"Me gustaría tener más tiempo"

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"Me gustaría tener más tiempo"

El sonido del teléfono las despertó. Se habían quedado dormidas en el sofá luego de compartir los quehaceres de la casa. Se apoyaron en el sillón, abrieron el libro que desde ayer compartían y poco a poco la voz de Bárbara se apagó en medio de la lectura. Mercedes pensó en llamar su atención, pero cedió a la respiración suavizada de esa mujer que la hacía sentir en las nubes. El ruido del artefacto fue como el quiebre de un momento de paz. Quiebre que se haría mayor al cortar.

-Era Nicanor – dijo Bárbara apuradamente – mañana por la tarde estarán aquí...

Mercedes tragó saliva, consciente de que aquella ilusión de vida que llevaban era eso, solo una fantasía – ¿tuvo resultados con su caso? – no tenía idea porqué preguntaba, pero le pareció lo más sencillo de decir.

-No lo sé – Bárbara recién fue consciente de que había sido tan abrupto el golpe de saber que su idílica semana terminaba que no se había interesado para nada en su marido – no le pregunté – dijo.

-Bueno... ya nos contará seguramente – Mercedes tomó el libro y sonriendo, más como podía que como quería, agregó - ¿sigo leyendo? – la respuesta llegó de la mano de la otra mujer sentándose a su lado, sin una palabra más que decir - ¿dónde nos quedamos? – pregunto más para si misma que por otra razón – ah si... aquí... - tomó aire – "¡Qué pocas cosas conocemos de lo que hay que conocer! Me gustaría vivir mucho, en lugar de morir hoy, porque he aprendido mucho en estos cuatro días sobre la vida. Creo que he aprendido más que durante toda mi vida. Me gustaría ser viejo y saber las cosas a fondo. Me pregunto si se sigue aprendiendo o bien si no hay más que cierta cantidad de cosas que cada hombre puede comprender. Yo creía saber muchas cosas y, de verdad, no sabía nada. Me gustaría tener más tiempo..." – su voz se fue apagando a medida que recitaba aquel fragmento y, aunque oponía resistencia al sollozo que crecía en su garganta, no pudo evitar tener que respirar profundo. Fue el silencio en Bárbara lo que la obligo a mirarla, a pesar de no querer. Su sorpresa fue descomunal al verla llorando.

-Lo siento – dijo la mujer al notarse observada – lo siento, no sé... parece que no me pude aguantar...

Mercedes se relajó al notarse acompañada, incluso en este sentimiento de terror, de angustia. De volver a la vida vacía de la que había escapado hacía unos días. Vida que gracias a su Barbarita era menos triste, pero que exigía de ella el peor de lo sacrificios. El de no poder. No poder abrazarla cada vez que quería, no poder dejar de pensarla cuando se sentía lejos de ella. Lejos por la circunstancia, no por el deseo – Me gustaría tener más tiempo – repitió y la mujer que amaba sabía que no hablaba a través del libro.

-Y  a mí ... - Bárbara la abrazó con fuerza – y a mí... – se estremeció al notar el temblor de su Mechita y no pudo contenerse. 

Lloraron las dos juntas, en silencio, abrazadas. Lloraron por el libro que no terminarían, porque no podrían descubrir si el destino de Jordán y María sería la tragedia o la felicidad, o ambas. Por todas las cosas que ahora serían recuerdos, mientras ellas esperaban tener una chance para robarle otro instante al destino.

Poco a poco, fueron calmándose, encontrándose la tranquilidad que aquella llamada les había arrebatado. Bárbara besó a Mercedes en la mejilla y ésta la beso en los labios.

-Vivamos estos últimos momentos como si fueran los primeros, con la misma necesidad, con el mismo apego – le susurró sacándose la camisa y descubriendo su torso completamente desnudo.

-Si – susurró la morocha encandilada por el aroma de la piel de su amor, atrapando entre sus labios el cuello expuesto de Mercedes y sentándola en su regazo.  Verla allí, expuesta, mostrándose para ella, eran el aliciente que le hacían olvidar que no podía gritar a todo el mundo que ella era de esa mujer. 

Fuera de la casa soplaba el viento y las luces de la ciudad se encendían porque la luz del sol apenas aparecía entre unos nubarrones. Dentro, los pechos de Mercedes se ponían rígidos mientras el flujo sanguíneo danzaba como un demente por sus venas; mientras Bárbara Román, que prodigaba caricias a sus pezones con la lengua, dejaba a su mano caer inerte y arrastrar en su trayectoria la poca ropa que le quedaba.

Gimió alto y fuerte cuando el roce de las yemas de Bárbara con la humedad que había entre sus piernas se aceleró – ámame – susurró Mercedes contra la boca de su mujer – hazme tuya, mi amor – repitió cuando los dedos de su amante la atravesaron, llenándola de éxtasis.

Bárbara paladeó la frase y gimió débilmente – da igual cuanto tenga que esperar para tenerte así otra vez, Mercedes, eres única, inolvidable para mí – le dijo apresurando la embestida de sus dedos dentro de la mujer – da igual cuanto tarde en hacerte mía otra vez, mi amor, para mí no hay otro sitio ni momento más feliz que este, ver tus ojos llenos de mí, ver mi placer reflejado en tus gestos, en tus espasmos, en el temblor de tu cuerpo – se detuvo un momento para besarla, aumentando el ritmo con el que la poseía – te pertenezco, Mercedes Möller y no hay ni un solo sitio donde quiera estar que no sea contigo.

Mercedes sollozó y tuvo un orgasmo que fue toda la respuesta que Bárbara necesitaba para saberse correspondida. Un orgasmo ardiente, húmedo. El cuerpo de Mercedes haciendo un arco y exponiéndose sin tapujos a su mirada. La forma más primitiva de expresarse sin pudores. De expresarse por amor. Una expresión que no tenía nada de indecoroso, una expresión que era como una mujer que encuentra el camino para decir te amo sin decir una palabra.


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Algunos comentarios: 

1) La canción que da título al fic es "El momento más feliz" de La Casa Azul. Lo comento porque a mi entender le queda muy bien este capítulo... Aunque es un poco depre a su manera

2) El fragmento recitado es del Libro "Por quién doblan las campanas" de Ernest Hemingway (1940)

3) Aún nos quedan varios capítulos... estoy deseando que les guste mi pequeño intento de escribir Barcedes. Hoy por hoy, tenemos que esperar lo mejor de ellas. Es innegable que se aman, solo hay que tenerles fe

4) Estimo que pillaron la referencia al adelanto... XD


Saludines!

El momento más felizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora