Capítulo 15 (Parte 2)

6.9K 271 3
                                    

Han pasado dos días y no sabemos nada acerca de Natalia. No hemos podido dar con Cristina, es como si la tierra se las hubiese tragado. Aparte de ser una demente, Cristina es una persona que, cuando quiere, es imposible encontrarla.

Pedí a Donovan y Martínez que cogiesen el primer vuelo a España para ayudarme, son las personas en las que más confío. La incertidumbre me carcome por dentro, no tener ni idea de dónde podría estar me está matando.

Volví a marcar a mi padre, no se lo pregunté directamente, pero estoy seguro de que él no tiene nada que ver.

Seguramente Cristina está actuando a sus espaldas, reconozco que me la está jugando bien, pero ya me estoy hartando de esta situación. Mis hombres de confianza siguen buscando pistas que nos pueden ayudar a encontrar a la chalada de Cristina y al parecer, ella no quiere que la encuentren.

- Dos días... dos malditos días - golpeo la pared, mi impaciencia hace que empiece a caminar por la habitación sin parar -. ¡JODER! - golpeo el sofá con una patada.

Estoy frustrado, enojado y agobiado, sentimientos que hacía tiempo que no sentía.

- Jefe - entran Martínez y Donovan a mi despacho -. Creo que hemos encontrado algo - el primero me da una carpeta amarilla.

- ¿Qué es? - cojo la carpeta y la reviso.

- Al parecer Cristina Kolins está en España, algunas facturas de gasolineras indican que utilizó su tarjeta para comprar cosas... - habla Donovan -. Dichas facturas indican que compró cosas, muy raras para que alguien como ella las utilice.

- Cuerdas, amoniaco, paracetamol y chicles de menta . ¿Qué pretende hacer esto? ¿Estáis seguros de que no la han robado la tarjeta? - los dos asienten, en la carpeta hay una foto -. ¿Quién es?.

- Suponemos que es ella, pero como no se ve bien su rostro, es imposible demostrar que es ella.

- Estoy seguro de que es ella - sigo mirando la foto -. Incluso los mayores criminales cometen errores.

- ¿Habéis ido a la gasolinera? - voy a sentarme en mi escritorio, tapo mi cara con una mano y cierro los ojos.

- Sí, la recuerdan pero solo eso. Pasa mucha gente por ahí y es un poco complicado, no saben a dónde se dirigió después de hacer sus compras.

- Muchas gracias chicos, no sé qué haría sin vosotros.

- De nada jefe - y los dos salen de mi despacho.

Ya han pasado cuatro días desde que desapareció Natalia y desde que recibí el mensaje de Cristina.

Ya no duermo bien, tampoco como bien, me siento culpable por su desaparición. Claro que es culpa mía, yo soy quien vino a irrumpir en su vida. ¿Cómo iba a imaginarme que una niña como ella tuviese una vida tan miserable? ¿Que a su familia no les importara su bienestar?, eso no venía en el dosier que me dieron acerca de ella.

Iba a descansar un poco en el sofá de mi casa, cuando recibo una llamada. Contesto sin mirar quién es -. ¿Sí? - cierro los ojos y apoyo mi mano izquierda en mi frente.

- Hola amor - reconocería esa voz aunque en el mismísimo infierno -. ¿Me estabas buscando? - de la sorpresa me coloco bien en el sofá.

- Cristina, ¡¿dónde está Natalia?! - como respuesta, recibo una carcajada bien fuerte de su parte. Mi rabia aumenta.

- Ay, Natalia, Natalia, Natalia, ¿todavía no estás cansado de hacerlo con la misma? Sé que eres una bestia, pero ¿siempre con la misma?.

1º. Mi Chófer (Bilogía Empleados) [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora