V ¿Cita?

20 3 0
                                        

- ¿Quieres dejar de seguirme por todo el instituto? - Le digo a Taylor. Ahora más que nunca necesito que está más lejos de mí.

- ¿Por qué no has venido al instituto estos días? – Genial, es la última pregunta que pensé que no me preguntaría. Me quedé en casa toda la semana pasada por orden de mi padre, que aparte es mi médico y hoy me he incorporado. No he hizo mucha gracia, pero le convencí a cambio de que comería. Genial.

- ¿Y a ti qué más te da? – Le digo a la ofensiva. Sigo caminado cuando de pronto Taylor me coge de la muñeca. - ¡Ah! – Grito. Taylor vuelve a apretarme la muñeca. Hago una mueca para no grita. Lo nota y sin pensarlo dos veces levanta la manga de mi blusa y ve mi venda.

- ¿Qué es esto Alexsandra? – Me pregunta con el ceño fruncido.

- ¡No te metas en donde no te llaman! – Mis heridas ya están mejor, pero solo un poco. Los cortes fueron muy profundos.

- ¿Te cortas? – No le contesto. Por nada del mundo voy a contarle la verdad. Prefiero que piense eso a contárselo. - ¡Contéstame joder! – Me grita haciendo que me asuste.

- ¡Déjame en paz! – Le grito y me suelto de su agarre. – ¡Es mi cuerpo y yo hago lo que quiera con él! ¿entendido? ¡Tú no tienes ningún derecho a decirme nada! ¡No eres nada para mí, así que déjame en paz de una puta vez!

- Pensé que eras más inteligente. – Me dice mirándome a los ojos. Algo dentro de mí se rompe. – Pero ya veo que no. – Tras decirme esto, se va. Noto como mis lágrimas empiezan a caer por mis mejillas. Me apoyo en la pared y me dejo caer.

- ¡Joder! ¡Joder! – Grito mientras echo la cabeza hacia atrás sin dejar de abrir los ojos ¿Por qué me tiene que pasar esto a mí? Estoy cansada de esto. - ¡Mierda!

...

- ¡Alexsandra! - Me llama Taylor. No le hago caso y sigo caminando. - ¡Alexandra, espera! – Noto sus manos sobre mis hombros. Suelo aire y me doy la vuelta.

- ¿Qué quieres?

- Quiero pedirte perdón por lo de la otra vez. Lo siento.

- Déjame en paz Taylor. Esto está empezando a cansarme.

- Está bien, te dejaré de seguir si aceptas salir conmigo.

- Y yo ya te he dicho que no me interesas.

- ¿Y por qué no?

- Porque no me interesa y creo que a tu noviecita Katrina no le haría mucha gracia.

- Vamos, si solo fue una vez.

- Ella no dice lo mismo cada vez que me la encuentro por casualidad. - Le digo con ironía.

- Vale, puede que un par de veces, pero eso ya se acabó.

- Ya claro, como no.

- Lo digo en serio. Venga, solo una cita. Te prometo que si no lo pasas bien en la cita te dejo en tu casa y no te vuelvo a molestar nunca más. - Me paro y me doy la vuelta para mirarlo.

- ¿Me lo prometes?

- Te lo prometo-. Me dice Taylor levantando su mano derecha. Niego con mi cabeza y le digo.

- Está bien.

- ¡Si! - Dice en tono triunfante. - El sábado paso por ti a las siete.

- Espérame dos cuadras más arriba de mi casa.

- ¿Por qué?

- ¿Quieres la cita o no?

- Está bien, está bien. Dos cuadras más arriba de tu casa.

Polos OpuestosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora