Júnior se enojó un poco conmigo por no defenderme y porque no le quise decir cómo eran los que me atacaron, el piensa que no los conozco como a la mayoría, pero ahora insiste en que me defienda, pero hay algo que todavía no entiendo, está bien si lo entiendo pero me desconcierta, porque Arturo y Francisco reniegan tanto de sus orígenes, porque si su madre es muggle ellos me agraden así, y sobre todo lo que me dijo Francisco, que matamos nuestro planeta y de paso el mundo mágico, sé que tiene razón, que contaminamos el planeta pero hay muchas personas que lo están evitando, que hacen compañías para la ayuda del ambiente y otras, el problema es que estoy en medio de dos mundos, y no puedo ponerme del lado de uno no puedo abandonar a mi mundo muggle y mucho menos al mágico.
—pásala…—frente a mi esta una bola peluda, los juguetes de aquí son tan extraños.
Estoy sentada en un árbol cerca del lago, es sábado y hay muchos magos fuera, visto mis ropas normales y tengo mi libro abierto en una página al azar, no lo he leído desde el autobús y solo lo uso para pensar.
Deje mi libro y me levante a tomar la bolita peluda, cuando una lengua rara salió de esta y se enredó en mi brazo, pude contener el grito de asombro, y comencé a caminar hacia los niños que jugaban con ella.
—lo siento, se pegó a mi mano.
—Le agradaste, —me dijo una niña de piel blanca y pelo rubio. —quieres jugar con nosotros.
Por su ropa era bruja de nacimiento y al parecer no me conocía, no se a que juegan pero no quiero problemas, así que negué con la cabeza y tendí mi mano para que lo tomara.
—Vamos a Snitch le gusta mucho jugar y cuantas más personas mejor.
— ¿Qué es?—le pregunte mientras intentaba quitarme a Snitch de la mano.
—es un Puffskein, son excelentes mascotas, vamos juega con nosotros, los pueden lazar cuantas veces quieras y a él no le importa, es más le gusta.
—tú no sabes que soy si no, no te me acercarías.
—sé que eres hija de normales, todos lo sabemos pero somos búhos, nosotros te respetamos como nuestra igual, hemos visto lo que hacen los de tu casa, y no es nada divertido, pero si quieres seamos amigas, no importa si eres Jaguar mi nombre es Miranda, ¿cuál es el tuyo?
—Me llamo Luisa y me encantaría ser tu amiga.
Las clases por fin perdieron su tedio, encantamientos, defensa contra las artes oscuras, historia de la magia, astronomía, la hora de la comida y la hora de dormir son las únicas que aún no me agradan, Miranda y Júnior se han convertido en mis mejores amigos y estamos siempre o en la biblioteca, o en el lago o vemos el campo de Quiddicht, es extraña la mezcla de colores cuando caminamos por los pasillos, verde y plateado, rojo y oro, y azul y bronce, jugamos los fines de semana, y las clases de vuelo que por fin cambiaron de teórico a practico, son mis favoritas, son en el campo de quiddicht y comenzamos a simular el juego, que por cierto no creo entender, tiene tres pelotas diferentes una con diferente función y mi favorita es la snitch porque aunque no tiene parecido con un puffskein, me recuerda mucho al de Miranda.
Cuando era pequeña siempre quise volar, pero mi idea de volar era un poco más relacionada a Peter pan, hoy sentada en una escoba me siento súper bien, después del bochorno de sentarme en una escoba, (bien nosotros no la utilizamos como medio de trasporte), me sentí como nunca en mi vida, tenía una sensación de… libertad, en el cielo no soy una jaguar, no soy una sangre sucia, ni siquiera soy Luisa, al levantar los pies del suelo soy libre.
Mi gatita ya duerme conmigo, le agradecí al maestro Gregorio pero ya no quiero esconderme. Aunque mi baúl sigue sellado, he recibido y enviado un par de cartas de mi familia, y he aprendido los movimientos básicos de la varita, me estaba perdiendo este mundo tan maravilloso, les había hablado de los fantasmas, no lo recuerdo y es que no los había notado, está bien no les prestaba atención pero son sensacionales, está bien, dan miedo pero de verdad que después que te atraviesan guau. Han escuchado la leyenda de la llorona, pues está aquí, dicen que viene por temporadas.
