U N O

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YoonGi.

  La lluvia caía a cantaros esa noche y las frías gotas se deslizaba levemente entre mis dedos, el gélido viento ondeaba mi sobretodo y mis cabellos. Me encontraba agazapado en el balcón más alto de la vieja catedral  oculto en la sombras de las gárgolas, inerte, casi haciéndome pasar por una. Esperaba la señal de mi compañero  quién tomaba fotos despreocupado a la muchedumbre. De pronto, luego de dar el sexto u octavo disparo, levantó la vista y me llamo con un sordo silbido, cuando captó mi atención, le pregunté en un leve movimiento de cabeza si era afirmativo, él como respuesta señaló a dos bestias quienes entraban al subterráneo y asintió.

Afirmativo para Lycans.

Sonreí mostrando mis colmillos a la nada, él se colgó su cámara fotográfica y saltó con destreza.
Yo, como estaba más cerca de la acera, deje que la muchedumbre se dispersara un poco, pues sería un escándalo ver a un chico caer de 90 metros y levantarse sin un pequeño rasguño. Cuándo el tránsito se hizo más acorde, me incorporé solo un poco quedando bien al borde de la baranda y con impulso medido me tiré de espaldas, no fue si no a cinco metros del suelo que dí una voltereta para caer de pie y en silencio en la acera.

Comencé a caminar fingiendo querer resguardarme de la lluvia, al entrar al subterráneo, uno de mis hombres me pidió resguardar el perímetro externo, por si más de esas cosas aparecían. Accedí y bajé las escaleras del metro, me compré un ticket y pasé el torniquete reuniéndome con Lee Jihoon, ambos bajamos el segundo tramo de escaleras y comenzamos a caminar bien alejados de los lycans y humanos, mirábamos  con detenimiento alrededor, pasando desapercibidos hasta con disimulo nos ocultamos ligeramente en dos columnas distintas.

En eso, nuestras miradas se encontraron.

Era un humano de piel casi  trigueña y ojos oscuros como obsidianas, bastante apuesto con un uniforme de doctor. Le sonreí levemente y él me devolvió la tímida sonrisa mostrándome un bonito par de hoyuelos. Al notar un poco mi desinterés, dejó de mirarme y caminó hasta el final del vagón 

¿Pero, qué se supone que debía hacer? hablarle y decirle: Hola guapo, mira, porque no me das tu número y quedamos luego, a por cierto, yo que tu saldría de aquí por que las cosas talvez se pongan un poco peliagudas, ya que es posible que ataquemos a una bola de canes rabiosos. Por cierto, soy un vampiro de 300 años.

No, eso no iba a pasar. No estaba aquí para un coqueteo casual, no tenía 19 años ya. Estaba aquí para espiar y sustraer información valiosa, y mi "Información valiosa" paso con pasos firmes, di un leve respingo agazapándome contra la columna, en un movimiento imperceptible para el ojo humano, coloque una mano en mis preciadas Berettas, y aunque quisiera meterle una buena dosis de plata a esos mal nacidos, lamentablemente no podíamos enfrentarnos a ellos en terreno neutral.

Mi ansiedad, creció un poco junto con mi sospecha, ya que al parecer uno de esos perros seguía al chico de los hoyuelos, Jinhoo, sufrió uno de sus ataques heroicos y salió de la columna.

- Woozi- lo llame entre susurros histéricos maldiciendo. 

Pero él ni mero caso, comenzó a seguir un poco al Lycan, hasta que claro, todo se tuvo que ir a la mierda. Ya que antes de que comenzara los gritos, disparos y bullicio, solo se pudo escuchar un maldito grito Neandertal que decía: ¡Vampiros! A la mierda trabajar en cubierto, hola pandemonio

- ¡mierda! susurré sacando ambas Berettas, pero estaba inseguro, eran dos Lycanos...¿Dónde estaba el otro?

Y la respuesta divina me iluminó, ya que varios disparos (de una dirección contraria) se incrustaron contra la columna que me protegía. Maté al estúpido perro que me disparó y volteé buscando a Woozi, solo para encontrarme con la desagradable sorpresa de que él estaba muerto en el suelo desprendiendo un líquido ultravioleta.

¿Qué carajos...?

Ahora otro Lycan me disparaba desde otra dirección, ¿Cuántos putos eran? maldije un poco y corrí  para luego deslizarme de rodillas por el pasillo estratégicamente ocultándome entre las columnas, para así poder desviar las bala de mi enemigo, pero eso no evitaba que le disparara, logré herirlo más no matarlo. Vi como saltó al riel y comenzó a correr, yo con velocidad, ice una maniobra y me incorporé al lado de mi compañero caído, (ya reducido a cenizas), tomé la cámara de su cuello y me incorporé para saltar a los rieles, listo para caer sobre él como el espíritu santo. Hubo un momento en que le perdí la vista, pero seguí el mugroso aroma, por lo que iba en la dirección correcta.

Llegue hasta un tramo de túnel, pero aquí le perdí el rastro en su totalidad, escuché un rugido y me agazape en la pared, me asomé con sigilo, solo para luego quitar y voltear la cara, ya que era un tren que pasaba a máxima velocidad, sus luces me mostraron el camino, puesto que había un rastro de sangre adentrándose a una especie de ducto.

Sonreí ligeramente desnudando mis colmillos y seguí la sangre hasta una alcantarilla, me metí en ella y un disparo fallido me dio la bienvenida, me hizo agacharme y encarar al maldito, le dispare repetidas veces hasta hacerlo caer del suelo, por la alta dosis de plata, comenzó a retorcerse, me incorporé y me acerque a él pateando su arma de las manos, coloqué mi pesada bota en su pecho y lo terminé de acribillar con disparos en la cara, mostrando mis colmillos y mis ojos vampíricos.

Tomé el arma de ese perro y saque el cargador, las balas eran de un líquido irradio, el mismo que Jinhoo desprendió antes de convertirse en menos que migajas, pateé el cuerpo del perro molesto.

afuera, unas campanadas anunciaron que era media noche, debía volver a casa, ya tenía varias pruebas que analizar, pero un bullicio lejano captó mi atención, guarde el cargador de balas irradio en mi sobretodo y seguí aquel sonido como quien no quiere la cosa, bien alerta con mi armas alzadas cubriéndome el frente y la espalda.

Seguí un buen trozo de pasillo, hasta dar con una puerta, la pateé y entre en una especie de depósito, arriba, se escuchaban al menos una docena de gritos de júbilo, risas y rugidos...Había conseguido un nido lycano.

Maldije para mis adentros como por cuarta vez en la noche y salí de ahí. Y no porque fuer un cobarde, no, al contrario, era una noticia que debía ser esparcida, ya que un nido de al menos dos docenas o más de Lycans vivían bajo el subterráneo.

Esto lo tenía que saber Jimin.







Dato: YoonGi por lo general, tiene los ojos caramelo verdoso, pero cuando saca su lado vampírico, sus ojos se tornan amarillos claros.

Algo así:

Normal

Vampiro

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Vampiro

Vampiro

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Inframundo ~ NamGi~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora