"Nunca cambies la amistad por amor, porque cuando el amor se va, la amistad siempre permanece"
Fanfic protagonizado por Tom Hardy, Sebastian Stan y Eiza González. Espero que les guste.
Lectura para mayores de 16 años.
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Tori se quedó estática durante unos minutos. No creyó que su broma hubiera tenido ese efecto en Tom. No imaginó que él fuera a tener esa reacción y ahora se maldecía por su ineptitud. ¿Qué carajo acababa de hacer? Se preguntó y se echó a llorar.
Sebastian entró en la alcoba. Acababa de ver a Tom dejar la casa y que había salido de ahí hecho una furia. ¿Qué habría sucedido? Se detuvo al ver a su hermana llorando a los pies de la cama.
-¿Qué te hizo Thomas? – preguntó Seb y abrazó a Victoria.
-Más bien, ¿qué le hice yo a Tommy? – lloró la mujer y abrazó a su hermano y dejó escapar un llanto desconsolador.
-¿Qué sucedió? – preguntó de nuevo Sebastian - Dime ¿por qué Tom salió enojado y por qué estás llorando tú? ¿Discutieron?
Victoria no pudo contestar de momento, tenía un nudo en la garganta. La chica siguió sollozando mientras su hermano la consolaba e intentaba averiguar qué había sucedido entre ella y Thomas. Parecía que las cosas estaban yendo de mal en peor.
La mujer se serenó después de unos minutos y limpió sus lágrimas con el pañuelo desechable que Sebastian acababa de entregarle, se recargó en el pecho de su hermano y suspiró con sonoridad antes de comenzar a relatarle lo que acababa de ocurrir hacía unos minutos en esa habitación. Seb la escuchaba atentamente, ¿acaso su hermana estaba loca? ¿Cómo se le ocurría decir tales disparates?
-¿Por qué le dijiste todo eso? – Preguntó Sebastian muy contrariado – No lo comprendo, Tori, y ¿de dónde rayos sacaste ese anillo de compromiso?
-¡Es el anillo de compromiso de mamá! – Gimió la mujer – Lo mandó reparar porque el diamante estaba a punto de caerse y tenía miedo de perderlo. Me pidió que lo recogiera en la joyería y se lo llevara a casa. Ya sabes, cómo su fiesta de aniversario está cada vez más cerca, deseaba que el anillo luciera como nuevo.
-¿Y por qué lo traías puesto? – Preguntó su hermano.
-Me lo puse para cerciorarme que el trabajo del joyero fuera de calidad y que no hubiera ningún tipo de problema, tal y como me lo sugirió el hombre – Exclamó Tori – Luego recibí una llamada de Paul y ¡se me olvidó quitármelo! – Volvió a llorar - ¡Ay, soy una tonta!
-¿Por qué le dijiste que te ibas a casar con Egmont? – Insistió Sebastian, deseoso de saber los motivos que orillaron a su hermana a decir tal locura.
-¡No lo sé! – exclamó Tori apretándose las manos – Quizá lo dije en un arranque de celos, quería devolverle el sentimiento y lo tomó muy mal. Quizá también deseaba que me dijera que no lo hiciera, que él me amaba y que no iba a permitir que yo cometiera esa locura. – dijo con tristeza - ¡Pero no dijo nada! Prefirió quedarse callado e irse.
-Tori – dijo Sebastian sujetándola por los hombros - ¡Tom te ama! Te ama desde que te conoció, cuando tú tenías tres años y él sólo cinco. ¿Acaso no te has dado cuenta? Ha hecho muchas locuras por ti, por verte feliz. – suspiró el hombre – Recuerdo aquella vez que se encontraba de gira por Europa, estaba al parecer en Polonia. – continuó y acarició la cabeza de su hermana – Ese idiota que tenías por novio en ese entonces te había dejado y lo llamaste sólo para decirle eso. ¿Y qué hizo Tom? Tomó el primer vuelo que encontró sólo para estar contigo, para consolarte. Estuvieron juntos por dos horas y eso fue suficiente para que tú volvieras a sonreír. – dijo Seb – Pero esa no fue la única vez, hubo muchas más. ¿Qué hay con las canciones que te componía? Todos esos discos que te dedicó, sacando a relucir que tú eras su musa, ¿eso no te decía nada? ¡Ustedes dos son un par de imbéciles! – exclamó y se echó a reír.
