oo. constellations

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two | constellations

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two | constellations

La ansiedad lo consumía vivo. Jungkook no comprendía qué rayos es lo que le había sucedido al pelirrojo. ¿Cómo rayos Taehyung había conseguido esos golpes? ¿Por qué diablos no había pedido ayuda?

Habían pasado bastante tiempo desde que había encontrado a Taehyung inconsciente en un callejón a mitad de una tormenta eléctrica, estaba malherido y por el olor en su aliento también debió haber estado bastante borracho.

No le había llevado ni dos segundos tomar la desición de ayudarlo, incluso si ellos dos ya no eran cercanos, no podía simplemente dejarlo ahí tirado en medio de quién-sabe-donde, parecía que Taehyung estaba en una situación crítica y no iba a abandonarlo; si lo hacía, no podría cargar con la culpa por toda una vida.

Así que Jungkook rápidamente se las ingenió para levantar el pesado cuerpo de Taehyung y colocarlo sobre su hombro, cuidando de no agitarlo mucho para no causarle algún otro dolor. El pelirrojo estaba empapado y su temperatura corporal había descendido terriblemente, se sentía como un témpano de hielo sobre el cuerpo del menor.

El castaño lo llevó a cuestas atravesando callejones y calles poco concurridas, evitando las miradas de las personas que pasaban a su lado.

Lo había llevado hasta su casa donde podría cuidarlo hasta que despertara. No estaba seguro de si su madre estaría contenta de cinco tratar con chico moribundo en su sala por lo que Jungkook al final volvió a cargar a Taehyung hasta su habitación y lo recostó sobre su cama procurando no hacer mucho ruido.

Y luego, miró al rededor esperando a que algo sucediera. A que Taehyung despertara y le gritara que nunca más lo volviese a tocar, que lo odiaba y que tenía que desaparecer de su vida. Pero no lo hizo.

Por varios minutos se quedó en silencio, analizando la situación.

Kim Taehyung, el chico que alguna vez fue su mejor amigo, a quien le había regalado su primer beso, el chico al que había temido amar, a quien había dejado ir. Kim Taehyung, el mismo chico de siempre, ahora estaba tumbado en su cama, inconsciente y con varias heridas abiertas y feas magulladuras.

— Mierda — murmuró Jungkook y se apresuró hasta el cuarto de baño dónde sabía que su madre guardaba un botiquín de emergencias.

Volvió a su habitación rápidamente con el botiquín en manos, y se arrodilló junto a Taehyung. Sacó de la cajita de metal gasas estériles y las mojó con agua oxigenada con intención de limpiar las heridas.

Jungkook se acercó al pelirrojo, inclinándose sobre su cuerpo suavemente, y apartó suavemente los mechones rojizos que se habían pegado a su frente, acariciando ligeramente la piel suave y gélida con la llena de sus dedos. El chico se tomó su tiempo limpiando con delicadeza cada una de las heridas; primero secó la sangre que brotaba como un hilillo de su ceja que había sido abierta probablemente con un golpe, luego la desinfectó y colocó un poco de ungüento para calmar la hinchazón, y bajó hasta sus labios donde también había una mancha de sangre.

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