2008
Viernes, día de diversión. Juego con el micrófono de mi padre en la sala de música, canto como nunca. El grito de horror de mi madre hizo temblar mi cuerpo. Corro lo más rápido que puedo hacía el adolorido llanto que recae en mi madre. Ella estaba en el dormitorio de mi hermana, en el suelo yace ella inmóvil. Lágrimas corren por mi rostro, me quedo inmóvil, ella no se separa del cuerpo inerte de mi hermana.
Sirenas de ambulancia resuenan por toda la mansión.
—Mi hermana ya no está con nosotros—, pisadas fuertes llegan, los paramédicos se abren paso, me alejan de la habitación. Mi cuidadora entra en la habitación y me lleva hacía el salón e intenta jugar conmigo, cosa que no podía hacer ni con la fuerza de voluntad—Tu hermana se fue—repite mi mente constantemente. Los gritos de mi madre hizo fijar mi mirada hacía las escaleras, dentro de una bolsa iba bajando mi hermana de la mano de los forenses, policías y paramédicos. Ella no deja de gritar, en un intento de distraerme, la cuidadora prende la televisión, momento en que se daba la noticia de último minuto, ahora es un hecho, mi hermana está muerta.
[...]
Es horrible sentir este dolor, siendo una niña de ocho años, duele, duele el no volver a verla en su habitación, jugar juntas después de sus conciertos y sobre todo no cantar juntas una vez más. Hoy se siente más, es el día del entierro. El último día en que todos estemos juntos. Mi madre se la pasa llorando, mi padre parece no sentir nada, no dijo nada desde el día en que falleció Samantha, mi cuidadora me vistió con un vestido negro y zapatos a juego, trenza con cuidado mi cabello, lista para despedirme de ella. Bajo con cuidado las escaleras, en el salón se encuentran mis abuelos, los únicos que me quedan por parte de mi padre, los de mi madre fallecieron en un accidente de tránsito unos años antes de nacer. No siento ningún afecto hacía ellos, ni cariño, ni amor. Es raro, pero lo siento así. Todos listos para ir al cementerio. Por suerte no lo hicieron público, sino estuviéramos rodeados de cámaras, dado que mi hermana era una celebridad. Subimos al carro, el trayecto fue tranquilo y rápido. Llegamos al lugar designado para que mi hermana pueda descansar en paz. Mis padres dirigieron un discurso para ella entre los familiares que estábamos presentes. Dentro de ellos mi padre se acerca, se pone de mi estatura.
— ¿Quieres dedicarle una canción?—pregunta con una pequeña sonrisa
—Sí—digo dándole una media sonrisa, las lágrimas no dejan de salir de mis ojos. —Sé cuál cantar—contesto hipando.
—Adelante pequeña—Sostiene mis manos con las suyas, con una mano me quita las lágrimas de mi rostro.
Me guía hacía la pequeña tarima, coloca un pequeño parlante a mi costado y un micrófono—su micrófono—, todas las miradas están puestas en mí. Las melodías suavemente se hacen escuchar, esta canción siempre lo cantaba junto a ella.
When my time comes
Forget the wrong that I've done
Help me leave behind some reasons to be missed
And don't resent me
And when you're feeling empty
Keep me in your memory
Leave out all the rest
Leave out all the rest•Linkin Park
No sabía en ese momento que esa canción fuera una de las pocas que mis padres llegarían a escuchar. Años después iniciaría un largo camino a la aceptación de lo que realmente soy.
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THIS IS ME
Teen FictionEl fallecimiento de su hermana Samantha desencadenó el sentimiento de libertad de Camile. Su padre Michael, un exitoso productor musical le prohíbe cantar, ya que por ser cantante su hermana sufrió una "sobredosis de drogas" que le llevó a la muert...