Prólogo

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Sus pies se sentían fríos. Chocaban constantemente contra el frio suelo. Descalzo, casi sin aliento. Corría y corría sin importar que el cansancio viniera cada segundo para intentar vencerle.

Tenía que alejarse lo más lejos posible, no podía volver a aquel lugar. Aunque no sabía si le estaría siguiendo el paso o si se habría enterado de que se había escapado siquiera, no podía darse el lujo de la duda. Tenía que aprovechar hasta la más ínfima oportunidad para poder huir.

Pronto se vio envuelto por edificios, algo que hacía tiempo que no veía, dejando atrás el frondoso bosque que lo envolvía desde hacia tanto tiempo. Desconcertado, paró durante un pequeño instante para intentar ubicarse. No sabía dónde se encontraba pero lo único que tenía claro era que en algún lugar podría encontrar ayuda.

Estaba desesperado. Alrededor de él no había ni un alma a la que pudiera pedir ayuda. A esas horas de la madrugada seguro estaban todos en sus mullidas camas.

Los nervios le envolvían cada vez de forma más desesperante. Sentía que se ahogaba a cada paso que daba. Esos nervios le hacían sentirse observado, observado por él. Girando a cada momento su cabeza para comprobar que solo fuera su imaginación, fue avanzando por aquellas calles.

Sus ojos se aguaron durante un pequeño instante y se permitió el lujo de deternerse a descansar un poco su agotado cuerpo. Cuando paró, se dio cuenta que su maltrecho cuerpo no aguantaría mucho más. Después de todo lo que había corrido hasta llegar ahí era normal.

Cuando se calmó y la adredalina disminuyó se dio cuenta del frío viento que le acariciaba su piel, arrancándole un escalofrío a su destapado cuerpo.

Después de descansar un pequeño instante, siguió su camino a paso un poco más lento. Intentando encontrar a alguien que le ayude avanzó dudoso por las desoladas calles.

Cada paso que daba le hacía creer que al fin era libre, aunque no lo creería del todo hasta que no sintiera que en cualquier momento aparecería él para arrastrarlo de vuelta a aquel lugar, aquel lugar que había dejado atrás.

Después de avanzar durante unas cuantas calles más, tambaleó cansado, intentando no dejar de avanzar. Fue trastibillando, sus fuerzas se fueron extinguiendo hasta que cayó rendido al frío asfalto. No dudaba que pudiera llegar a morir sin siquiera volver a saborear la felicidad. Qué desdichado se sentía. Junto a ese pensamiento se dejó llevar por la inconsciencia en medio de las oscuras calles de aquella ciudad.

Él no se había dado cuenta, pero efrente de donde se había desmayado se encontraba un joven el cual se acercó rápidamente al cuerpo tendido en el suelo. Aquel joven no se imaginó que al escapar de la casa de su padre a esas horas de la noche pudiera ocurrirle aquello.

Definitivamente Todoroki Shoto no se imaginó que aquel joven desconocido de cabellos verdosos se desplomaría delante de él. No podía llegar a imaginar por lo que había podido pasar tan solo viendo el estado en el que estaba, pero decidió que lo poco que podía hacer era ayudarlo.

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Bueno, es mi primera historia Katsudeku.

Es solo el inicio, no tardaré en las actualizaciones.

Cabe decir que esta historia no será muy larga pero la trama no se desarrollara rápidamente, así que tenerle un poco de paciencia.

Creo que he plasmado la personalidad de muchos de los personajes del anime, aunque eso se verá más adelante, espero que así sea.

Bueno, espero que os guste la historia y que la disfruteis.

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