PARTE 17 - Final

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Ya casi iba a acabar el verano, y con eso las vacaciones, eso me ponía cada vez más angustiada, no me concebía la idea de volver a las tareas, exámenes, y dejar otras cosas que de seguro me atrasarian, como los pañales, ser una bebita, y el trabajo en el ciber.

Trabajar en el ciber ya se había vuelto parte de mi rutina, así como el ABDL.

En nuestros días libres María y yo íbamos a visitar al resto de la clase en sus trabajos, era divertido ver que se había conseguido cada uno. Sergio era ayudante en una confitería, Pamela era niñera de su vecina, y así con todos.

A causa de estas salidas Mishel le había encargado a María cambiarme cada vez que me mojaba, a lo que esta accedió contenta.

Sheyla: Oye Mari... - Dije mientras María terminaba de espolvorear talco en mis partes.

María: Dime.

Sheyla: ¿No te sientes medio rara al ver que se acercan las clases?

María: Todos nos sentimos así, ¡Por eso hay que aprovechar el tiempo que nos queda!

Sheyla: Tienes razón, de nada sirve preocuparse.

María: Lista, limpita.

Sheyla: Gracias, ahora volvamos al trabajo.

Unas chicas mayores habían empezado a trabajar en el ciber, al parecer la dueña las contrató para reemplazarnos cuando volvamos a clases y tendríamos que dejar el trabajo.

Otra de las cosas que me preocupaban era Mishel, la notaba más distraída y distante, en las últimas semana había vuelto a su casa, a pesar de preguntarle para que siempre evadía la pregunta; y había faltado al trabajo en algunas ocasiones. Creí que era para juntarse con otros amigos, al fin y al cabo era una adolescente, pero siempre regresaba sudando a casa.

Tuve dudas sobre si insistirle o no porque estaba tan extraña, pero como se rehusaba a hablar tuve que buscar consuelo en mamá

Mayra: Ay Sheyla, recuerda que también tiene familia y que la deben querer tanto como tú, así que es normal que los vea, y más cuando estuvo viviendo con nosotras todo este tiempo.

Sheyla: Ya, pero se rehúsa a hablar del tema, como si fuese algo malo, y si lo fuera, me lo diría para ayudarla...

Mishel vino alguna que otra vez solo para saludar, eso me alegraba, pero me entristecía cada vez que se iba, encima corriendo, como si huyera de mi.

Fue un día en el que trabajaba que recibí una llamada suya, obviamente le contesté nada más pasado un segundo.

Sheyla: ¿Mishel? ¿Por qué no viniste al ciber hoy tampoco?

Mishel: ¡Sheyla! Este... Ven a la plaza ya mismo.

Sheyla: ¿Qué cosa?

Mishel: Escucha, solo ven lo más rápido que puedas.

Sheyla: Pero...

Mishel: ¡Solo ven!

Y cortó.

Ugh, mi preocupación creció como una tormenta.

Sheyla: ¡María! ¡Ya vuelvo!

María: ¡Pero mira la cantidad de client...!

Sheyla: ¡Ya vuelvo!

Sin decir más salí corriendo en dirección a la plaza. Tenía pensado tomar un taxi, pero al acabarse las vacaciones la mayoría de las personas volvía de visitar a sus seres queridos, el tráfico era una mierda.

Sin más opciones seguí corriendo tan rápido como lo permitían mis piernas, tomando pequeños descansos para retomar la carrera.

Me topé con Joseph por el barrio chino, que quedaba a mitad de camino.

Joseph: ¡Eh, Sheyla! ¿A dónde vas con tanta prisa? ¿Alguien te persigue? ¡Jaja!

Sheyla: Este... ¡No puedo hablar ahora! - Volví a acelerar.

Joseph: ¡Espera! ¡Llevas p...!

Sheyla: ¡Bye!

Su grito se perdió entre el mar de gente, que compraban útiles escolares para sus hijos, a puertas del año escolar.

Más y más carrera hasta que ví las fuentes antes de la plaza, ahí están Mishel viendo a los alrededores. Dio conmigo y se acercó corriendo, yo estaba jadeando.

Mishel: Menos mal que llegaste, casi no había tiempo.

Sheyla: ¡¿Qué pasó?!

Mishel: Espera, primero cálmate.

Sheyla: Vine como un maldito caballo hasta aquí, anda, suéltalo.

Mishel: Bueno, creo que te diste cuenta, casi ni te hablo estos días....

Sheyla: Si, que tiene...

Mishel: El caso es que me voy a mudar.

Sheyla: ¡¿Qué?!

Mishel: ¡Si!

Sheyla: ¡No!

Mishel: Era por eso que volví a mi casa, para ayudar a mi madre a hacer las maletas, meter todo en cajas y eso.

Sheyla: ¿Pero por qué no me dijiste nada?

Mishel: Sabes que me duele irme... No sabía cómo decirte... Ni yo misma me lo creía cuando mi madre me dijo.

Sheyla: ¿Por qué ahora? Ya inician las clases.

Mishel: Mi madre consiguió un mejor puesto en una ciudad al sur, y es ahora para conseguir una plaza en los colegios cercanos.

Sheyla: Pero...

Mi mente trabajaba para asimilar la situacion, pero sólo pensaba en "Mishel se irá", unas lágrimas asomaban mis ojos.

Mishel: No llores, que si no... Yo... - Sus ojos también se humedecieron.

Se giró a dónde estaba su madre, levantando la mano, señalando que ya iría.

Me tomó de la mano y me dirigió detrás de una fuente para que nadie viese, yo algo confusa le iba a decir algo, pero sus labios se pegaron a los mios.

Estaba aturdida, no porque fuese una chica, ¡Sino porque fuese Mishel!.

Mishel: Eso ni queriendo te olvidas.

Sheyla: Mishel...

Mishel: Lo siento... Yo... - Ahora yo fui la que la besó.

Sheyla: ¡Te quiero!

Mishel: ¡Jajaja! Ni siquiera te quitaste el uniforme, ¿Tanto te gusto?

Era cierto, con las prisas ni me lo quité.

Sheyla: Admite que soy una musa ¡Jaja!

Mishel: Bueno, ojalá no se te olvide seguir usando pañales...

Sheyla: Descuida, que convenceré a María para que los use 24/7.

Mishel: Bueno, me debo ir.

Sheyla: Ya...

Un silencio incómodo nos inundó.

Mishel: Me crearé una cuenta de Facebook para mantener el contacto, se tu nombre de usuario.

Sheyla: Vale, cuídate, mami.

Mishel: Igual tú, bebita.

Y estamos al final, ahre, me da algo de pena, jeje.En cuanto al final, perdón si fue algo apresurado, pero no tenía más ideas de cómo continuar la historia, espero que no se molesten.Y sobre el beso, creo que era lo más sentimental y en mi cabeza tenía planeado algo así, pero lastimosamente lo implementé al final, pero bueno, yo si las veo como pareja xD.Sin más que decir, nos vemos en otra historia <3

Sheyla en pañalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora