CAPITULO 26

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Leandra entró corriendo a su casa y se quitó el vestido sucio

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Leandra entró corriendo a su casa y se quitó el vestido sucio. Esa vez Tom había llegado muy lejos, primero lo de sus zapatos sucios de caca de perro y después la vomitaba encima, ¡era el colmo! Mientras tiraba a la basura la ropa sucia, pensó en mandarlo al diablo y no volver a verlo jamás. Tom se había ido, dejándola botada y sucia en la calle, expuesta ante la mirada de muchas persona, no iba a perdonárselo. La mujer entro en la ducha y comenzó a frotarse la piel con una esponja llena de jabón. Acababa de tomar una decisión y...

-¿Ya no tengo más champú? – Preguntó Leandra apretando la botella con violencia - ¡Ay no es cierto! – Gritó horrorizada - ¿Qué voy hacer ahora?

Comenzó a reflexionar otra vez. Si botaba a Tom, ¿quién iba a darle dinero? Su trabajo en el café estaba bien, pero no le pagaban lo suficiente. Ya se habían negado a darle un aumento o a hacerle un préstamo y ahora que Sebastian la había mandado al demonio, ya no tenía dinero suficiente para cumplirse sus caprichos. Leandra suspiró y salió de la ducha.

-¡Ahora te aguantas, Leandra! – Exclamó mirándose al espejo – Vas a tener que tragarte tu orgullo, llamarás a Tom y le vas a pedir perdón, por desagradable que pueda ser, él es el único que te está sacando de tu mala racha.

Se apresuró a vestir, tomó su móvil y marcó el número de Hardy, esperaba que Tom tomara la llamada y no se negara a hablar con ella. Mientras esperaba, comenzó a golpear el buró de su cama con la palma de la mano.

-Contesta por favor – susurraba, pero el móvil sonó una, dos, tres, seis veces y Tom no atendió – Esperaré unos minutos más y volveré a intentarlo, lo que pasó no debe ser algo que nos afecte a ninguno de los dos. – se dijo Leandra y volvió a marcar el número de Hardy.

No obtuvo respuesta y gritó llena de frustración, mientras dejaba el móvil sobre la cama, ¿qué iba a hacer ahora? Era más que obvio que necesitaba dinero y ¿qué pasaría si llamaba otra vez a Sebastian? Al menos él ya le había dicho que quizá la llamaría. No estaba de más volver a llamar. Sin embargo, Sebastian tampoco atendió, cosa que la sacó completamente de sus casillas y estuvo a punto de arrojar el móvil hacia la pared, aunque logró detenerse en una fracción de segundos, pero aún así el teléfono se resbaló de sus manos y cayó al piso de la alcoba.

-¡Mi teléfono! – Gritó Leandra y lo levantó rápidamente. El celular estaba intacto, a excepción de una grieta en la pantalla - ¡Ay, no! – Gimió y se echó a llorar - ¿Cómo pude ser tan bruta? Mi teléfono, mi teléfono – Lloraba la mujer mirando con tristeza la grieta que atravesaba la pantalla.

Se acomodó en la cama para tratar de dormir. No tenía otra alternativa más que pedir un aumento. Ya se le había negado una vez, pero lo intentaría de nuevo. Suspiró y cerró los ojos, mientras comenzaba a rezar. Esperaba que Dios la escuchara y pudiera conseguir ese esperado aumento.

♪ ♪ ♪ ♪ ♪

Al día siguiente, Leandra llegó muy temprano a La Cocina de Víctor. Paul apenas estaba abriendo el local y se sorprendió de verla. Últimamente, Leandra llegaba tarde y su trabajo ya estaba dando mucho que desear. En un principio había sido un gran elemento, pero ahora... Seguro que algo quería.

GAME OVER (Tom Hardy & Sebastian Stan Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora