Cindy Kimberly Torres Palacios es una de las dos hijas queridas de Manuel Torres Félix, un narcotraficante, la mano derecha de El Mayo Zambada, dueño del cártel más poderoso y peligroso del mundo, el Cártel de Sinaloa. Tras años de la fatal pérdida...
El reloj marcaba ya las 11:45 y apenas ibamos hacía el lugar donde estaria con los amigos de Cornelio. Chequé un rato Instagram en lo que llegabamos y vi que Cornelio había subido una foto mía en su día de Instagram.
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-¿Hasta distraida me veo hermosa? -le pregunte sonriendo.
-Hermosa, preciosa -dijo él sonriendo con la vista en el camino.
En eso sono mi celular, era mi hermana.
-¿Qué paso, Valeria? -le pregunte al contestar.
-Mi mamá esta preocupada, dice que a que hora llegaras.
-Dile que no me esperé despierta, no se a que hora llegaré.
-Aparte aquí esta Antonio en la casa, esta molesto, dice que vió fotos tuyas con Cornelio en Instagram donde estaban en un parque, salían agarrados de la mano, donde tu lo abrazabas y otra donde tú estás acostada en sus piernas. Esta furioso.
-Dile que mañana hablo con él, ah y también dile a mi mamá que no se preocupe, Jacobo y Hugo me están escoltando, están en la camioneta negra.
Colgé.
-¿Quién era? -me preguntó-
-Mi hermana -le contesté- Que mi mamá esta preocupada y mi novio esta molesto en mi casa que porque tus fans subieron fotos de nosotros juntos abrazados y quien sabe que y se molesto.
-Si quieres te llevó a tu casa -me dijo.
-No -le dije- Quiero ir a la fiesta, me cansé de estar encerrada.
-¿Quiénes son esos que mencionaste? -me pregunto.
-Son dos señores que me cuidan, siempre están conmigo pero le despistan, claro.
Vi como Cornelio iba a hablar pero mi celular sonó de nuevo, era mi novio.
-¿Qué paso, amor? -dije contestando.
-¿Cómo que qué paso, Cindy? -me dijo molesto- Andas de zorra con ese.
¿Zorra?
-Haber -le dije molesta- Tú no me vas a andar hablando así ¿me entendiste?..
-Tú entiendeme...
-Cállate la boca y déjame terminar, idiota -dije molesta- Vuelves a decirme así y juro que tú y yo términamos ¿me entendiste?
-¿Es enserio, Cindy? -me dijo- No estoy mintiendo.
-Vete a la chingada entonces, Antonio -le dije- Terminamos y no me vuelvas a buscar más, imbécil.
