Alexandra
Estoy a punto de llegar a la puerta para ir a coger el autobús, pero de pronto Adam aparece de la nada y me asusta.
- Buenos día ¿no vas a desayunar?
- No.
- ¿A dónde vas?
- A coger el autobús.
- No. Ningún hijo mí ha cogido el autobús y tú no vas a ser la primera. Ayer te compré un coche. Puedes irte en ese.
<< ¿Y lo dice, así como si nada?>>
- No gracias.
- No voy a dejar que me hagas quedar en ridículo. Vas en el coche y no se habla más.
- Entonces iré caminando.
- No.
- Entonces no iré.
- Claro que vas a ir al instituto.
- He dicho que no iré en coche.
- ¡Demonios! Pero ¿por qué te cuesta ir en el coche?
- ¡No sé conducir ¿vale?! – Le grito. – Nunca me ha gustado conducir. Mi padre siempre me llevaba a dónde yo quería.
- Pensaba que no os faltaba dinero.
- Y no nos hace falta, solo que no me gusta conducir.
- Entonces te daré a mi chófer.
- No, ni pensarlo.
- Estoy empezando a enfadarme y tú no querrás que me enfade ¿verdad? – Me dice mirándome de forma extraña que me da miedo.
- Está bien, pero quiero que el padre de Abigail sea mi chófer.
- Bien.
...
Toda esta semana he sido noticia en el instituto, menos mal que ya es sábado. Además de que salgo en todos los periódicos de sociedad y en la tele. El lunes llegué con el chófer y entonces alguien muy amablemente decidió indagar por ahí y se enteró de que soy hija de Adam Black y desde ese día no han parado de intentar hablar conmigo o ligar, dependiendo de la persona que se me acerque.
Durante esta semana Adam contrato a un diseñador y este remodeló toralmente mi armario. Odio mi armario, está repleta de ropa de niña rica, pero como soy lista, me ocupé de guardar mi ropa de siempre, así que ahora estoy vestida como a mí me gusta. He decidido ir a trabajar y para conseguir eso primero tendré que salir sin que nadie, sobre todo Adam, me vea.
No sé cómo, pero conseguí salir sin que nadie me viera. Ahora estoy trabajando en el restaurante y a Matt le da igual que sea la hija del hombre más famoso de los Estados Unidos. Aun así, me sigue queriendo y lamenta mucho lo que me está pasando. Estoy sirviendo el desayuno a un cliente cuando de pronto un flash muy potente hace que cierre mis ojos por un segundo. Miro por el cristal y veo a algunos periodistas, pero en una milésima de segundos tengo a un motón de periodistas sobre el cristal del restaurante mientras estos me toman fotos y me graban. De pronto estoy saliendo en la tele.
Todos los periodistas logran entran en el restaurante, me rodean y empiezan a hacerme preguntas.
- Señorita Black ¿qué hace usted trabajando aquí? – Me pregunta una periodista.

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Polos Opuestos
RomanceElla tuvo una infancia muy dura. Él también lo tuvo. Ella es fría y distante, a Él le molesta no saber lo que ella siente. Él es un narcisista que solo piensa en llevarla a la cama, a Ella no le interesa él ni nadie. Ambos son dos polos opuestos. C...