Capítulo 15

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-Deberíamos traer espectros de la nocheósfera.
-No, no querrían ayudarnos y de todos modos, este lío me lo ocasioné yo sola, yo debo hacerlo.
-Fionna, sólo eres una y ellos son demasiados.
-Lo sé, pero no queda de otra.
Están ocultos entre unas barreras de anís del Dulce Reino. No han pensado en nada útil y no les queda más que mirar lo que está sucediendo.
-¿Dónde demonios está Gumball?
Marshall se queda callado porque espera a que ella lo descubra por su propia cuenta. Fionna le llama por su teléfono y al darse cuenta que no contesta, cuelga ''Créeme, ya intenté eso''.
Fionna se pone de pie y decidida camina hacia lo que parece ser un guardia de parte de la Isla Susurros.
Marshall la toma de la cintura atrayéndola a su cuerpo tirando a ambos al suelo.
-¿Qué crees que haces?
-Tenemos que hacer algo, no podemos quedarnos aquí todo el maldito día.
-Sí tienes razón, pero sin un plan es igual de inútil.
Fionna voltea la vista logrando que Marshall haga lo mismo. Es una tienda de deportes. Ve la cara traviesa de ella, obviamente algo se le ocurrió.
La ve entrar a la tienda tomando dos arcos y dos paquetes de varias flechas.
-¿Qué haces?
-Podremos no atacarlos de cerca, pero sí de lejos.- Sonríe.
Él lugar está abandonado, tomar aquello no fue molestia. Los trabajadores tuvieron que retirarse después del repentino ataque.
La ventana está rota. Fionna toma una flecha, apunta en el cuello del guardia y la deja ir. Toma a Marshall del cuello para tirarlos a ambos al suelo.
Al no escuchar ruido alguno-además de un choque pequeño- puede verificar que el sujeto está muerto.
Marshall se acerca y toma al sujeto por los hombros. Busca algún arma y victorioso toma la pistola de su cinturón. Fionna se acerca a él y Marshall la coloca en su espalda para volar sobre los edificios.
-Es mejor si atacas en las alturas.- Aterriza en uno dejándola caminar.
-¿Por qué? - Frunce el ceño.
-No verán que los golpeó.- Le guiña el ojo y percibe un pequeño rubor en las mejillas de Fionna.
-Tienes razón.
Un, dos, tres. Solo se da la vuelta y escucha tres disparos.
Al mirar de nuevo ve a tres hombres caídos.
-Pensé que sólo sabías usar la espada.
-Una tiene que aprender varias técnicas si quiere salvar al mundo ¿no?- Ella ríe en voz baja.
Se pasean entre los edificios aniquilando a cada guardia que ven. Por ahora la misión es fácil.
-Llévame al palacio.
-¿No deberíamos mejor...?
-Llévame al palacio ahora.
Obedece sin chistar y se la lleva velozmente intentando no ser vistos por más humanos.
Entra por la parte de atrás confundido a Fionna.
-Oye, ¿Qué ha...?-Tapa su boca cuidadosamente indicándole silencio.
-No hables, podrían estar escuchándonos.- Susurra.- Si entramos por enfrente se darán cuenta, eso es muy obvio.
-Perdón, mi mente no está funcionando como debería de hacerlo.
Él niega. Y la levanta para irse caminando. Sin darse cuenta él los dirige al laboratorio de cómputo, que fue ahí donde grabó el programa Gumball.
Al entrar no hay nadie, ni Gumball.
Fionna se acerca y se tapa la boca para evitar gritar.
-¿Qué viste?
En frente de ella hay un charco de sangre rosa fucsia.
-¿Es de Gumball?- Fionna solloza levemente.
-Sí.
-¿Dónde está él?- Se acerca a él.- Dame un bofetada.
-¡¿Qué?! No pienso hacer eso.
-Hazlo, por favor.
Choca su mejilla lo más suave que puede.
-¡Agh Marshall!
Cierra los ojos y deja que su mano golpee lo primero que toque. La mira de nuevo y ella está apretando la mandíbula con los ojos apretados.
-Lo sien...
-Shh... vámonos.
Tal vez a Fionna le hacía falta motivación, una muy extraña motivación.
Ella los conduce al calabozo, debe haber una razón que solo Fionna conoce para investigar ahí primero.
-¡Gumball!- Grita y se acerca a él. Está dentro de la celda mas mugrienta del castillo -que aun así sigue siendo limpia- respirando irregularmente con la mano en cerca de una costilla y sangrando demasiado, en partes escupe sangre.
-¡Fionna!
Ella se acerca a él de manera fugaz.
-¿Qué te pasó?
Sigue tosiendo, no puede mantener la voz firmemente, ni siquiera puede decir una palabra.
-Luegooo, te ex...explico.
-Vamos a sacarte de aquí.- Fionna se acerca a los barrotes intentando romperlos pero no tiene sentido.
-Fionna.- Dolorosamente toma las mejillas de ella.- Déjame aquí.
Marshall se acerca a Fionna jalándola.
-Tenemos que irnos.- En cuanto dice eso, ella se levanta y despide a Gumball con la mano.
Hay algo que deben terminar, y es ahora o nunca.

Fionna, es amor...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora