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—¡Maldita sea! —Ruth estrelló su cabeza contra el volante.

Me limité a mirarla mientras maldecía por lo bajo y empuñaba los ojos. Mi corazón seguía latiendo fuertemente y todo mi cuerpo temblaba.

—Ruth… —tragué saliva ligeramente.
Habíamos perdido la carrera, o más bien, Ruth lo había hecho y por supuesto, ahora le tocaba irse con quién sabe qué pervertido y pasar una noche romántica junto a él. Lo más preocupante del asunto era que no sabíamos (o por lo menos yo) de quien se trataba, podría tratarse de un violador o algo mucho peor.

—¡Joder! —siguió lamentándose.

—Ruth… —fruncí los labios. —Vayámonos, escapémonos y listo, no creo que puedan encontrarnos.

Me miró rápidamente. —¡Cómo si fuera tan fácil! No sabes lo peligrosos que pueden llegar a ser estos tipos, hasta podrían matarnos, ____. —exclamó alterada.

Me mordí los labios mientras enterraba las uñas de mis manos en la piel de mi brazo. —Ruth… no podemos dejar que…

—¡____, agradezco que estés preocupada pero no quiero ponerte en peligro! —negó, tomando una de mis manos, apretándola con fuerza. —Ya fue bastante con que vinieras a este lugar y me acompañaras durante la carrera. No quiero que te pase nada de malo.

—Pero Ruth… —hablé nerviosa. —No quiero que te hagan daño, no quiero que sufras.

Suspiró profundamente, mientras miraba a un chico bajarse de un coche y caminar hacia nosotras lentamente, en su rostro había una sonrisa triunfante. —Te quiero _____ —susurró, abriendo la puerta del coche. —Ahora vete a casa, yo llegaré en la madrugada —informó.

—¡No! —la detuve.

Entonces el chico llegó a nuestro coche, apoyó la mano en el techo y se inclinó para observarnos. —Vaya… ¿Ustedes dos serán el premio? —se relamió los labios.

—No. —exclamó Ruth. —Sólo yo. —abrió la puerta bruscamente, al tiempo que le daba un empujón al chico. Él soltó una carcajada. —Vete a casa, ____ —pidió Ruth desde afuera.

Me quedé mirándola sin saber qué hacer.

¿Qué podía hacer una chica como yo? Obviamente nada. Había tenido la magnífica idea de escaparnos… ¿Qué podía esperar? Si me metía con esos chicos seguramente me darían una paliza o me violarían.

¡Pero estaba preocupada por mi amiga! No quería que le hicieran daño, simplemente no podía pensar en lo mucho que iba a sufrir con ese chico de decencia japonesa (por lo que pude ver).

—¡____! —alguien comenzó a tocar el vidrio de la ventana.

Grité eufórica.

—¡Soy yo! —trató del calmarme.

Miré hacia la ventana y vi a aquel rubio amigo de Logan , ¿Qué hacía aquí?

—¡Logan  me mandó a buscarte!

Vale… ya no necesitaba más explicaciones.

Bajé el vidrio de la ventana y le miré nerviosa, dudando de decirle lo que estaba pasando, no quería que se metiera en problemas ya que, según Ruth él le había estado mandado “mensajitos cariñosos”.

—¿En dónde está Ruth? —preguntó al ver que yo no modulaba palabra.

Me mordí los labios. —Pasará la noche con un chico —informé rápidamente. — ¿Podrías llevarme a casa? —pregunté, volviéndolo a mirar.

Es que no había nada que pudiera hacer por Ruth, aunque sonara cruel ella solita se había metido en este problema, ahora tendría que afrontar las consecuencias.

Ex Novio Posesivo ; Logan HendersonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora