Capítulo 3

6.1K 610 113
                                    

Shoto quiso tener un pequeño instante para poder asimilar lo que había escuchado. Si fuera cierto que estuviera huyendo de algo o alguien, no podía permitir que se sintiera indefenso. No lo conocía de nada, lo admitía, pero sin poder entender el porque, sentía que tenía que protegerlo de alguna forma o de otra.

Deku, por su parte, se sentía nervioso, algo inquieto y sin saber exactamente qué hacer en esos instantes. Después del pequeño interrogatorio, el bicolor llamado Shoto, se había quedado callado. El peliverde notó la mirada que le estaba echando el bicolor, cosa que le intrigaba qué estaría pensando en esos momentos.

Aclarandose la garganta y recogiendo los platos vacíos que había usado el peliverde, Shoto se dispuso a reanudar con lo que había empezado.

-Por cierto, ¿te acuerdas de dónde vives?- preguntó tranquilamente dirigiendose al salón y fijándose que aquel peliverde le siguiera.

El otro sintió como un temblor comenzó a instalarse en su interior al recordar el único lugar en donde cualquiera consideraría el sitio en el que vive. Era el único lugar que recordaba y era de dónde estaba huyendo en esos momentos.

Shoto notó que no contestaba y sabiendo que había pasado alguna cosa, se giró para observarle. No se esperó encontrarse con aquel joven tembloroso y sus esmeraldas ojos llenos de un miedo misterioso que le hizo encogerse en aquel lugar. No sería nada fácil saber qué le había pasado, pero no se rendiría.

Poco a poco, con una de sus manos posada en la parte baja de su espalda, Shoto guió al menor al sofá para que, así, se sintiera más cómodo. Pronto se sentó a su lado, esperando que su madre y hermana siguieran dormidas aunque sea unos momentos más.

-Tranquilo, ¿no quieres hablar de ello?

Los ojos de Deku volaron a los del bicolor, clavándolos ahí. Se debatió internamente si contarlo o no, si lo que él acabó considerando lo normal, él también lo consideraría así. Y, realmente, lo que más temía era que la forma en la que él estuvo vivendo durante todo este tiempo no fuera lo normal, por así decirlo. Si eso llegara a pasar todo lo que conocía Deku y había aprendido se desmoronaría y no podría recurrir a nada para poder sobrellevar toda su carga.

Tragando un pequeño nudo que se había formado en su garganta decidió que debía confiar en aquel sujeto. Nada podía salir tan mal ¿no?

-Bueno, desde hace unos años vivo en un sitio alejado de aquí- susurró algo desconfiado.

Shoto pensó que lo mejor para saber más cosas sobre él, era ir poco a poco. De nada le serviría presionarlo para que le contara la verdad si recién le había conocido y seguro que aún desconfia en él.

-Bien, ¿era grande la casa?- quiso preguntarlo para así poder conseguir que se sintiera más cómodo.

-No sé, yo solo estaba en una habitación. Kachan no me dejaba salir de ahí.

Una alarma saltó en el interior de Shoto. Si eso es tal como el peliverde contaba, eso quería decir que estaba secuestrado o algo parecido. Entonces seguro que saldría en la lista de desaparecidos en algun registro policial. Almenos era una pista que se apuntó mentalmente.

-¿Por qué no podías salir de esa habitación?- quiso presionar un poco el bicolor para ir averiguando poco a poco cosas sobre él.

-Pues, él decía que si no le hacía caso me castigaría y no me gusta que me castigue.

Un escalofrío le recorrió la espina dorsal al escuchar lo que acababa de escuchar. Aquel sentimiento protector que había surgido en su interior se hizo más grande. Le indignó haber escuchado aquello y aunque confesó poco ahora mismo no se veía con el ánimo de seguir escuchando.

Un sonido detrás de ellos hizo que Shoto se girara y que Deku se asustara. El peliverde se encogió un poco donde estaba sentado, intentando mirar disimuladamente para descubrir de donde procedía.

Shoto descubrió que su hermana mayor y su madre se habían levantado y ahora estaban en el salón, recién levantadas. Fuyumi se acercó al sofá donde se encontraban un poco más espavilada al comprobar que el peliverde que trajo su hermano ayer ya había despertado. Rei, su madre, se acercó junto con su hija sorprendida por la presencia de su hijo menor y confundida por la de aquel desconocido.

-Mamá, Fuyumi, buenos días- saludó Shoto viendo cómo se sentaban en un par de sillones cerca de ellos.

-Hola Shoto querido. Qué sorpresa y alegría tenerte aquí-dijo feliz Rei.

-¿No vas a preguntar por qué estoy aquí hoy?- dijo algo confundido el bicolor.

-Cariño, conociendo a tu padre, eso no hace falta.

-Bueno, bueno, eso ya es algo que todos conocemos, per Shoto, ¿quién es él?- dijo curiosa Fuyumi.

-Bueno, me ha dicho que se llama Deku.

-¿Solo Deku?- insistió Fuyumi.

-Sí, solo eso me ha dicho.

Shoto solo quiso desvelar el nombre que le había confesado por ahora y nada más para intentar demostrarle que podía confiar en él. Si revelara todo lo que Deku le había dicho puede que haga que perdiera la poca confianza que se había creado entre ellos dos.

-Hola Deku yo me llamo Fuyumi y soy la hermana mayor de Shoto- se presentó de forma dulce la pelialbina con mechas rojas.

-Y yo soy Rei, su madre- siguió la madre de la misma forma.

-Ho-hola, e-encantado- murmuró algo cohibido el menor.

-Mamá, Fuyumi ¿me acompañais a la cocina un segundo?- preguntó Shoto con la intención de informarles un poco de la situación.

-Claro, cariño.

Ambas se incorporaron junto con Shoto dejando al peliverde tranquilizándose en el sofá. Cuando entraron en la cocina, el bicolor cerró con cuidado la puerta y se fue a sentar a la mesa con su madre y hermana.

-A ver, el tema es bastante delicado. No quería comentarlo ahí fuera porque aunque sea poco confía en algo en mí.

-Y no querías revelar lo que te había confiado porque no sabías si eso haría que desconfiara de ti después ¿verdad?- reafirmó Fuyumi.

-Exacto, pero tampoco puedo dejaros sin saber nada, al fin y al cabo es vuestra casa y necesito que nos dejeis quedar hasta que encuentre algo.

-No hay problema en que os quedéis, pero ¿es tan grave lo que le ha sucedido?- dijo preocupada su madre.

-Sí, al menos eso sospecho. Por lo poco que me ha contado, creo que lo han tenido secuestrado en algún lado. Ha tenido que ser bastante, ya que el nombre que ha dicho seguro que no es el suyo aunque es el único que recuerda.

-¿Cómo que el único que recuerda?- dijo confusa Fuyumi.

-Sí, dijo que él siempre le llamaba así.

-¿Él?

-Bueno, él le llama Kachan.

FrágilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora