en sus manos no ayudaban.
— No estás bromeando conmigo ¿Verdad?
— Por...por que bromearía con algo así de importante...No te quedes callado Odasaku, es raro
El suicida pudo esperar palabras, un abrazo o alguna caricia, pero no que su amor platónico tropezara de la sorpresa e impactará en el piso con un sonido sordo, y sumando algo más a la sorpresa, se cubría el rostro avergonzado
Lo que siguió, no supo si le encantó o le puso caliente... La expresión del pelirrojo era oro puro, sus mejillas estaban algo teñidas y cubría sus ojos con el antebrazo
— ¿Por qué no en lugar de planear una cita para personas que no interactúan mejor fuiste por mi?
—...Te...te dije que eso había intentado ese día que los vi, jamás imaginé que los encontraría en...
Ambos estaban avergonzados, su romántica historia estaba comenzando como una comedia barata del cine, se miraban, tenían tanto que decir pero no encontraban las palabras adecuadas, el recadero se puso en pie y carraspeo, era la primera vez que se le veía actuar de ese modo en especial.
— Jamás he estado con un hombre...pero la verdad siendo tú me arriesgaría a todo — Sakunosuke fue quien dio el paso, necesitaban aire y hablar de manera adecuada
—¿Eso dices?, jamás he tenido pareja Odasaku, soy un cero, incluso el nivel cero se queda corto conmigo
Esa también había sido su gran miedo, no se consideraba homosexual, de hecho ninguna palabra le quedaba a él, por lo que la búsqueda de información para aliviar los nervios se había reducido a las novelas que encontró en la biblioteca de Mori.
—Una primera vez para ambos... salgamos un momento Osamu, pedirte lo que quiero viendo tu cita mal organizada que hiciste para mi me pone algo inquieto
El suicida no pudo negarse, ambos salieron en completo silencio del departamento hacia el muelle de Yokohama, era el mejor lujar para estar tranquilos y como decía el mayor hablar. Aunque ninguno imagino que se quedarían viendo el infinito mar frente a ellos por casi diez minutos, Dazai no sabía que decir y Sakunosuke parecía que no tenía prisas.
— Creo que alguna vez me dijiste que querías tener una casa en la playa, parece relajante, los niños también serían felices ahí, quizá si ahorras suficiente podrías tener esa vida perfecta, es un buen sueño, por otro lado yo pensaría en saltar cada que las olas enloquecieran
— Ya lo hablamos Dazai, nada de hablar de muerte estando conmigo...creo que entonces la casa tendrá que ser en un lugar que no te provoque tanto
El ejecutivo no terminaba de procesar la información, ¿Cambiar la ubicación de la casa?
— Oh, no te preocupes, te prometo que en mis visitas me controlaré para no tirarme frente a un barco de motor
— ¿Visitas?, no sé por que pensarías en visitarnos viviendo ahí, el sueño perfecto que dices no lo sería si no estuvieras en el.
Rojo, era el color que identificaba a Dazai en ese momento, esas palabras tan simples y dulces habían acelerado su corazón a mil por hora, ya le había dado a entender que le gustaba pero esto iba a un nivel mas grande.
— Como veo el calor salir de tus orejas creo que es mejor ser mas directo contigo — dicho eso se giro para mirar al suicida de frente, le acomodo un mechón y tomo esa pálida mano con cariño. Dazai jamas lo había visto, pero sus manos eran tan pequeñas a comparación de las de su compañero, no solo eso, su cuerpo entero. Cuando le enseñó a bailar se percató de algo, sus cuerpos parecían amoldarse de una manera peculiar.
— Osamu, quiero que a partir de este día me acompañes, y no solo como un amigo, te seré sincero, en un inicio te veía como un niño perdido, como yo cuando era un adolescente, pero conforme te conocí me di cuenta de que había algo mas, no nos parecemos en lo absoluto, estas vacío... pero eso es lo que me atrajo de ti
— Eso...no es romántico Odasaku...
— Y no tiene que serlo, no somos personas románticas, pero es la verdad, yo conocí a alguien que me dio fuerzas para vivir, los niños me dieron el apoyo...y contigo encontré la razón por la que quiero vivir, quiero volverme la persona que te de todo lo que yo he aprendido en mi vida.
Si lo pensaba...era incluso mas meloso que un beso bajo la lluvia, mas dulce que un caramelo de leche, mas espeso que la miel, mas doloroso que una bala, y mas hermoso que un atardecer, Sakunosuke había leído y abierto las cicatrices que su alma cargaba, las vio y a pesar de ver como se estaba pudriendo... decidió quedarse, decidió intentar darle vida a ese cadáver andante.
— Entonces...¿qué estas esperando?...¿qué yo te pida ser mi novio?
— Si quieres...podemos darle ese nombre, pero para mi ya eres a quien mas quiero Osamu
El beso que se dieron en ese instante era como meter un torbellino en un vaso, la energía era tal que recorría cada centímetro del cuerpo del suicida y a pesar de eso era tan suave como una caricia dada por el viento, y fue en ese instante en el que Osamu Dazai se pregunto, ¿Cuanto amor podría aguantar su corazón?, si le daba un ataque muriendo en sus brazos, sería la mejor manera de morir, pero también por primera vez, deseo que eso no sucediera nunca.
ESTÁS LEYENDO
La primera vez
Hayran KurguOsamu Dazai tiene todo lo que alguna vez jamás pensó disfrutar. Está felizmente casado con Oda Sakunosuke, tienen una bella niña llamada Shizune y su casa se encuentra en la costa lejos del territorio de la mafia. Su pequeña está por cumplir 5 añito...