Camino al Hotel que se paga por hora

4.3K 427 29
                                    

Pov. Derek

En cuando inicié mi camino a mi loft, recordé que en realidad no sabía conducir. Mi vida era increíble, a pesar de una infancia ligeramente complicada. Pero eso ya no me atormentaba o preocupaba, solo me recordaba que me privaron de muchas cosas. por ejemplo: el aprender a conducir.

No podía ni poner las velocidades, me sorprendió el hecho de que no haya tenido un accidente aun. Cuando veo conducir a mi chófer parecía increíblemente fácil. Estaba en la avenida, por lo que decidí que era mejor el orillarme y encontrar la forma de poner el automóvil en marcha de una forma correcta o en una en la que simplemente no me matara yo mismo.

Apenas llevaba unos segundos de haber orillado el carro cuando un joven rubio se acercó al auto.

-¿Necesitas ayuda, guapo?- me preguntó el chico con cierto toque de seducción- Parece que tienes un un problema con tu auto.

-Sí, pero no es como si no pudiera resolverlo sólo- respondí molesto pues aun siendo cierto, no iba a aceptarlo.

-Ok, Big Guy*- dijo con una media sonrisa que provocó que mi entrepierna tuviera un leve cosquilleo. Él chico de inmediato se puso de espalda al automóvil y recargo su trasero en el. Me quede viendo su redondeado trasero por lo que pareció una eternidad para mí. Era demasiado tentador que ese chico tuviera ese deseable trasero en unos jeans tan ajustados y tan cerca de mí. 

Se notaba que era de esos gigolos*, que trabajaban en la Avenida de Bacon Hills. No creía lo que estaba a punto de hacer, pero sabía, que aunque se arrepintiera en la mañana, tendría una noche bastante divertida que opacaría ese sentimiento.

-Sube-le dije

Pov. Stiles

Cuando vi a ese hombre que tenia rostro y cuerpo de dios griego, me sorprendí. Esos eran clientes que casi nunca tienes la oportunidad de obtenerlos, sabes que tienen a miles de candidatas y candidatos que les darían horas de placer gratis.

No sabía si mis encantos funcionarían con él, tenía levemente el ceño fruncido y desbordaba el semblante de todo un macho heterosexual. Pero necesitaba el dinero.

 -¿Necesitas ayuda, guapo?- le dije coqueto-Parece que tienes un un problema con tu auto.

 -Sí, pero no es como si no pudiera resolverlo sólo- respondió molesto. Seguramente era de esos hombres que no aceptaban sus errores. Pero eso no detendría mi cometido.

  -Ok, Big Guy*- dije con una media sonrisa. De inmediato Me puse de espalda al automóvil y recargué mi trasero en el. Me preciaba de tener buen trasero y de lograr que incluso el hombre más heterosexual, cayera en la tentación de probar tener sexo con un hombre.

  -Sube-me dijo

Obedecí de inmediato, no quería que por hacerme el difícil, perdiera una oportunidad tan grande como la que se me estaba ofreciendo. De la nada empezó a hablar.

-¿Sabes conducir?-dijo serio o más bien sonó como si me ordenara.

-Claro-respondí. No le di tiempo de reaccionar, simplemente me pase al asiento del conductor rozando mi trasero con su pene. Era bastante grande pero podría manejarlo. Me dijo donde se hospedaba. Era un hotel que no conocía, notó mi confusión y me dio ordenes de hacia donde me debería dirigir.

-¿Cuál es tu nombre?- cuestionó. Rozó su mano con mi muslo.

-¿Cuál quisieras que fuera?-

-Conmigo no juegues- dijo frunciendo el ceño.

- Mieczyslaw, pero dime Stiles, es menos complicado- no sabía porque le dije mi nombre pero ya lo había hecho. Además no creo que se acuerde de el dentro de una hora o dos dependiendo su aguante en la cama.

-De acuerdo, Stiles- dijo sonriéndome. Tenía una sonrisa curiosa pues se le notaban unos pequeños dientes de conejo.

-Y él tuyo, ¿Como te llamas?. Quiero saber cuál es el nombre que gritare durante la próxima hora-dije juguetón.

-Derek. Y ahora que estamos hablando sobre eso, ¿Cuál es tu precio?-

-$100 dolares la hora- dije muy seguro

-¿$100 la hora?, y te vistes de esa forma. Es una broma-

No creía que este tipo quisiera ofenderme, pero no iba a dejar que me hablara así, solo por mi "profesión".

-Con el dinero no bromeó- le dije seco

Él solo asintió.

Llegamos al hotel, bajamos del auto (el por el asiento del conductor y yo por el de co-piloto). El ballet-parking se llevó el carro. Él se dirigió a la entrada, yo no sabía si seguirlo o mejor irme. El hotel claramente se veía de cinco estrellas y que por el no pasaban chicos que eran unos gigolos de última clase. A los cuales siempre se les llevaba a Hoteles que rentaban el cuarto por hora o mejor dicho un sucio Motel.

Decidí que era mejor irme no quería ser el centro de atención de personas presuntuosas. Pero Derek me detuvo. 

-¿Qué haces?- me dijo 

-Esperó un bus o un taxi para regresar- dije con una leve sonrisa

-Vamos a dentro-me tomó del brazo. A punto de entrar al Hotel se quitó su saco y lo puso sobre mis hombros- Aquí no se rentan cuartos por hora-mencionó no como un insulto sino no como si quisiera advertirme de como posiblemente me tratarían.

Entramos al Hotel, nos dirigimos a la recepción. Escuche que pedía champagne y fresas y que se les subiera a su loft y se le anotará a su cuenta. Me tomó del brazo y fuimos hacia los ascensores donde nos encontramos con una pareja de unos 40 o 50 años de edad. Derek presiono el botón que indicaba la petición del ascensor.

La mujer me miraba con despreció, mientras que el hombre me miraba el trasero. No me deje intimidar por la mujer. Di un paso al frente, las puertas daban un reflejo perfecto de él. Se subió el saco y sonrió por su ocurrencia.

-Amor, estos jeans me hacen que mi trasero se vea más grande-dije sonriendo y dirijiendome a Derek.

La mujer me miró incrédula, el hombre con lujuria. Derek puso una mueca que no supe si interpretar como una sonrisa o un gesto de disgusto. El ascensor sonó, anunciando su llegada. Había suficiente espacio para los cuatro. Sin embargo solo entramos Derek y yo. Derek presionó el botón del último piso, se cerraron las puertas del ascensor pero alcance a ver como la mujer detenía a su esposo de que entrara con nosotros.

Mientras subíamos al loft de Derek, hable para aligerar el ambiente.

-No pude evitarlo- solté

-Evitalo- dijo con una pequeña sonrisa.

Llegamos al loft. 

Y de inmediato me preparé para iniciar mi trabajo








Un Hombre BonitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora