Enfermedad

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"Sientes que algo te falta, que te sobra, que te duele, pero no puedes saber con seguridad de que se trata. Solo lo enfrentas en una de dos formas posibles..."


¿De qué demonios servía estar en un lugar como ese? Entre un montón de personas extrañas, y no lo digo solo por el hecho de que no los conocía de nada, sino porque realmente la mayoría de ellos tenían comportamientos raros... muy raros. Como aquel chico que jugueteaba con sus manos y miraba a todos lados meciéndose de adelante hacia atrás o él que hablaba solo, señalaba y se reía como si los comentarios de su imaginario amigo fueran los más divertidos. También estaba la chica que -a pesar de parecer la más normal de todos- era tan delgada que parecía frágil, como si al tocarla fuera a romperse, estaba enfrascada en su pequeña burbuja leyendo una revista de "moda" de esas que a la mayoría de los hombres nos resultaría totalmente estúpida.

—¿Quieren iniciar ahora? —Hablaba una joven menudita, de cabello bastante corto y oscuro, frente a ella estábamos siete personas que no parecían estar prestando atención.

—Si —contestó alguien después de unos incómodos segundos de silencio, ese sí que era una sorpresa, como aquellas veces donde el profesor pregunta si alguien quiere pasar a la pizarra a contestar un ejercicio y sale el valiente de la clase. Podría haberme puesto a aplaudir. No lo hice.

Miré en dirección a quién hablaba, era un chico, de mejillas prominentes y ojos grandes, se inclinaba levemente hacia adelante con las manos debajo de las piernas. Su mirada resbaló hacia mí y la desvió con tranquilidad de regreso a nuestra "guía".

—Mi nombre es Boo Seungkwan —dijo con una discreta sonrisa-- Vine aquí porque mi psicóloga me lo recomendó, dijo que estaría bien si venía. Y aquí me tienen. ¿Qué hay de ti? —dijo a la chica delgada que no había despegado los ojos de la revista. No respondió y él se rio. ¿Qué diablos le pasaba?

A penas hablé, solo me presenté, no di más razones y contestaba con una que otra afirmación, nunca estuve acostumbrado a compartir mis pensamientos, emociones y sentimientos con nadie, por lo que simplemente me mantuve al margen. Por lo menos no quedé como un ridículo antisocial, como la chica delgada (que dijo se llamaba Lizzy) que no se molestaba siquiera en alzar la mirada cuando se dirigían a ella; el chico que hablaba solo pareció más agradable que ella, si no fuera por las pequeñas pausas que hacía mientras hablaba --como si alguien le estuviera diciendo que decir, tal vez así era-- hubiera parecido realmente alguien con quién podía tenerse una conversación bastante amena.

Todos eran y se comportaban a su manera, eran... diferentes, pero entre todos ellos estaba Seungkwan, Boo Seungkwan. El chico de mejillas regordetas. No veía razón por la cual debería estar allí, no tenía lógica para mí en lo absoluto. Se fue tan rápido como había captado mi atención, no tomó ninguno de los refrigerios y se marchó sin despedirse de nadie, aquello fue lo más extraño que hizo durante aquella retorcida reunión.

El borroso recuerdo de la oscuridad | Verkwan |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora