Capítulo 4

5.7K 581 165
                                    

Una vez que acabaron de ponerse al día de la situación, los tres salieron de la cocina para dirigirse de nuevo hacia el salón donde estaba el peliverde. Se encontraron con el pequeño curioseando con la mirada alrededor suyo, examinando todo lo que veía. Eso fue algo que les pareció algo agradable de ver.

-Deku, escucha, ¿quieres darte un baño? Así te podrás relajar tanto como quieras- le ofreció Rei acompañándolo cuando el peliverde se incorporó nervioso.

Cuando ambos desaparecieron por la puerta, el bicolor se giró hacia su hermana para poder pedirle un favor.

-Fuyumi, ¿podéis ocuparos de él un rato? Quiero averiguar algo.

-Claro, pero ¿dónde irás?

-A la comisaría, a ver si puedo averiguar algo más sobre Deku.

-Perfecto, cuéntanos todo lo que averigües. No te preocupes por él, nosotras lo cuidamos.

Confiando en las palabras de su hermana, Shoto se fue a arreglar un poco para, posteriormente, salir de su casa. Tras la pista que creía haber adquirido, tenía que intentar descubrir algo.

Se acercó a la comisaría, donde su amigo Iida trabajaba confiando en que sería de gran ayuda. Llegó cerca de las 11 de la mañana y entró confiado sin dudarlo. Dentro se encontró con un rubio con un extraño mechón negro en forma de rayo. Kaminari Denki. Otro de sus amigos que trabajaba en esa comisaría.

-Quien te viera y quien te ve. Hasta que te dignas a aparecer- saludó sarcásticamente el rubio dejando lo que estaba haciendo.

Shoto no logró contener una sonrisa y, con esa misma sonrisa, se sacudió la cabeza.

-Hombre, tampoco es para tanto. Tú tampoco te dejas ver.

-Bueno, dejemoslo por la paz- dijo riéndose.- Y ¿qué te trae por aquí?

-Estaba buscando a Iida.

-Me rompes el corazón, ¿tan rápido me cambias?- comentó fingiendo indignación.

-A ver, en principio bucaba solo a Iida pero tú también puedes estar presente. ¿Dónde está?

-Oh, qué amable de tu parte, estaré presente, ni lo dudes. Iida se había ido a hacer una pequeña patrulla. No debe tardar.

Tras escucharlo se sentó a esperarlo. Aunque en todo el momento que tardó Iida en aparecer, Denki no paraba de insisir en saber porqué quería la ayuda de ambos. Shoto siempre que insistía en el tema, le repetía que era mejor cuando llegara Iida y a solas, que era un tema importante y delicado. Eso solo hacía que la intriga le fuera matando lentamente a Denki.

En cuanto Iida entró por la puerta, fue abordado por su rubio compañero para decirle que el bicolor estaba aquí y que quería hablar con los dos. Que era un tema delicado. Extrañado, paseó su mirada por la recepción pero no encontró a su amigo.

-Pero, ¿dónde está?- comentó Iida extrañado.

-Bueno, le he llevado a una sala en privado. Así que estará ahí.

Juntos fueron hacia esa sala donde estaba Shoto y en cuanto entraron demoraron un rato en saludos y pequeñas bromas entre los tres amigos antes de centrarse en el tema del que quería hablar Shoto.

En otro lugar, un pelicenizo llamado Katsuki estaba desesperado. Tras la desaparición de su Deku, no podía tranquilizarse. Lo necesitaba, desesperadamente. Aunque fuera a buscarlo de inmediato que vio que había huido, no lo encontró. No se lo podía haber tragado la tierra, tenía que estar en algún lado y él lo encontraría.

En esos momentos se encontraba con uno de sus mejores amigos. Kirishima Eijirou. Más que mejor amigo sería mejor decir que se hizo su amigo a base de insistir. Sobre todo por parte de ese pelirrojo. Después de todas las insistencias que tuvo y la paciencia para aguantarle todos los desplantes que le hizo se creó la amistad que actualmente mantenían.

-Amigo, parece que te ha pasado un camión por encima- dijo el pelirrojo gracioso soltando una risa al final.

El pelicenizo le dedicó una mirada asesina en cuanto acabó de pronunciar la última palabra. Sentado en la barra de ese bar, bebiéndose aquella cerveza, nada más le faltaba soportar las estúpideces que se le ocurría a su amigo.

-Hermano, en serio ¿qué te ha pasado?- dijo esta vez un poco más preocupado por su mejor amigo.

-Se ha ido- murmuró casi sin aliento.

-¿Cómo?

-Como has escuchado, se ha ido.

-¿Izu-chan? ¿Izu-chan se ha ido?

El pelicenizo asintió, no se veía con ánimo para decirlo en voz alta. Kirishima no sabía qué decir exactamente en esos momentos para animarlo. Conocía a ambos. Katsuki se veía bastante feliz al estar con el peliverde. Aunque a veces le viera algo nervioso al menor, él creía que estaban bien juntos.

-Pero, ¿qué ha pasado?- preguntó preocupado.

-No sé, cuando he llegado ya no estaba.

-Hermano no sé qué decir. Os veía bien. ¿Habéis discutido?

-Bueno, alguna pequeña discusión por así decirlo, pero no creo que fuera para tanto.

Katsuki en su interior sabía la razón de su huida. Aunque creía que ese problema ya lo tenía solucionado, que había convencido a su Deku que solo podía depender de él. Pero se equivocaba. Aún faltaba para que ese peliverde solo pudiera confiar en él. Y cuando eso sucediera nunca se separaría de él. Lo encontaría y, esta vez sí, se aseguraría de desmoronar todo lo que creía seguro hasta ese momento hasta que solo se sintiera seguro a su lado.

Cuanto lo deseaba.

Aunque, claramente, de este desvarío mental que sentía y de la verdad tras la relación que mantenían Katsuki y Deku Kirishima no sabía nada. Él pensaba que era su pareja formal. Las veces que le visitaba se veían muy a gusto a ambos. Por eso le descolocaba que sucediera eso. Incluso su amigo se veía más feliz desde que Deku apareció en su vida.

-Bueno, amigo, no puedo creerlo. ¿No puedes hacer nada? ¿Sabes dónde está él ahora?

-No, no sé donde está, pero voy a hacer todo lo posible para recuperarlo.

De un golpe, se bebió toda la cerveza que le quedaba y se reincorporó esperando a que su amigo pelirrojo terminara para irse de ese lugar.

-Vamos amigo, te ayudaré si quieres. Si averiguo algo te cuento- le dijjo mientras se levantaba y le daba una palmada en el hombro de su amigo encaminandose hacia la salida.

-Claro, gracias Kirishima- dijo siguiéndole el paso saliendo juntos de ese antro.

Fuera de aquel bar se despidieron y, aunque Katsuki no quisiera, el pelirrojo le dio un abrazo, bajo el pretexto de animarlo.

FrágilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora