Capítulo 5

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Saludé a algunos de los trabajadores del castillo antes de subir a mi habitación con el propósito de dejar ahí las pieles y bolsas que tría con alguna de mis cosas, en el camino de vuelta había conseguido un broche para madre, así que lo busqué y lo dejé sobre la cama para dárselo en cuanto la viese.

-Mo mhac- dijo madre abriendo la puerta de mi habitación- al fin estás en casa hijo.

-Màthair-dije recibiéndola entre mis brazos- te he extrañado.

-Y yo a ti hijo mío, deja que te vea, has crecido- dijo tomando con dificultad mi cara entre sus manos haciéndome sonreírle divertido- pero pareces estar de una pieza.

-Por supuesto madre, no me arriesgaría a una reprimenda de las tuyas por llegar herido- dije haciéndola sonreír.

-Eres un chico listo, ¿tu hermano no ha venido contigo? - preguntó.

-Ha ido a cerciorarse de que todo esté en orden en sus tierras, vendrá pronto- dije- te he traído un regalo, es un broche.

-Es precioso hijo, gracias- dijo tomándolo en sus manos.

- ¿Por aquí todo en orden madre? - pregunté.

-Si, ha ocurrido algo increíble durante la pasada noche- dijo madre emocionada- ha aparecido una viajera.

- ¿Una viajera? ¿Cómo la abuela? - pregunté sorprendido.

-Exacto, es una joven encantadora, solo lleva un día aquí y ya ha ayudado a Adam con un caballo indomable y a Broc con sus ataques de tos.

- ¿Es francesa como la abuela? - pregunté curioso.

-Según me ha dicho es de España, aunque ha podido leer el diario de Anette sin problema y habla un gaélico excelente- me dijo con una dulce sonrisa, al parecer esa viajera le agradaba- he de pedirte un favor hijo.

-¿Qué es madre?- pregunté.

-La dejarías quedarse en el castillo, se ha ofrecido a preparar remedios con las plantas, también podría ayudar con los caballos- dijo mi madre- aunque si no quieres que se quede aquí podríamos facilitarle una casita en el pueblo.

-No tengo inconveniente con que se quede en el castillo madre, pero antes de decidir nada, me gustaría conocerla- dije.

-Podrás hacerlo esta noche, la he invitado a cenar con nosotros- dijo con una tierna sonrisa, sin duda esa muchacha la había conquistado- pero tendrás que adecentarte, no puedes presentarte así frente a ella.

- ¿Qué tengo de malo?- pregunté.

-Con todo mi cariño hijo, apestas- dijo haciéndome reír- nos harías un favor a todos si te dieses un buen baño, avisaré para que te llenen la bañera con agua caliente.

-Está bien, diles que lo preparen, voy a los establos a darle un par de manzanas a Clyde, ese caballo se merece un premio por la carrera que hemos hecho hoy- dije.

-No te entretengas demasiado, la cena estará enseguida- dijo madre entes de salir de la habitación.

Bajé a las cocinas y cogí un par de manzanas, me encaminé a los establos y vi por primera vez al famoso caballo indomable, he de admitir que era un gran caballo, pero cuando traté de acercarme a él relinchó pateando el suelo.

-Parece que no estás de buen humor hoy muchacho- dije.

-En realidad señor, solo está de buen humor con lady Rebeca- dijo Adam acercándose a mí.

-¿Lady Rebeca?- pregunté sin saber a quién se refería.

-La viajera señor, su nombre es Rebeca- dijo Adam.

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