Capítulo 10

13K 366 21
                                    

Me he asegurado de que no hay cámaras en el cuarto del hospital que puedan habernos grabado, de no ser así, el hospital nos denunciaría. Creo que  algunos de los que estaban fuera me oyeron gritar como una loca o por lo menos alguien que pasaba pudo haber oído un gemido que otro y querrá saber qué ocurría ahí dentro.

En ningún momento pensé en observar si había cámaras, debió de ser el calentón de aquel momento.

Me nubló la mente.

— ¿Dices que lo hicisteis en el hospital? — preguntan Rossie y Amelia sin poder creérselo, tienen cara de sorprendidas.

— ¿Vosostras qué creéis?, obvio que los hicimos en el cuarto del hospital — doy un mordisco a mi pollo al horno que ha hecho Ofelia. Ellas me miran como diciendo : "¿Qué?". A ver, no cualquiera diría que ha tenido sexo en un hospital.

En parte es un tanto excitante porque es un lugar público y por la otra es morbosa, porque alguien podría habernos visto en plena acción.

No es lo que quiero, pero esa idea me pone mucho.

El pollo de Ofelia está delicioso, soy una zampona que no engorda nada, aunque de vez en cuando hago ejercicio — Además, ¿para qué os mentiría?, sois mis amigas — sonrío como el gato de Alícia en el Pais de las maravillas.

— ¿Para jodernos?¿Para que tengamos celos y envidia?. No sé, existen muchas posibilidades — dice sarcástica —. ¿No te importaría compartirlo conmigo, verdad? - pregunta Rossie.

— Claro que me importaría, ¿para que luego te enamores, tengamos que discutir por él y dejemos de ser amigas?. No, no voy a compartirlo contigo ni con nadie. Es demasiado bueno en la cama, no quiero que se distraiga — muestro mis dientes feliz.

– ¿Quién ha hablado de amor? — pregunta Rossie con una sonrisa —. Yo no, ¿y tú Amelia? — ésta niega sonriendo —. Nadie ha hablado de amor querida Lía, ninguna de nosotras ha mencionado esa palabra. A no ser que... te hayas enamorado tú de él — por sus ojos deduzco que habla en serio, pero no, no habla en serio.

Menudo veredicto, las odio.

Siempre ponen palabras en mi boca que, ni he dicho, ni he llegado a pensar, son unas brujas, unas pésimas psicólogas.

Aún así, las amo.

— Sí, porque de no ser así, no te importaría compartirlo y menos con Rossie. Sois muy parecidas en ese aspecto. Pienso que te gusta más de lo que quieres aceptar — Amelia saca su propia conclusión.

La miro mal. En ningún momento he dicho que quiero que Marcus sea mi novio, jamás lo he pensado y no lo haré. ¿Qué tontería?.

— ¿Pero no sabéis quién soy yo?, yo no me enamoro de los hombres. Parece que se os ha olvidado, no quiero sufrir por nadie y menos por un hombre. Si les coges cariño, te engañan y luego te dejan. Sólo tú sufres, nada más — digo con con una fingida seguridad que hasta a mí me sorprende decir eso y no sentirlo del todo —. Es mi chofer y lo nuestro es sólo sexo. Aunque él quisiera, no podría ofrecerme nada más que eso. Sexo. ¿Está claro?.

— Vale. Lo que tú digas chica. Si no quieres aceptarlo, tu problema — miro mal a Rossie también —. Pero te decimos lo que vemos y tú lo sabes.

Cuánto me conocen, qué perras. Se han dado cuenta de que no estoy diciendo toda la verdad y eso no me gusta, ya no estoy del todo segura de lo que siento o de lo que pienso.

Esto es nuevo.

— Que lo hayamos hecho más de una vez no quiere decir que esté colada por él o peor, enamorada — sacó la lengua en señal de asco, ellas me miran con una sonrisa de oreja a oreja.

1º. Mi Chófer (Bilogía Empleados) [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora