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Atontada, me dirigí al armario y elegí un vestido verde y dorado que se detenía justo debajo de las rodillas, elegí unas sandalias de oro y procedí a entrar en el baño a secarme.

Una vez que me sequé, me vestí. Me lavé la cara con agua fría, me sequé con la toalla, estaba a punto de irme cuando volví sobre mis talones y me miré en el espejo.

—Dime que no lo hizo. —susurré, acariciando la parte magullada de mi cuello. Gemí. —Maldita sea. —tenía un gigantesco chupetón en el cuello, gracias a Logan y a su querida boca.

Salí del baño enfadada. ¿Cómo se atrevía? Tenía que ir a la escuela y todo el mundo lo vería. Puse el pelo en el lado donde estaba el chupetón, tratando de cubrirlo. Me puse unas pulseras de aros de oro, cogí el teléfono, la mochila y salí de la habitación. Bajé las escaleras corriendo, dejando la mochila en el suelo. Fui a la cocina, abrí la nevera, saqué un zumo de naranja y llené un vaso. Bebí un poco mientras escribía en el teléfono.

"Me voy a la escuela, nos vemos más tarde, por cierto, todavía le voy a decir a mamá lo que hiciste ayer en casa de Ruth."

Guardé el zumo y estaba a punto de abrir el paquete cuando recibí una llamada, contesté, pensando que era Ruth.

—Hola Ruth.

Oí una risa. —No soy Ruth.

Fruncí el ceño, alejando el teléfono y mirando la pantalla, era un número desconocido. — ¿Quién eres?

—Ryan.

— ¿Ryan? —dije, recordando exactamente quién era, la misma persona quien nos fue a buscar a mí y a Ruth para ir a la fiesta. — ¿Qué quieres, Ryan?

— ¿Quién dijo que quería algo?

—Ve al grano. No estoy de humor para tus tonterías.

—Mierda, ¿te levantaste con el pie izquierdo?

—Ryan... —advertí.

—Vale, vale, me preguntaba si querías que te llevara a la escuela.

— ¿Por qué iba a...? —mi voz se apagó al pensar. Tal vez podría aceptar, así no tendría que ir con Ruth y Logan. —Vale.

—Bien. Sal.

— ¿Ya estás aquí? —levanté las cejas, caminando hacia la puerta principal y cogiendo la mochila.

—Sí, rápido, tendrás que pagar por la gasolina.

—Cálmate, ya voy. —terminé la llamada, deteniéndome en la puerta y mirándome en el espejo.

¿Era una buena idea? Después de todo no conocía a Ryan muy bien, siempre tenía en mente cosas obscenas. Pero, ¿qué podía hacerme? coquetear conmigo, eso es todo. Nada grave. Abrí la puerta y salí de la casa, justo en frente había un coche negro. Gemí. No era el mismo coche con el que nos había ido a buscar a mí y a Ruth.

Comencé a caminar pero me detuve, abrí los ojos, pasos vacilantes, desafiantes, parecía como si hubiera sido atrapada en el acto, un acto que no suponía que iba a hacer. Bueno, algo que Logan no quería que hiciera.

— ¿Qué haces aquí? —solté.

Levantó una ceja. — ¿Qué te parece? —estaba apoyado contra un poste, con las manos en los bolsillos, la capucha calada hasta detrás de su cabeza, llevaba unos pantalones vaqueros que colgaban precariamente de su trasero.

Era tan sexy. Con S mayúscula.

—Esperando por ti. Te iba a llevar a la escuela. —me informó, no respondí estaba demasiado ocupada mirando el coche negro donde estaba Ryan.

Ex Novio Posesivo ; Logan HendersonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora