Apenas conscientes, respiraban con dificultad sobre el frío suelo en el que las habían depositado. Se hallaban entre cuatro paredes que constituían una habitación completamente hermética y vacía,polvorienta y sin muebles. La única salida visible: la puerta.
Yacían aún sobre el suelo. Kate abrió los ojos. Le costaba ver algo con claridad. La oscuridad las engullía y no las ayudaba a apreciar detalle alguno. Tras dar grandes bocanadas de aire y pasar varios minutos colocada boca arriba, mirando el techo, hizo un gran esfuerzo en moverse y se arrastró hacia el cuerpo de Sofí, ya consciente y con ojos húmedos,dando al igual que su amiga grandes bocanadas de aire.
Escucharon los golpes de varios zapatos acercarse. Sofí entre-abrió los ojos, aún con lágrimas que resbalaban por la mejilla rápidamente hasta caer al suelo, y miró a su amiga. Kate se colocó el índice sobre los labios y le ordenó en voz baja que cerrara los ojos y no los abriese. Sofí obedeció, Kate la imitó.
Los pasos dejaron de sonar al llegar a la puerta, que poco a poco comenzó a abrirse y dejó entrar un par de rayos de luz.
-Están muy mal, deberíamos haber tenido más cuidado -escucharon una voz.
-¿Acaso importa? - se oyó una segunda voz más fría que la primera.
-Que cruel-esbozó una mueca.
-Están dormidas aún. Informaré al señor Collins.
-Están inconscientes.
-No me importa. Como si están muertas.
Kate levantó la mirada cuando sus ojos se acostumbraron a la penumbra. Logró distinguir tres figuras negras, de estatura aparentemente similar.
Una de las sombras se acercó a ellas y les tomó el pulso en la muñeca.
-Están vivas-concluyó la voz que había hablado primero anteriormente.
-Por poco tiempo-comentó entre risas la fría voz. - Aunque la rubia no parece muy viva.
Los ojos de Kate chocaron con la mirada de la persona que se había acercado a Sofí. La figura sonrió.
-La morena tiene pinta de estar más viva-dijo este.
Kate sintió como su corazón se paralizaba.
La tercera figura, un poco más baja que las dos que habían entrado antes, salió sin pronunciar palabra.
Las otras dos personas la imitaron, cerrando la puerta al salir.
Sofí abrió los ojos e intentó reincorporarse. Kate hizo lo mismo.
Al rato estaban las dos sentadas en el suelo respirando oxígeno de nuevo.
-¿Dónde estamos? - quiso saber Sofí.
Kate la miró inclinando un poco la cabeza hacia un lado.
-En el país de las maravillas - le contestó Kate.
Sofí se burló de su amiga.
-Aunque no sé si será una maravilla para vosotras-añadió una voz que entraba por la puerta.
Se acercó a las muchachas. En su mano derecha portaba una linterna. Las alumbró molestando así a su vista. Ambas se taparon la cara rápidamente y se quejaron con expresiones faciales.
La silueta, ya algo visible, cortó las cuerdas que tenían atadas a los pies, y agarró el trozo de cordón que ataban sus muñecas tirando de ellas, haciéndolas arrastrarse por todo el suelo tragándose y llenándose de polvo. Se intentaron resistir.
Kate, más espabilada que Sofí, tiró del trozo de cuerda suya que aferraba el hombre y logró arrebatársela de la mano. La figura sorprendida se volvió e hizo el ademán de agarrar la cuerda de nuevo. Sofí aprovechó ese intento para soltarse también. Kate le regaló una patada en la cara y en el pecho,se colocó tras él y le rodeó el cuello con la cuerda axfisiándolo.
Sofí le quitó una navaja que intentaba sacar del bolsillo y cortó las cuerdas que le ataban. El hombre logró girar y tirar a Kate al suelo dándole una patada. Esta se arrastró hacia atrás. Sofí le lanzó dos patadas por la parte trasera, llegándole el golpe de sorpresa.