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—Logan, detente. —imploré sintiéndome débil ante cada caricia.

—No quiero _____, he aguantado mucho tiempo sin sentirte. Me has dejado como si fuese un perro, como si no valiera para ti. —Apretó mi pecho con su mano izquierda logrando un suspiro de mi parte —Te has burlado, has festejado y has coqueteado con otros hombres, olvidándote de lo nuestro. —comenzó a desabotonar los botones de mi camisa azul. —No has tenido en cuenta el dolor qué me causan todos tus rechazos y abusos.

—Logan —rogué, mis ojos estaban empuñados. —S-si no me dejas, gritaré. —advertí.

—Grita preciosa, grita todo lo que quieras.

Sus manos cogieron mis pechos entre ellas, y sus labios vinieron a mi piel. Pasando su lengua por encima del sujetador, mandando pulsadas eléctricas a mí parte baja. Nada pudo evitar el pequeño gemido que salió de mi boca.

—L­-Logan... —intenté rogar por última vez, pero sus manos ya se habían desecho de mi sujetador. —Logan —volví a susurrar, mientras elevaba la cabeza para mirarlo.

Sus labios habían encontrado mi pezón erecto, y ahora lo succionaban placenteramente. Caí hacía tras. Mi cabeza apoyada en la almohada mientras sentía cómo succionaba con sus labios uno de mis pezones, y con las yemas de sus dedos apretaba el otro.

—Logan, de-detente. —tartamudeé, no puedo describir el placer que recorría mi cuerpo.

Haciendo caso omiso a mi petición, él bajó su mano por mi cuerpo, llegando a mis piernas y subiendo de nuevo, pero ahora bajo mi falda. Hizo a un lado la tela de la braguita, y acarició mí clítoris con su dedo suavemente. Mi cuerpo se arqueó de placer.

— ¿Te gusta lo que hago? —preguntó en un susurró sin dejar de acariciar mi punto v. —Porqué si es así, hay mucho más para ti. —añadió con la voz ronca.

Mordí mis labios, sintiendo como desfallecía en ese momento.

— ¿P-Porqué haces esto? —alcancé a preguntar, en medio de tanto gozo fue un milagro que mi voz saliera.

Le dió una corta mordida a uno de mis pezones. — ¿Acaso no te gusta? —preguntó frunciendo una ceja.

Sacó su mano de mi entre pierna, y se sentó en la cama. Llevando sus manos a mi falda, la quitó desesperadamente y de un sólo tirón. Mis braguitas se fueron con ella.

—Logan, podemos dejar esto. —dije esperanzada, lo decía pero no era capaz de levantarme de allí. —Todavía estamos a tiempo.

Abrió mis piernas. — ¿Y dejarte así de mojadita? —negó, su cabeza se inclinó junto a su cuerpo, y entonces sentí su lengua invadir mi intimidad.


Ex Novio Posesivo ; Logan HendersonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora