Capítulo 7

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Después de despedirse de Kirishima, Katsuki se fue a su casa para poder investigar e idear un plan. Si su Deku estaba acompañado de ese amigo de Kirishima y encima estaba preocupado de él, no podía llevárselo sin más. Tenía que ser más inteligente.

Investigó un poco sobre Todoroki Shoto. Un joven que vivía con su padre que lo tenía controlado. Él se revelaba contra su viejo pero no podía oponerse del todo a él. Su madre separada, vivía con la hija mayor.

Si Kirishima le dijo que había discutido con su padre seguramente se había dirigido al hogar de la madre. Tenía una pista de dónde estaba en esos momentos y la iba a seguir. Quería observar a su Deku para intentar aplacar el furioso deseo de tenerlo.

Después de averiguar donde estaba la casa de la madre de ese tal Shoto, se dirigió ahí rápidamente. Tras llegar, buscó un lugar discreto donde pudiera observar sin ser notado y justo encontró el lugar perfecto. Ahí donde estaba, podía ver el interior del salón donde en estos momentos estaba su Deku.

Se centró en su peliverde. Lo observó y se sintió más relajado. Tenía un efecto en él tranqulizante que incluso le asombraba. Pero esa relajación no le duró demasiado al ver que un chico con la cabellera roja y blanca estaba abrazando a su Deku.

La rabia le fue creciendo por dentro, y no podía evitar sentirse furioso al verlos así de cerca. Cuando volvieran a estar los dos solos le iba a castigar para así no se le ocurriera a volverle a hacer aquello.

Se quedó unas horas más hasta que vio como el peliverde y el bicolor se fueron a dormir. Aunque estuvieran en la misma habitación, cosa que volvía a poner furioso al pelicenizo, almenos no estaban en la misma cama.

Por una parte se sentía furioso de que su Deku estuviera con alguien más que no fuera él, y por otra parte estaba aliviado tras saber donde estaba y poder haber visto al peliverde. Y de esta forma se fue a casa esperando pacientemente e idear el plan perfecto.

Al día siguiente, en casa de Shoto, Izuku se despertó en la cama que le habían dejado. Se sintió a gusto, y perezoso se incorporó. Miró a su alrededor y se encontró con el bicolor todavía dormido. No quiso molestarlo así que decidió levantarse y dirigirse al baño para espabilarse.

A los pocos minutos, Shoto también se despertó y notó que en la cama de al lado no estaba el peliverde. Pronto se espaviló y también se dirigió al baño, encontrándose con Izuku dentro enjuagándose la cara.

-Buenos días, Izuku.

-Oh, buenos días Shoto. No quería molestarte- comentó sintiéndose algo culpable al pensar que fuera su culpa que se hubiera despertado.

-No te preocupes, no me has despertado- dijo con una pequeña risa al final dirigiéndose a la otra pica que había presente.

Tras arreglarse y estar listos, ambos salieron dirección a la cocina y poder desayunar. Allí se encontraron con Fuyumi y Rei que les saludaron sonrientes al verlos.

La madre de Shoto les sirvió el desayuno que gustosos aceptaron. A Izuku le vieron un poco más a gusto en ese lugar y notaron que confiaba más en ellos, y eso hizo que se alegraran más por él.

Una vez que acabaron de desayunar, Shoto le dijo a Izuku que si quería acabar de arreglarse para poder ir a ver a su madre, cosa que el peliverde aceptó gustoso.

Cuando el peliverde dejó la cocina, Fuyumi y Rei se sentaron en la mesa junto a Shoto.

-Bueno, ayer te libraste, entre que descansaste y después estuviste con Deku no pudimos hablar- le recriminó Fuyumi.

-No tengo mucho tiempo para explicar, pero lo poco que he descubierto es que se llama Midoriya Izuku y ahora vamos a ver a su madre. En cuanto sepa algo más os contaré.

Tras explicar por encima lo descubierto por el bicolor, Shoto también se preparó y junto a Izuku se fueron para poder ir a casa de la madre del peliverde.

Shoto primero decidió ir otra vez a comisaría para así averiguar la dirección de Inko, ya que cierto peliverde no se acordaba.

Cuando entraron en comisaría estaba solo Iida, así que Shoto se acercó dejando a Izuku sentado en una de las sillas presente.

-Hola Iida. Vuelvo a necesitar tu ayuda.

-Hola Shoto, ¿qué necesitas ahora?

-Bueno, Izuku se ha acordado del nombre de su madre y queremos averiguar donde vive.

-Así que ese es Izuku ¿verdad?

-Sí, fue un choque para él averiguar su nombre, es como si de golpe recordara experiencias negativas.

-Debe haber vivido algo muy duro como para haber reprimido los recuerdos.

-Eso deduje, pero no quiero pensar en eso ahora. Su madre se llama Midoriya Inko, ¿puedes averiguar donde vive?

-Claro que sí espera un momento.

Iida se puso a teclear para poder descubrir lo que le había encargado Shoto hasta que al fin logró encontrar algo.

-Vale, Shoto, he encontrado algo. Esta dirección es la que sale- le dijo dándole la dirección apuntada en un papel.

Tras despedirse de él, Shoto e Izuku se fueron hacia allí. Tuvieron que coger un autobús, no quedaba demasiado cerca que se diga. No mucho más tarde ambos se encontraron frente a la puerta donde vivía Inko, donde residía Izuku hacía unos años.

Shoto pensó que lo mejor era que el peliverde llamara, él no se veía con ánimo para entrometerse en ese momento. Izuku se quedó parado debatiéndose qué debería hacer. Se sentía algo inseguro.

Dentro de él quería volver a verla, eso era lo que le dijo a Shoto y por lo que estaban en esos momentos ahí. Pero dentro de él recordaba todo lo que había vivido con Kachan y aunque no estuviera presente, presentía que era algo que enfadaría al pelicenizo.

Aún con dudas sobre lo que haría, tocó la puerta esperando ansioso que se abriera. Poco a poco, se abrió y apareció una señora, con una expresión triste que le hacía ver un poco más mayor de lo que era. Su pelo peliverde le hacía ver a Shoto que efectivamente esa era la madre de Izuku.

Inko no podía creer lo que estaba viendo. Delante suyo, después de tres años, estaba su hijo, su querido hijo. Sus ojos se aguaron y le creció un nudo en la garganta. Sin poder hablar, llorando como si no hubiera mañana, Inko solo logró abrazarlo y estrucharlo entre sus brazos.

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