Tras descansar un rato, salieron de la casa y se encaminaron hacia las tiendas en rebajas.
Pasearon un buen rato viendo escaparates, entrando en las diferentes tiendas de diferentes estilos y precios. Cada una poseía una marca que la hacía especial y distinta a las demás. Todo estaba muy bien colocado, planchado y ordenado por colores, gustos y conjuntos. Un buen plan de marketing.
En muchas de las tiendas se notaba el ajetreo constante de cambio de ropa. Entraban y colocaban, las jóvenes muchachas que trabajan en la tienda, nuevos diseños, más fiesteros y con mucha purpurina o brillantes.
Los zapatos que ofrecía la tienda para acompañar los sencillos pero escandalosos diseños tenían un tacón altísimo y también con muchísima ornamentación en alguno de ellos.
Descontentas con el frustrante resultado de la búsqueda, decidieron volver a la casa de Kate.
El tiempo había pasado muy rápido, y pronto cayó la noche y la oscuridad. No sería bueno estar a oscuras caminando por las calles, ya estuvieran pobladas o no.
-Es tarde, volvamos-miró Kate la hora en la pantalla del teléfono.
-Está bien-suspiró Sofí observando el oscuro cielo estrellado-está muy oscuro.
-Sí.
-Y hace mucho frío.
-Sí.
-Y estamos en la otra punta de la ciudad.
-Deja de quejarte.
-No me quejo-echó un poco de neblina por la boca del frío.
-Si andamos ligeras, quizás lleguemos antes.
-¿No hay ningún atajo?
-Podríamos tirar por la parte de atrás de centro comercial.
Sofí miró a Kate dudando. No le gustaba muchoa idea. Esa zona solía estar desierta, y no sabían que tipo de personas podrían encontrarse por allí.
-Da igual.
-No pasará nada.
-No me fio.
-No tenemos que tener miedo de por dónde vamos a ciertas horas.
-Está bien.
A ninguna les acababa de convencer realmente la idea, pero podrían ahorrarse bastante camino.
Cambiando la dirección del camino, se introdujeron por la parte trasera del gran recinto comercial.
Llegando a la casa, por uno de los pequeños callejones que cruzaron, desprendía un edificio apantemente enano una luz blanca y potente, que atrajo la atención de las jóvenes que se acercaron lentamente.
Se asomaron al escaparte.
-¡Qué bonita! - exclamó Sofí.
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