Luisa Hernández En El Bosque Sagrado

5. No viajare sola.

Después de la canción la maestra nos dio un detalle que nos compró, una tasa con una foto del grupo llena de dulces y como decimos aquí en México, se rompió la tasa y cada quien para su casa, Fabián me acompaña a mi casa y me interroga sobre el internado, quiere saber si puede ir también el pero yo le dije que según entiendo es solo para mujeres, aunque no es verdad, el está cargando mi guitarra pues con las cosas que nos dieron nuestros compañeros hasta me estorba, me invito a tomar un helado, pero tenemos que ir al parque que esta por su casa la verdad es que hace calor y si quiero el helado, pero con todo lo que traemos sería un poco difícil, así que pasamos a dejar todas las cosas a su casa y él le dijo a su madre, yo le envié un mensaje a la mía y como me contesto una carita feliz lo tome como un sí.

Mi sabor favorito de helado es choco-chipas, el pidió uno de chocolate con vainilla, mientras lo terminamos sigue insistiendo con lo de la comunicación, que a qué hora me conectare, que si habrá manera de hacer video-llamadas, que si es larga distancia una llamada a Michoacán, y yo me sigo preguntando si hay teléfono en el internado.

Anoche casi no dormí, no tengo idea de cómo será mi nueva vida, mi padre ayer contesto la carta confirmando mi asistencia al instituto, y después iremos de compras, mi padre pidió un préstamo en su trabajo, por las mañanas al despertar siento que todo es un sueño, pero me levanto y abro el libro en el que metí la invitación y hay esta.

- ¿En qué estás pensando?-me pregunto Fabián.

-En nada de importancia, últimamente he estado muy distraída pero es que mi vida ha cambiado de repente.

-ya te lo dije siempre podrás contar con mi amistad-me dijo Fabián con una sonrisa.

No, bueno él lo dijo pero los rectificadores borraron sus memorias porque lo recuerda.

-Perdón si no lo dije lo pensé pero de igual manera, siempre podrás contar conmigo.

-he... gracias igual tú, eres un muy buen amigo.

De pronto Fabián se levantó sin decir nada, y corrió hacia la calle, venían autos de los dos lados pero el parecía decidido a lanzarse a los autos.

-Fabián, no...

Demasiado tarde afortunadamente el auto se detuvo Fabián tomo algo del suelo y después de recibir los regaños del conductor y disculparse se subió a la banqueta.

- ¿Por qué lo hiciste?-le pregunto asustada mientras me acerco a él.

-afortunadamente no lo mato-me dijo Fabián y me enseño lo que tenía en la mano, es un gatito, es negro y tiene unos ojos verdes enormes esta aferrado a la mano de Fabián y está temblando.

-pobre gatito.

-si vi cuando un carro lo dejo ahí en medio de la carretera y estuvieron a punto de matarlo.

-Que malo fue, pobre gatito está muy chiquito, tal vez necesite todavía a su mamá es una pequeña bolita de pelos, -le dije a Fabián y él me dejo cargarlo-hola bonito cómo te llamas.

-dicen que los gatos negros son de mala suerte.

-pues este tiene suerte porque no permitiste que lo mataran, pobrecito, no tiene casa.

-crees que tu mamá de lo deje quedártelo, mi mamá es alérgica a los gatos-me dijo Fabián.

-Puedo llevarlo al instituto-la sola idea de tener a alguien que me recuerde mi hogar me encanto, y recordé que la invitación tenía la sugerencia de llevar a una mascota.

-No creo que te dejen llevarlo por lo general en las escuelas no se permiten mascotas.

-En este sí, ¿me lo regalas?-le pregunte a Fabián, pues el recién lo salvo de la muerte.

-claro, es tuyo, pero ¿qué nombre le vas a poner?

-no se alguna sugerencia

-mala suerte

-je, je no un nombre que sea bonito.

-tiburonsin como la película

-primero tenemos que saber si es niña o niño.

-Es niña, -dijo Fabián después de revisarla - ¿pantera?

-no lo sé, debo pensarlo, pero tú-le dije a la gatita-vas conmigo al instituto