Capítulo 21

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Han pasado ya casi dos semanas y todavía no sé nada de Marcus. El muy idiota ha desaparecido, pueda que haya cambiado de número y esté huyendo de mí. Quizás sepa que si le encuentro lo mataré con mis propias manos.

No puedo permitir que su desaparición me afecte, tengo que tener la mente fría y fresca. Ahora soy una persona muy importante, mi firma ya es importantísima. Ya no puedo firmar lo que sea sin medir las consecuencias.

Hace unos meses estaba en el instituto y hoy soy dueña de muchas de las empresas de mi ciudad. Todo normal, no hay nada raro (nótese el sarcasmo).

El tío Marc sabe mucho acerca del mercado y negocios, pero le veo venir de lejos y él ni se da cuenta. Me toma por imbécil y eso es un punto a mi favor. Cuando menos se lo espere, le hundiré en prisión. Cada día veo su verdadero rostro, algún día le desenmascaré y se arrepentirá de lo que me hizo.

- ¿Por qué te interesa venir a trabajar aquí ahora? - le preguntó a mi tío. Estoy sentada en mi sillón detrás de mi escritorio.

- No es que me interese, es que quiero estar cerca de ti para que no cometas ningún error. Sabes que soy el único que puede ayudarte.

- Eso lo sé, pero ¿no crees que sería mejor que te involucres menos?, si quiero manejar bien las cosas, debo errar y aprender de mis errores.

- Es una buena estrategia Natalia, pero si llegas a cometer un error, ¿qué dirá la gente?.

- ¿Que soy una novata que está aprendiendo? - digo sarcástica.

- No, dirán que no estás lista para mandar. Créeme, es mejor tenerme aquí, junto a ti - este hombre piensa que soy idiota.

- ¿Por qué no trabajabas aquí cuando papá estaba vivo? - se pone pálido. Finge una sonrisa.

- Me lo pidió pero me negué, él no me necesitaba. No como tú me necesitas ahora.

- No tío Marc, no es que no te necesite, pero es mejor que te mantengas al margen. Si quiero que la gente me respete, debo ser yo la primera en respetarme. Y si estás detrás de mi todo el tiempo, ellos creerán que no soy capaz de dirigir "mi empresa" - resalto eso último -. Así que no insistas, por favor.

- Estoy muy orgulloso de oírte hablar así - capullo -. Pero cualquier cosa, avísame - se pone de pie y para marcharse.

- Mi asistente te acompañará hasta la salida - y continúo con mi trabajo. Me alegra haberle dejado las cosas bien claras, ya parecía mi jefe diciéndome qué tengo o no que hacer.

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La reunión con mis socios fue mejor de lo que me esperaba, puro teatro mi actuación, pero les dejé claro que a mí nadie me quita de mi puesto. Al principio me atacaban con indirectas, es decir, me hacían preguntas trampas. Creían que yo no sabía quiénes eran ellos y les dejé con la palabra en la boca. Les enseñé, sin enseñarles, que conozco sus chanchullos, obvio que dichos chanchullos no tienen nada que ver con Guztel. De ser así, yo misma les quitaría de aquí sin que perdiésemos millones. Hasta me aplaudieron y todo, os lo dije, se me dan bien las personas.

El caso del señor Ruiz es como un misterio, no encuentro nada relevante en cuanto a la relación entre mi padre y él, eran socios y un día dejaron de serlo. Ahora, ¿de dónde coño sale que el veinticinco por ciento de mi fortuna le pertenece?, por decir que mis negocios también. No se lo he preguntado a Jane porque estoy segura de que me mentiría o que simplemente no sabría nada. Deduje que es mejor no consultarla nada.

No le he visto en persona, todas las veces en la que tenía que reunirme con él, envía a un representante. Y eso no me sirve, recuerdo lo que le dije a su representante: "Yo no soy la representante de nadie, esta reunión no debería ser de socia a representante, sino de socia a socio". Puede que haya funcionado o no, recibí un E-mail que decía Sergio Ruiz no podía asistir por su apretada agenda, pero que su hijo es quien se reuniría hoy conmigo.

1º. Mi Chófer (Bilogía Empleados) [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora