Tu eres una perla, yo soy como una amatista, simplemente, no encajamos.
—¡Vamos, Perla! —Insististe.
—Ya te dije que no (T/N). Steven no irá allí.
—Nada le pasará, y lo sabes.
—No. Y es mi única respuesta (T/N).
Suspiraste con exasperación.
—A veces los Perla pueden ser tan amargados.
Y sin más, te fuiste de allí.
Él nunca quería dejar que Steven fuese contigo, no importaba si estaba en frente del templo, jamás dejo que se fuera contigo.
Apretaste los puños, desde que tenías memoria, Perla te había despreciado, lo que estaba haciendo con Steven también lo hizo con Ross, su líder. Jamás entendiste el porque y jamás pediste una explicación, ya que con el tiempo, empezó a darte igual, y mucho más cuando conociste a Amatista, una gema igual que tu, claro que él era hombre y tu mujer, pero sus personalidades encajaban. Ambos detestaban a Perla, y eran como los niños favoritos de Ross, el siempre fue como tu padre, o al menos desde que te acogió.
Saliste a caminar por la playa, refunfuñando por lo bajo, maldiciendo a Perla una y otra vez y gracias a eso, no pudiste prevenir a alguien detrás de ti, que nublo tu vista con una de sus manos.
[...]
Ahora estabas hablando con Amatista, que había resultado ser quién te había "raptado", te explico que llevaría a Steven al Kindergarden, sin importar le que Perla no quisiera, y como tuvieron el mismo plan desde el principio, ambos decidieron llevar allí a Steven.
Tu y Amatista se habían conocido cuando Diamante Azul te llevo a la Tierra, fuiste creada por Diamante Azul y Amarillo para estar y cuidar de Diamante Rosa, eras una Esmeralda, y fue raro para ti conocer a una Amatista tan original.
Solías ser como cualquier otra gema, callada y educada, hasta que conociste a Amatista.
Cada vez que se veían, te contaba chistes de los que ambos se reían, captando la atención de las otras Amatistas, incluso de su Diamante mismo, que con el tiempo, empezó a involucrarse con ambos, claro que con sutileza, para no llamar la atención de su Perla.
Y fue él quien te llamo la atención, la primera vez que habías oído de él fue en el planeta madre, donde se rumoreaba que solía ser el Perla de Diamante Blanco, pero se le fue otorgado a Diamante Rosa. Conocías a Diamante Blanco, y sabías bien, que su Perla debía tenerle terror.
La primera vez que interactuaste con Perla fue cuando llegaste al Palanquín de Diamante Rosa, junto con Diamante Azul, quién te ordeno que te quedases a un lado de Perla, y eso hiciste, en total silencio, un silencio realmente incomodo.
Diamante Azul y Diamante Rosa se retiraron de su Palanquín a conversar, mientras que Perla y tú permanecían en sus lugares, en completo silencio, fue la primera vez en tu corto tiempo de creación que te sentiste nerviosa.
Y por alguna razón, sentiste odio por su parte, como si te repudiara con todas sus fuerzas, y no lo entendías, habías conocido a los Perlas de Diamante Azul y Diamante Amarillo, y no sentiste ningún tipo de resentimientos por su parte, pero con él, fue distinto.
Él te odiaba
***
—Oye, [T/N]
Volteaste hacía Steven, algo nostálgica por aquellos recuerdos.
—¿Que pasa, Cariño? —Preguntaste con una voz dulce.
—A ti...¿A ti te gusta Perla?
Observaste a Steven con una mirada triste, era imposible negarlo.
—Si, mi niño, me ha gustado desde el primer momento en el que lo conocí, pero es un sentimiento no correspondido —Volviste tu mirada hacia las lejanías.
—¿Que? ¡Eso no es cierto! ¡Perla te ama!
—¡No es cierto! —Steven permaneció es silencio— Perla me ha odiado desde que llegue a este planeta, ha estado molesto conmigo por que se supone que debía proteger a su Diamante, pero él era su Perla y era su deber protegerlo, así que se aseguro de alejarme de su Diamante lo más que pudo, y ha sido desde entonces que Perla me ha odiado.
El ambiente se mantuvo en silencio, ninguno de los tres hablaba, pero Amatista parecía molesto, y era muy obvio el porque, desde siempre habías sido como su hermana menor y a la vez mayor, ambos se habían protegido entre sí, habían secado las lágrimas del otro, entre si habían borrado el sufrimiento del otro. Que Perla ta hubiera despreciado, para él era imperdonable.
—Esmeralda...¿Quien era su Diamante?
Abriste la boca para hablar, pero la seca voz de Amatista los interrumpió.
—Llegamos.
Sin más, te levantaste y saliste del vagón que los había llevado hasta allí. Una débil sonrisa surcó tus labios al recordar la vida que antes residía allí, un lugar lleno de Amatistas y otras gemas, como Jaspes, Cuarzos, etc.
Caminaste lentamente por el lugar, abrazando tu propio cuerpo, pero te frenaste al divisar el punto exacto donde tu y Amatista se conocieron, y como si fuera una proyección te viste a ti misma y a Amatista riendo. Suspiraste de tristeza al darte cuenta de que esos días nunca volverían.
Sentiste unos brazos rodearte y alzaste la cabeza, encontrándote con el rostro serio de Amatista, que había aumentado su tamaño, y te relajaste en sus brazos.
Pero algo lo arruino. Alguien lo arruino.
—Así que aquí te trajeron, Steven.
Tu y Amatista voltearon hacía la conocida voz que en el aire emanaba, encontrándose con Perla, que tenía el ceño fruncido y los miraba a ambos, oíste a Amatista gruñir y apretar los puños sin apartar la mirada de Perla. Con preocupación colocaste suavemente tu mano en su pecho y le miraste a los ojos con dolor.
Pero toda la tranquilidad se acabó por completo cuando un disparo cayo a sus pies despertando la ira de Amatista, que en tan solo segundos había sacado su látigo y se dirigió hacia Perla.
Una batalla incontrolable se desato entre ambas gemas, pero ninguna gema sabía que terminaría en tragedia.
Una de las maquinarías que habían quedado sujetas a la pared, sufrió un fuerte golpe, que le hizo caer, pero cayó sobre [T/N], causando terror en el trío de gemas en la escena.
SALTO DE TIEMPO
Caíste de rodillas al terminar tu regeneración, aún te encontrabas algo débil de aquel golpe. Pasaron solo segundos antes de sentir que unos brazos desconocidos te abrazaban con fuerza, y por su grosos, sabías que no era Amatista quien te abrazaba.
¿Entonces quién?
Con algo de pesadez, abriste los ojos, encontrándote con un par de ojos color azul cielo.
Los ojos de Perla.
—¿Perla...? —Murmuraste en un susurro débil.
Él volvió a abrazarte con fuerza, escondiendo su rostro en tu cuello, y solo así pudiste saber que estaba llorando. No querías hacer preguntas así que solo acariciaste su cabello, tratando de hacerlo sentir mejor, pero dijo algo en respuesta:
—Lo lamento [T/N]. No sabes cuanto lo lamento.
No dijiste una palabra y dejaste de pasar tu mano por su cabello y la colocaste en su mejilla haciendo que alzara la mirada para observarte, y eso fue por solo segundos, hasta que tus labios impactaron gentilmente contra sus labios, en un toque tierno pero a la vez apasionado.
Sus brazos se colocaron suavemente en tu cintura, intentando mantenerte aún más cerca, pero las quito enseguida cuando oyó un carraspeo.
Ambos voltearon hacía un serio Amatista y un sonriente Steven.
—Mision "[T/N] Y Perla" Completa.
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One-shots ♥
De TodoHola, mis amores, mis soles, mis corazones! Aquí les dejare unos one-shots que se me han ocurrido hacer, serán de distintos temas y habrá cambios en los personajes, aún así, espero que sea de su agrado.