Para todos aquellos que no la conocen cuenta la leyenda que hace muchos años, una mujer que amaba a un hidalgo se entregó a él y vivió un tiempo con él, y tuvo tres hijos, ellos vivían con su madre, pero un día la llorona se dio cuenta que el hidalgo se casaba con otra mujer, entonces con su dolor y su decepción y en un acto de venganza tomo a sus tres pequeños y los mato en un río, y después se suicidó, pero al intentar entrar al cielo le dijeron en la puerta que la única forma en la que entraría al cielo seria llevando a sus tres pequeños.
Y como los tiro en un río, pues los busca todas las noches, siguiendo la reviera del río, y de vez en cuando se queda una temporada en el instituto, pero no es tan agradable que digamos, pues se la pasa gritando por las noches "hay, mis hijos… hay mis hijos" atravesando muros y puertas, sin consuelo alguno.
Se rumora que sus hijos están en el cielo y que ella está condenada a caminar y penar en el mundo por el resto de la eternidad, ni modo.
También está el catrín, que es el fantasma de los jaguares, se dice que era un acaudalado que estafaba a las personas, y que por ellos había amasado grandes fortunas, vaga por los terrenos del instituto en su carruaje halado por un caballo diabólico y su chofer es un viejillo raro, se rumora que la razón por la que está en el colegio es porque enterró sus riquezas en alguna parte del instituto y lo protege para que nadie lo robe, es un personaje de verdad interesante.
Hay otro fantasma, pero no se sabe casi nada de él, se rumora que era mudo, tal vez tenía unos 16 años cuando murió, también dicen que era un esclavo y por eso no habla con nadie.
Me dijeron que el mismo Francisco Villa viene en su caballo de vez en cuando de visita, pues el estudio en este instituto, y era hijo de muggle como yo, era un gran estratega y utilizaba la magia para proteger a su pueblo, pero al ser muy discreto en una ocasión vieron su varita y pensaron que era leña y la quemaron, al regresar para comprar otra fue sorprendido y asesinado en su caballo, quien diría no. Me encantaría verlo.
Quien no me agrada es la maestra de defensas contra las artes oscuras, su nombre es señorita Sevicia Concepción Tormenta, pero pide la llamen señorita Tormenta, para describirla primero necesito que piensen en la bruja de blanca nieves, es bajita y regordeta, de pelo negro y chino, y siempre viste de negro, y lo mejor de todo es que es la encargada de nuestra casa, no es sensacional, bien estoy usando el sarcasmo, con esa cara nunca de los nunca me acercaría a decirle que mi casa me molesta.
Bueno, es graciosa, cuando no está dando clases y estas muy lejos de ella puedes reírte, mientras no, pero su clase es una de las más interesantes, en ella aprendí como evadir un hechizo simple, y la importancia de identificar cuáles son las cosas que puedes y no hace con la magia, es importante identificar a las personas y en lo personal creo que es más como cuando te dicen "no debes de hablar con desconocidos" "no aceptes dulces de personas que no conozcas" "cuéntaselo a quien más confianza le tengas".
En fin, ya va casi un mes de mi estancia en el instituto y ya no tengo tanto miedo, leemos varios libros de hechizos para evitar las bromas de mis compañeros, y Miranda es muy hábil para la varita, y para memorizar los hechizos, ella habla latín, sus padres le enseñaron desde muy pequeña pues los hechizos por lo general son en ese idioma, por fin me siento segura.
Horacio nos tomó una fotografía mágica, je, je es que no sé cómo llamarla, aunque es como color sepia estamos Júnior, Adrián, Miranda, Horacio y yo, estamos sonriendo y saludando cerca de la fuente, y Júnior me puso cuernos y aun así lo niega, je je se ve claramente como me pone los cuernos y después quita la mano, pero de cualquier manera es algo que cuidare toda mi vida.
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Luisa Hernández En El Bosque Sagrado
FanficCuando los vidrios se estrellaron se dio cuenta que no todas las cosas estaban bien, Luisa de 12 años, estaba cursando su ultimo año de la primaria y cuando sus únicas preocupaciones eran su próxima escuela, o revelar los sentimientos que tenia haci...