PROLOGO

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"Nunca cambies la amistad por amor, porque cuando el amor se va, la amistad siempre permanece"

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"Nunca cambies la amistad por amor, porque cuando el amor se va, la amistad siempre permanece".

Tom leyó la frase en un calendario que tenía la imagen de un gato dormido. ¡Le gustó! Era interesante y tenía algo de razón, murmuró mientras comía su sándwich. Suspiró y una lágrima brotó de su ojo izquierdo. Su mejor amigo Pete lo había cambiado, había mandado al diablo su amistad de dos días y ¡todo por una chica!

Al niño no le gustaban las niñas, ¡siempre lo arruinaban todo! Aparecían ahí, vestidas con sus faldas rosas con volados, sonrisa coqueta y esa voz chillona que aturdía los oídos. Los demás chicos volteaban a verlas e inmediatamente se acercaban para invitarlas al juego. De pronto todo cambiaba y las niñas ponían las reglas: No empujes, no corras, no grites, no seas rudo.

"No se puede empujar porque soy niña y me lastimas", pensó Tom lanzando la bola de papel aluminio a la basura y fue ahí cuando escuchó el griterío.

-¡Pelea, pelea! – gritaban sus compañeros del kindergarten.

Tommy se asomó a ver qué sucedía, le llamaba la atención eso de la pelea y ahí lo miró. Era un chico chaparro y regordete que tenía la nariz cubierta de sangre. ¡El pobre estaba en el suelo! Y Jonas, ¡el gordo Jonas! Estaba sobre él golpeándolo sin ton ni son. Jonas era un niño grande y corpulento, todos en la escuela lo respetaban y temían porque si no le dabas tu almuerzo o dinero, te golpeaba. Pero a Tom lo respetaba, ya que era el único que lo desafiaba y se negaba a cumplirle el capricho.

-Jonas – gritó Tommy – Déjalo en paz, ¡debería darte vergüenza! Si lo sigues golpeando, le diré a tu madre y a ella no le va a gustar.

-¡Pero es el niño nuevo! – gritó Jonas – Ni siquiera habla nuestro idioma, es un tonto. – dijo el gordito - ¡Perdedor, perdedor!

Los demás se unieron al grito y lanzaron papeles y restos de comida al chico rumano que había llegado un par de días antes como su nuevo compañero. El pequeño lloraba mirando a Tom con sus enormes ojos azules enrojecidos e hinchados de tanto llorar. ¡Ay, pobre tipo! Se dijo Tom, parece un perro y a él le gustaban los perros. Se acercó hasta Jonas y lo aventó al piso.

-Te dije que lo dejarás en paz, le voy a decir a tu mamá. – exclamó el pequeño Tommy – Ella es la directora, te va a castigar.

-¡No, no! – dijo Jonas y se fue corriendo.

Los demás niños también se dispersaron y solo quedaron en el patio el pequeño rumano de ojos azules y el niño rubio llamado Tom. Este tendió su mano para ayudarlo a levantarse y le dio un pedazo de papel para que limpiara la sangre de su nariz.

-Te llevaré con la miss para que te cure esa narizota. – dijo Tom y lo tomó de la mano - ¿Entiendes lo que digo? – preguntó y el chico asintió – Soy Thomas, Thomas Hardy ¿y tú?

-Sebastian Stan – respondió el otro chico en un susurro – Gracias por salvarme – dijo y lloró con fuerza.

A Tom no le gustaba que los niños lloraran, así que abrazó a Sebastian para consolarlo.

-¡Ya, ya, no llores! – dijo el rubio – Si dejas de llorar te regalaré un chocolate.

Sebastian ya no lloró y Tom le tendió el chocolate que sacó de su bolsillo. Estaba apachurrado y casi desecho por el calor del cuerpo del niño. Sebastian lamió la envoltura para quitarle los restos de chocolate y se embarró todo el rostro.

-¡Está rico! – dijo el rumanito – Oye Tommy, ¿quieres ser mi amigo?

-¡Claro! – respondió el pequeño Hardy – Yo no tengo amigos, acabo de perder al único que tenía, ahora él tiene una novia.

-¡Las niñas lo arruinan todo! – exclamó Seb – Yo no te cambiaría por una chica, eres muy valiente.

-Gracias, yo tampoco te cambiaré por una niña. – dijo y estiró su mano para estrechar la de Seb - ¿Amigos? – pregunto.

-¡Amigos! – respondió Sebastian - ¡Para siempre! – murmuró y lo abrazó.

Tom también lo abrazó y lo llevó con la profesora. La mujer limpió el rostro de Sebastian y le revisó la nariz, ¡no tenía nada! Ya no sangraba y estaba feliz. La mujer los vio salir del aula y correr por el patio. Tom tomó una pelota y la arrojó a Sebastian, quién reía a grandes carcajadas.

Así fue como nació la amistad entre Sebastian y Tom, una amistad que más tarde se vería pendiendo de un hilo y todo por una chica.

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Aquí tenemos un flashback que quise poner como prólogo, como la introducción a esta historia. Más tarde se irá desarrollando el problema y ¡ya saben! ¿Qué les pareció? Déjenme sus comentarios y gracias por leer. ¡Hasta el martes! No se pierdan el primer capítulo.
Maria Decapitated

GAME OVER (Tom Hardy & Sebastian Stan Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora