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«Hey ya!»

El día siguiente llegó y con ello, la llegada de Makayla a la mansión, toda la mañana pasó entre gritos y sobre la verdadera razón del por qué le tiré el puñete en la nariz a Makayla, Michael al enterarse de lo que pasó, por primera vez estuvo de mi lado y no dejó que ella ocupara la habitación de mi hermana. Salté de alegría internamente por lo que dijo Michael, ese día se ganó mi respeto por no dejar que Miranda y Makayla se salgan con la suya, así que ella se quedará en el cuarto de huéspedes hasta que regrese a su casa que por lo visto no tiene planes de retornar. La bomba que Miranda soltó fue algo que ya me lo esperaba, Makayla asistirá a la misma escuela donde estoy estudiando y que Adam tendrá que protegerla también y llevarla a donde ella desee ir. Lo que faltaba, ahora no hay manera de bajarla de la cima, si de por sí ella se comporta de forma petulante con los sirvientes, ahora será una completa diva, ya me la imagino del lado de Marie y Victoria en la escuela, si pensé que sobreviviría a mi penúltimo año de escuela estaba totalmente equivocada.

Era hora de ir a la escuela, para suerte mía Makayla iba a asistir a la escuela la próxima semana por orden de su médico, la recuperación de su rinoplastia tenía que ser de cuidado y por ello Miranda se quedará a cuidarla, ella dijo que tenía que hacerlo porque fui yo la que causó que la operaran en la nariz, pero en realidad sé que no fue por la operación sino por el hecho de que ella es la hija que siempre esperó tener, ella es su otra mitad. A ambas les gusta los lujos, las reuniones con los millonarios más importantes de la sociedad, la elegancia y sobre todo llamar la atención gracias a su forma de ser.

En el fondo siento tristeza por la elección de mi madre entre mi prima y yo, era de suponer que la elegiría a ella, pero en el fondo guardaba la esperanza de que me eligiera a mí por encima de todo.

Adam lleva mi bolso al auto y enseguida lo pone en marcha. Llego a la escuela con dos horas de retraso, por suerte le comente a Will en el camino lo que sucedió esta mañana, por suerte solo me perdí de la clase de matemáticas y el ocurrente comentario del profesor hacia Joshua tras ver que fui yo la que hizo todos los ejercicios al ver que realizó erróneamente los ejercicios de hoy en clase. Me sentí mal por lo que le sucedido a Joshua en la clase, no tenía que ser la burla de todos, pero eso le ayudará a pensar y a dejar de ser un tonto presumido.

Abro mi casillero para dejar algunos libros y cuadernos, el timbre resuena por todo el lugar, los pasillos son llenados por los demás estudiantes, al cerrar mi casillero me doy con la sorpresa que Joshua está tras el.

—Ya estarás enterada de lo que pasó en la clase de Bodiansky — dice apenado, su rostro avergonzado lo dice todo.

—La verdad es que no sé—me hago la desentendida— ¿Qué pasó con Bodiansky?, ¿Se cayó de su silla? — a pesar que él fue malo conmigo no pienso ser mala con él.

Al escuchar mi respuesta sonríe aliviado.

—No, claro que no, aunque eso hubiera sido realmente divertido. —me alegra verlo contento, nunca me alegraría de las penas ajenas.

Tendré que hablar personalmente con el director Zara sobre ello, solo espero que no haya repercusiones.

—Seguro que sí —río.

Parece irreal que esté riendo con Joshua cuando lo único que quiero es estar alejada de él, pero hay algo que me llama a su lado, lo que estoy empezando a sentir por él es indescriptible.

—Ummm... estaba pensando, bueno quería preguntarte—se le nota algo nervioso—, si me puedes ayudar a estudiar, ya sabes sobre todo matemáticas— termina avergonzado.

Iba a contestarle cuando siento unos brazos en mi cintura.

—Cariño te extrañe en la clase de Bodiansky— dice Will colocando su mentón en mi hombro y cerrando sus manos en torno a mi cintura.

THIS IS MEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora