PARTE 7- Les pondré al día

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Hola, creo que escribiré esto a modo de diario o como me salga, pues bien, ya pasaron como dos semanas desde que les conté sobre que Mishel y yo vimos "Como entrenar a tu dragón", en este periodo podría decir que ya perdí mi vergüenza a socializar con Mishel, al final creo que soy la única persona con la que saca su lado buena onda jejé, tipo así ya no me sonrojo ni me tapo cuando me baña o me cambia, por cierto, empecé a mojar y ensuciar el pañal, hay veces en las que se me olvida que la casa tiene un baño.

También Mishel había dado pequeños viajes a su casa para traer conjuntitos de oneasies, mamelucos y suéteres, eso reforzaba mis teorías sobre como vivía Mishel antes de que conviva conmigo, temía preguntárselo, pero ya encontraría el momento adecuado para hacerlo,

Un cambio notorio era la forma en la que nos dirigíamos, dejé de llamarla "Mami", al principio me gané unas buenas nalgadas sin siquiera acabar de pronunciar su nombre, pero se fue volviendo tolerante y nos llamábamos por nuestros nombres.

Pero bueno, ahora mismo dijo que nos íbamos a dirigir a un supermercado, más precisamente: "Ni yo misma tengo tantos pañales para que duren todas las vacaciones, pero es en parte tu culpa, que te ensucias demasiado, jijijí". Esa idea me daba miedo, más por el hecho de encontrarme a alguien que conozco que las miradas de incredulidad, no pude convencerla de ir con mi ropa normal pero si de ir a un supermercado que yo sabía que estaba tan lejos que ni uno de mis amigos viviera cerca.

También dijo que tenía que estar cambiada para cuando llegue, con la condición de que tendría que llevar pañales o filtraría las fotos de ya saben que. Para empezar, ya tenía un pañal puesto;era para adultos y por lo tanto era más abultado, pero decidí cambiarlo por unos pull-ups, que eran más apegados al cuerpo y se notarían menos, luego decidí por un vestido de verano que me llegaba hasta las rodillas, y para terminar unos tenis blancos que una de mis tías me regaló antes de que acabasen las clases.

Ya estaba terminando de peinarme cuando escuché un claxon en la calle, salí al pasillo y me asomé por la ventana.

Mishel: ¡Sheeeyla! - Gritó asomándose por la ventana del copiloto, se veía bastante gracioso, no pude evitar reírme.

Sheyla: ¡¡Ahí bajo, espera!!

Bajé las escales de dos en dos y abrí la puerta principal, al salir a la calle sentí una rara sensación, además de ser la primera vez que usaba pañales en la calle... no había salido a la calle en un tiempo, "Esto de los pañales si que atrapa, jejé". La puerta del copiloto estaba abierta, me metí y saludé.

Sheyla: Hola, mami.

Mishel: Ohhh, ¿sí que me dices "mami" de nuevo?

Sheyla: Bueno, no es bueno olvidar las viejas costumbres, jijijí. Por cierto, ¿De dónde sacaste el auto?

 Mishel: Es lo que tiene sacar buenas notas, tus padres te dan todo; bueno, andando.

La ciudad estaba de vivos colores, me fijé en eso a medida que nos acercábamos al super. Mishel estacionó el auto y nos metimos en unos callejones, "menos mal" pensé, el super no estaba en plena avenida, sino en unos suburbios, nadie que conociese estaría por allí, seguro.

Al entrar cogimos un carrito, de niña me gustaba conducirlos por todo el super poniendo pretextos, en esta ocasión no fue diferente.

Mishel: Vamos a la sección de embutidos, que hacen falta.

Pasamos por la sección de bebés y maternidad, tomé cualquier tipo de pañal con tal de que fuera talla XXG, se podían estirar y  persona más delgada que yo no había, así me ahorraba la tarea de buscar empresas extranjeras especializadas en producción y venta de artículos ABDL, además de ser carísimo. Ya faltaba poco, nos dispusimos a recorrer los pasillos para ver si había algo que nos faltase.

Fue en una de esas vueltas por una esquina del super en que vi unos puestos afuera, dedicados a series y libros de ciencia-ficción, entre esa mini convención y yo se interponía un panel de cristal, "Que bien debe ser estar ahí... con gente a la que le guste, eh... María y Joseph... ¿EHHHH? ¡¿María y Joseph?!"

Dioooosss, no podía estar pasando... esos dos estaban ahí, menos mal de espaldas.

Sheyla: Este... mami... acompañane...

La tomé de la mano y me la lleve a los servicios, lo que pasa, es que con el susto de que me descubran había mojado el pañal."Que bueno que no tomé líquidos, el pañal no hubiese aguantado".

Mishel: Así que te mojaste bebé... - Dijo luego de alzarme el vestido y palpar mi entrepierna. - Bueno, ¡que se la va a hacer? acuéstate rápido, que no hay nadie.

Sacó un pañal de su bolso.

Sheyla: Tu si que piensas en todo.

Mishel: Es el trabajo de una madre preocuparse por su hija, jijijí.

Sheyla: Aww, ¿Te tendría que agradecer?

Mishel: Depende, ¿Te gustaría ir hasta casa con un pañal mojado?

Sheyla: Este... nop.

Mishel: He ahí la respuesta.

Sheyla: Vale, vale, gracias mami.

Mishel: Así me gusta.

Luego de tirar el pañal mojado a la basura nos dirigimos hacia el auto, me aseguré de tomar el camino más a la derecha para evitar cruzarnos con Joseph y María. "¿Estarán en una cita? jajá, no, no son del mismo tipo".

Mishel: Sheyla, ve atrás.

Sheyla: ¿Por?

Mishel: Para que vayas acostada, te veo algo angustiada, toma. - Me entrego un chupón.

Sheyla: Tu sí que me conoces.

NOTA:

La vena creativa se me ha ido... osea,

sin ideas totalmente.

¿Me podrían pasar ideas o

sugerencias por el estilo?

Porfa

Sheyla en pañalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora