Hombre! Morgiana x Lectora

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No todos los Fanalis son indiferentes

Caminabas algo aburrida por las calles de Sindria, no había nada que hacer en el día. Sinbad y los demás estaban ocupados , así que no tenías con quién estar, pues no te llevabas muy bien con el trío de oro. Recientemente se habían incorporado a Sindria, y te llevaste la sorpresa, que uno de ellos, Alibaba, pertenecía a Balbbad, tu tierra de origen.

Allí viviste los primeros años de tu vida, aunque no fuesen nada buenos.

Y aunque fuesen amables contigo, los odiabas.

Odiabas todo de ellos.

Odiabas su amabilidad.

Odiabas su encanto.

Odiabas su valentía.

Odiabas su amistad.

Esto ya era normal para ti, odiabas a cualquiera que te robará la atención de tus seres queridos, no querías ser egoísta, pero tu pasado simplemente te había dejado claro algo: 

"No dejes que te olviden, no importa que tengas que hacer o contra quien tengas que pelear, jamás dejes que eso pase, o será tu perdición"

Habías crecido en los barrios bajos de Balbbad, abandonada por tus padres, olvidada, pero eso no te importo, te valías por ti misma, además, tenías amigos que te querían, una familia, no de sangre, pero de corazón. Creciste junto a ellos, pero poco a poco, te fueron olvidando, empezaron a ignorarte, a jugar con otros niños, y no entendías el por que. Cuando la vida se te fue hacía abajo nuevamente, nadie estuvo ahí para ayudar te, así que volviste a valer te por ti misma, empezaste a robar a los ricos, pero poco te bastaba, la comida rápidamente se acababa, y eso era lo único que robabas, ropa, tenías la necesaria, un vestido hecho trizas, desgarrado y sucio, además de pies descalzos, cabello desmarañado (C/C), ojeras debido a la falta de sueño debajo de tus ojos sin vida color (C/O).

Aún recordabas el día que conociste a Sinbad.

Flashback

Te escabulliste dentro de aquel edificio lujoso, habías escuchado que el tiránico rey de Balbadd estaba allí junto con su hermano, en una conferencia con el rey de Sindria, había mucho oro y comida que robar, y esta era la oportunidad.

Pudiste ver como detenían a un hombre frente a la puerta, aprovechaste esa distracción para escabullirte en el lugar.

Corriste a través de aquel edificio, robando joyas, diamantes, oro, y cubriste la comida que robaste con una manta, cuando fuiste capaz de coger todo eso, te escabulliste hacia una escape seguro, y uno de ellos, era una salida para emergencias.

Con cuidado y silencio, saliste por la puerta, y cuando estabas ya fuera, te dirigiste a las calles con discreción, pero para tu eterna desgracia, uno de los guardias, te vio y alerto a los demás.

—¡Ladrón!

Volteaste hacia atrás, viendo a los guardias, los cuales solo veían como tu pequeño cuerpo cubierto por una capa gris empezaba a huir entre la multitud.

Sentiste sus pasos detrás de ti, estaban pisándote los talones, después de todo, solo eras una niña, y ellos eran adultos, fuertes, amenazantes y letales adultos. Con sorpresa y horror, sentiste como una clase de soga atrapaba tus tobillos, juntan dolos, incapaz de seguir huyendo, caíste al suelo, haciendo que todo lo que traías en brazos cayera al suelo.

Viste como un hombre de cabello morado se acercaba a ti con una sonrisa.

"Maldito"—Pensaste.

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