One-shots ♥

Hombre! Ymir x ¡Titan Cambiante! Lectora

Titanes cambiantes

Ese secreto te carcomía por dentro.

Destrozan dote.

No querías ocultarse lo a nadie.

Pero, te harían un juicio, te saldrías de control, serías un enemigo de la humanidad.

—Oye, ¿Estas bien? 

Volteaste para encontrarte con Ymir.

—¡S-si! ¿P-por que no lo estaría? —Preguntaste con nerviosismo.

—Haz estado muy rara hoy, tartamudeas, nos evitas, comes poco, hablas sola, ¿Me detengo o digo más razones? 

—S-solo es un presentimiento malo, e-eso es todo —Querías dejar la conversación cuanto antes.

—Sabes que puedes contar nos.

—Ymir...—Dijiste en tono de advertencia.

—¿Es eso? ¿No confías en nosotros?

—Ymir —Volviste a Insistir.

—¿Tan importante es que se lo ocultas a los demás?

—¡Ymir! —Gritaste ya exasperada de su actitud.

Te observo con ligera sorpresa, lucias enojada, triste, enloquecida, no le gustaba verte así, y si había una razón, quería saber la.

—No puedes ocultar lo por siempre (T/N). Tienes que decírselo a alguien —Expresó seriamente Ymir.

—Tu tampoco puedes ocultar por siempre lo que eres —Escupiste con odio.

Ymir abrió los ojos con sorpresa.

—¿Como...?

—Ni siquiera lo preguntes —Lo cortaste.

El silencio reino el lugar, era un ambiente tensó entre ambos, o al menos eso pensaba Ymir, ya que a ti te daba igual, o al menos en aquellos momentos.

Llevabas tanto tiempo fingiendo ser alguien que no eras, ya te habías hartado, te habías hartado de fingir incluso lo que sentías, de esconder como realmente eras por dentro, un monstruo sin corazón, o como todos te llamarían, un titan.

Le observaste con ojos fríos, calculadores, vacíos.

—Los demás no pueden-

—¿No pueden saber de esto? Eso lo se, pero, de todas maneras lo sabrán —Te cruzaste de brazos, mientras que tu rostro expresa desinterés y despreocupación, algo que en ti no era común ver.

—¿Por que eres así? ¡¿Acaso no te importa el destino de los nuestros?! —Grito hacía ti.

Silencio.

—No.

Su rostro mostraba una expresión entre furia y sorpresa, parecías tan indiferente hacia todo y todos en ese momento, lo sacaba de quicio.

—La única razón por la que vivo es proteger a la humanidad, nada más que eso, tenlo claro, fenómeno —Pasaste a su lado, dirigiéndote a la puerta— Elije bien Ymir, ¿De que lado vas a estar?

Lo miraste por encima del hombro, esperando una respuesta, pero solo hubo silencio.

Cerraste los ojos.

—El silencio dice más que mil palabras 

Y sin más, saliste.

AÑOS DESPUÉS