El chico de los tatuajes

Capítulo IX.- Semana de cumpleaños.

— ¡Esteban!  — grito desde mi cuarto a punto de caerme.

— ¿Madisson?— escucho que entra a mi habitación— ¿dónde estás?— 

— En el clóset— trato de silbar para que me escuche un poco mejor.

— ¡Madisson!— me ayuda con la caja que estaba intentando bajar desde lo más alto de mi clóset— ¡¿Qué rayos estás haciendo?!— coloca la caja en la alfombra de mi habitación.

— No te diré, capaz y te lo digo y terminas ahí divulgando— coloco mis brazos arriba de la caja para poder así, evitar que mi hermano la abra.

— Confía en mí — hace una pausa— siempre lo has hecho, ándale— 

— Ay está bien—  abro la caja y veo cómo es que Esteban se sienta en la alfombra —

— ¡Wow! son cosas ¿de cumpleaños?— me mira con cara de duda.

— Sí, es una caja con todo lo necesario para un cumpleaños— le digo sacando de esa enorme caja todo lo que hay ahí.

— Globos, serpentinas, confetti, listones— dice ayudándome a sacar de poco a poco cada cosa.

— Sí— digo sacando un paquete de globos turquesa y amarillo— el viernes de esta semana es el cumpleaños de Amber— digo sacando más cosas— me gustaría hacerle una caja de regalo sorpresa con cosas que a ella le gusten ahí adentro, además de una fiesta sorpresa— miro a Esteban esperando su respuesta de confirmación.

— Que buena amiga eres— 

— Gracias...— 

— En cuanto a la fiesta sorpresa— me interrumpe antes de que yo pueda decir cualquier otra cosa—creo que ella había mencionado algo de hacer una fiesta el sábado— trata de hacer memoria— yo no sabía el porqué pero lo llegué a sospechar— 

— Oh, entonces eso de la fiesta sorpresa se cancela de mis planes— hago pucheros.

— Creo que sí— me mira con cara preocupada— aunque te aseguro que con el regalo que le quieres hacer estará más que contenta— 

— Esperemos y si— 

— Ya verás que si Madisson— ve todo el material y los adornos— Necesitamos la caja— 

— Y sí que la necesitamos, ¡quiero una caja enorme!— trato de simular el tamaño de la caja con mis brazos.

— Yo iba a ir a la papelería ahorita— se levanta del piso— ¿quieres venir? — me extiende la mano para ayudarme a levantarme— digo, para ver si encuentras algún papel, caja o cualquier cosa que vayas a necesitar— 

— Sí, claro que si— tomo mi celular, las llaves y mi bolso— 

Esteban sacó el carro de la cochera y yo me subí de copiloto, la papelería estaba a unos diez minutos en carro de mi casa, así que no tardamos mucho en llegar.

— ¿Qué vas a necesitar?— me pregunta Esteban viendo unos papeles decorativos— 

— Quiero la caja principalmente— le digo caminando a donde él

— Mira ahí hay una señorita que nos podría atender— camina a donde ella— señorita, disculpe, buenas tardes— 

— Buenas tardes jóven ¿puedo ayudarlo en algo?— le pregunta la señorita amablemente. 

— Sí, por favor— Esteban regresa caminando a donde yo estoy y detrás de él la señorita.

— Hola buenas tardes, ¿qué van a necesitar?— me pregunta dirigiéndose a mi.