Pretendiendo que te amo {PAUSADA}

Capítulo 17

No sé exactamente porqué lo dije, sin embargo las palabras ya habían salido.

-¿En verdad? - preguntó con la misma sonrisa simpática.

-No...

-Pero ella te gusta.

-Si, no, no lo sé.

-Realmente no me importa, pero si la lastimas... - se acercó un paso a mi con aura amenazante y sonrió de una manera retorcida - ¿entiendes? - puede que no hubiera dicho nada pero entendí, si la lastimaba me mataría.

-¿Por qué siguen afuera? - preguntó Alison desde adentro del bar-restaurante.

-No es nada, sólo discutíamos que hoy sería su día de prueba. - puso su mano en mi hombro, yo simplemente asentí con la cabeza.

-Bueno, entren.

Ambos entramos, había un silencio incómodo.

-¿Qué es lo que haces mejor?

-Sólo dime que quieres que haga.

-Atiende esas mesas. - señaló 3, una llena de chicas, en la otra estaban en lo que yo creía era una cita y en la última había un hombre de negocios (lo intuí por el traje y el maletín).

-Por supuesto.

No había pasado por alto que no tenía el uniforme correspondiente, pero pensé que era parte de la prueba así que no vi ningún problema.

Fue horrible atender a la primera mesa, las chicas creo que me coqueteaban pero de una manera demasiado rara tanto que casi no parecía que estuvieran flirteando y recordé la primera vez que vine aquí y cómo las chicas trataron a Adam; los de la cita estaban teniendo una discusión, la peor parte fue tener que escucharlos y cómo trataron de hacer que me pusiera del lado alguno, ya saben para darle peso a su argumento, pero era una pelea realmente ridícula, sonreí cortesmente esperando que pidieran algo, pero si me preguntaran de verdad qué estaba pensando era que los dos estaban equivocados, con sólo recordar su pelea rodaba automáticamente los ojos; el hombre de negocios me hizo perder diez minutos antes de que pidiera algo, que por cierto fue sólo una copa de vino, ya que su socio no había llegado decidió esperarlo.

-¿Cómo los aguantas? - le pregunté a Alison, apenas quedé libre lo primero y único que quería hacer era descansar un poco escuchándola, así fuera sarcástica o se burlara de mi.

-Son clientes.

-No pregunte quienes eran, sino...

-¿Nunca te has comportado así? - me pregunto y dejó de limpiar sólo para verme a los ojos, yo aparte la vista y ella siguió - Sólo tuviste que esperar un poco y escuchar problemas de la vida diaria, no creo que haya sido gran cosa.

-Porque estás acostumbrada.

-Supongo. - dijo encogiendose de hombros.

-Igual, gracias.

-¿Por?

-Conseguirme la entrevista y aconsejarme.

-No he dicho ni hecho gran cosa.

-Simplemente hablar contigo me hace sentir mejor.

-¿En verdad?

-¿Por qué te mentiría? - ella sonrió.

-Entonces te creeré por hoy.

-¿Qué hay de ayer y mañana?

Ella dudó - Depende lo que digas o dijeras.

-Así que desde antes has confiado en mí... - dije en tono afirmativo, pero aún dudaba en mi mente.

-Por supuesto, no podría quedarme tanto tiempo con alguien en quién no confío ni un poco.