Como tú || Cornelio Vega

Capitúlo 23

Cindy:

-¡Tu novia, Cornelio! -gritó el chico apuntandome y mire a Cornelio. Se me quedo viendo.

Voltee la mirada y vi a unas palomas que estaban en el patio en busca de comida tratando de ignorarlos.

-Cindy -escuché la voz de Cornelio.

De reojo vi como todos fueron pasando a dirección menos él.

-Hazme caso, por favor.

-Joven Vega y Señorita Torres, les habla la directora -habló la secretaria.

Frunci el ceño confundida, se supone que hablaria conmigo hasta que se desocupara con los chicos. Me levante y Cornelio me tomo de la mano pero con fuerza la quite. Entré yo primero a dirección, después Cornelio y se puso a mi lado.

-¿Para que venía, señorita Torres? -me pregunto la directora.

-Me mando el profesor Jesús, quiere que yo pida la sálida pero me siento bien.

La directora me miro de arriba a abajo.

-No viene como siempre, se nota muchisimo más pálida y tiene los ojos muy rojos.

Cornelio hizo un pequeño sonido.

-Me siento genial, más viva que nunca -dije- No quiero la salida.

-Esta bien -dijo la directora- Pero hay otra cosa que quería consultar con usted y el joven Vega.

La miré con atención.

-Se que ustedes dos son novios pero...

La interrumpí.

-Ni siquiera somos amigos -dije seria y todos los amigos de Cornelio hicieron un "Tss".

-Cindy -dijo Cornelio y me tomo de la mano viendome.

-¡Sueltame! -exclame alejandome de él.

-Ya basta -dijo la directora- ¿Entonces si ni amigos son por qué permite que le este tocando las piernas, que le vea el pecho y que la bese en el cuello?

Me mordí el labio.

-Se que son novios -dijo la directora- Mi sobrina es fan de el joven Vega y siempre me enseña fotos de ustedes dos juntos, que estan abrazados, o van a lugares diferentes y se dicen de apodos. Solo pido que no den esas demostraciones en la Preparatoria.

-Es que usted no entiende que ya no somos nada -dije molesta- Lo que hubo entre él y yo murió ayer, ya no haremos más esas demostraciones, es más, ya ni nos miraremos, no se vaya a enojar usted, con su permiso

Dije y salí de la dirección.

-¡Vuelva para acá! -gritó la directora.

Lancé un gruñido y me dí la vuelta entrando a la dirección.

-¿Qué demonios? -pregunté molesta mirandola.

Se levanto golpeando su escritorio.

-¡No tiene ningun derecho de hablarme así! -gritó molesta- ¡No es mi culpa que usted haya tenido problemas con el joven Vega!