PARTE 6 - El día ABDL

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Al final Mishel si que cumplió su promesa, literal, desperté con un pañal con rosa en los elásticos, supuse que ella me lo había puesto en la noche, "Así es mejor" pensé, prefería eso a estar consiente mientras lo hacía y sentir sus manos haciendo contacto con mis partes íntimas.

Al parecer también me había cambiado la ropa, pues llevaba las medias largas del otro día, un short holgado y una playera amarilla (Que tuvo que haber tomado de mis ropas), "Madre mía ¿de verdad tengo el sueño tan pesado? No sentí para nada su presencia en la noche, meh... puede que solo haya sido insomnio".

Me levanté de la cama y me dispuse a ir a la cocina, tenía más hambre de lo normal, Mishel ya estaba ahí, ya me había hecho una idea de lo que pasaría.

Mishel: ¡Hola bebé! ¿Dormiste bien? - Se le notaba animada.

Sheyla: Sip mami - No quería que filtrase mis fotos por un vocabulario que considerase incorrecto.

Mishel: Me alegro bebé, ven, que te ayudo a subir a la sillita.

Me acerqué a la silla y dí un pequeño saltito hacia atrás para llegar, ella con un empujón me acercó a la mesa.

Mishel: A ver... empezaremos con la papilla, dí "ahhh" mi reina.

Sheyla: Ahhhh... - Me acercó la papilla con una cuchara hasta la boca, yo empecé a degustar su sabor, ya no era tan malo como al principio.

Así hasta acabar la lata entera.

Mishel: Muy bien - me felicitó con unas palmaditas en la cabeza - Ahora vamos por tu lechita.

Al igual que con la papilla me acercó la tetina de silicona a la boca, yo empezé a succionar su contenido. La leche estaba tibia y tenía cierto sabor a chocolate, ante tal manjar no pude parar hasta haberme acabado todo.

Mishel: Vaya que si tenías hambre, jajajá.

Sheyla: Gracias por el desayuno, mami.

Mishel: No hay de qué mi vida.

Creo que no hace falta mencionar que durante todo el proceso de alimentarme había estado tan roja como un tomate, ya saben, lo normal para tratarse de yo y Mishel. Se le había ido todo el aire serio que tenía en la escuela y en general, todo el tiempo.

Mishel: Bien, ahora ve a cepillarte los dientes - Yo asentí.

Fui hasta el baño y una vez cepillados mis dientes escuché a Mishel gritar "¡Sheyla! en la sala hay un baúl de juguetes, úsalos si quieres, hasta que dé la hora del almuerzo¡¡". La idea no era mala, por lo que fui a la sala, y efectivamente ahí estaba el baúl, lo que e emocionó fue que no era de Mishel, sino el que yo usaba hacia años, lo tuvo que haber sacado del sótano.

Me divertí por buen rato con las muñecos que había, sobre todo por el gran castillo armable, con lo que hacía una simulación de escenas de pelis de Disney y otras más recientes que había visto, así durante aproximadamente unas dos horas. Pero de un rato para otro me sentía observada; me dí la vuelta, y ahí estaba Mishel con una gran sonrisa de ternura en su rostro y celular en mano.

Sheyla: Heyy¡ - Me sonrojé al instante.

Mishel: Aww... te veías tan dulce... en fin, ya es hora de comer.

Sheyla: O... okey...

Me llevó de la mano hasta la cocina y al igual que en la mañana me ayudó a subir a la silla alta, me acercó un plato lleno de espagueti, algo totalmente distinto a lo que esperaba.

Sheyla: Eh... ¿No hay... papilla?

Mishel: Jijijí, me alegra que te estés metiendo en el papel, pero usted señorita, tiene catorce años, no sobrevivirás con papilla y leche solamente, jijí.

Tenía razón, como era un plato sólido, Mishel me dejó comer sola, ella estaba sentada al frente mío con otro plato.

Al acabar Mishel dejó los platos en el fregadero y se dispuso a lavarlos, yo la observaba, pero mi mente estaba en otro lugar, hacia ya tiempo que no me ponía al día con mis series, en realidad fueron dos días, pero para mí eso era una eternidad.

Sheyla: Oye mami...

Mishel: Dime, mi vida. - Dijo tras secarse las manos.

Sheyla: Me podrías dar la clave de la Pc?

Mishel: Ni hablar, los bebés no pueden hacer eso, pero... - dijo exagerando una sonrisa misteriosa.

Sheyla: Pero...

Mishel: Podemos ver una película.

Yo asentí, no era lo que esperaba, pero era mejor a nada. Levante mi mano esperando que ella la tomara y me dirigiese a la sala, pero fue mucho más atrevida de lo que pensé. Se acercó a mí y con sus brazos me cargó, obviamente estaba sorprendida y avergonzada a la vez.

Recorrió el camino de la cocina hasta la sala conmigo en brazos y con un gesto suave me dejo sentada en el sillón, claro está que mi pañal producía ruidos a medida que todo pasaba, pero ya me estaba familiarizando a ellos. Mishel volvió a hacer el trayecto hacia la cocina, solo que en una mano traía un biberón lleno de leche.

Mishel: Es para el transcurso de la película. - Dijo acomodándose a mi lado. - Bueno, vamos a acomodarnos.

Me volvió a cargar y se dejó caer en el sofá, yo estaba en posición fetal sobre sus piernas y me rodeaba el cuerpo un abrazo. Aquel contacto físico me ruborizó.

Abrió Netflix y puso "Como entrenar a tu dragón", no era lo que yo hubiese elegido, pero debido a la situación en la que estaba me contuve de protestar. Mientras transcurría la película yo succionaba el biberón, se me acabó como a un tercio de que acabe y Mishel me alcanzó un chupete rosa, también lo succione hasta que acabó la película.

Mishel: Y bien, ¿Te gustó la película?

Sheyla: Sip - Fui sincera con mi respuesta, la verdad que esperaba una basura genérica, pero la verdad es que me encantó.

Mishel: Pues bien, ¿Vamos por la secuela?

¿De verdad tenía secuela? Para ser alguien que estaba al día con series y tal me había dejado pasar esa joyita de animación.

Sheyla: Dale, mami.

Mishel: Espera mi vida, te traigo otro bibe.

Luego de que regresara con el biberón todo transcurrió igual que en la primera, yo tomando leche acostada sobre de Mishel. Al acabar ya había anochecido, nada sorprendente, pues dos películas en un día si que chupaban tiempo.

Mishel: Bueno... Bebé, hora de dormir.

Me cargó en brazos y me llevó hasta mi recámara, donde me empezó a desvestir (Vale, dejemos algo en claro, con cualquier acción sobre este tema ya sabrán que estaré rojísima, para evitar comentarlo cada párrafo que cansa jejé) A lo que yo obviamente me tapé solo los pechos, pues aún tenía el pañal puesto, estuve así hasta que a la fuerza Mishel me pusiera la pijama. Nos empezamos a reír de la situación.

Mishel: Hasta mañana, Sheyla - Me dio un beso en la frente.

Sheyla: Descansa, mami.

Cuando estuve sola con mis pensamientos me puse a pensar en como había llegado hasta tal punto, todo por espiar a Mishel y encontrármela en pañales. ¿Por qué no los llevaba cuando estaba conmigo? No noté que usara alguno cuando estuve sobre ella en el sofá ¿Cuando empezó a usarlos? ¿Alguien más lo sabía? Me dormí tratando de encontrar respuesta a esas preguntas.












Sheyla en pañalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora